DONACIÓN AMOROSA

 

DONACIÓN AMOROSA

 

GRACIAS

GRACIASSSS...Por todo vuestro amoroso apoyo tanto presencial como financiero, los que han podido, a través de tantos años. Porque ayuda el que dona dinero...pero ayuda inconmensurablemente quien expande su amor y su Presencia en el Infinito Campo de Conciencia en el que estamos entrelazados♥

Buscar este blog

jueves, 24 de enero de 2019

Perdón no es amnesia, sino misericordia

Así es como se ve a través del prisma de nuestra cultura: el perdón es para los tontos, la misericordia es para los débiles. 

En realidad, la misericordia y el perdón toman fuerza real. Es una fortaleza que muchos de nosotros no tenemos. Pero estamos trabajando en ello...

Para empezar, la palabra perdón no es tan fácil de entender. Tal vez tenga algo que ver con ese viejo dicho: "Perdonar y olvidar". Creo que eso nos tiene a todos confundidos. Pero, perdonar no significa olvidar

El perdón no es amnesia. No significa que lo que sucedió no sucedió. No significa que no importó o que no importa, no es nada de eso. Es algo así como reconocer el potencial de cambio, el nuestro y el de los demás. Reconocer que aunque herimos o fuimos heridos…hoy otras aperturas.

 No es que alguien haya cambiado, no es que lo sepamos rigurosamente, pero siempre existe esa posibilidad.

También es reconocer que si alguien más nos ha lastimado le damos gran cantidad de nuestra energía a otra persona no perdonando. Sería más productivo recuperarla y sentirnos completos y no tan atados a la negatividad. 

 Hay una distinción muy interesante en la psicología entre lo que llamamos remordimiento y lo que llamamos culpa. Cuando actuamos de una manera que está fuera de armonía, nos duele, incluso si no sentimos el dolor en ese momento. Buda dijo que si realmente te amaras a ti mismo nunca harías daño a otro. Si realmente nos amamos a nosotros mismos, nunca dañamos a sabiendas a otra persona porque nos perjudica. Simplemente nos toca, nos afecta. Y sentimos eso cuando vamos a nuestro interior.

Pero hay una diferencia si reconocemos que hemos actuado fuera de armonía, sentimos el dolor , lo reconocemos, nos perdonamos, y seguimos adelante de una manera realmente energizada. No necesitamos entonces  sentirlo otra vez, ya hubo un aprendizaje. Así trabajamos con el remordimiento.

Hay una distinción entre eso y la culpa, donde simplemente repasamos una y otra vez lo que hicimos o lo que dijimos. No sirve a nadie, porque terminamos agotados, desanimados, desmoralizados. No nos queda energía para seguir adelante.

La idea de perdonar como algo obligatorio no es natural .

El perdón es un proceso realmente complejo y muy poderoso que no significa amnesia, no significa que pretendamos que no importa, es algo completamente distinto, es compasión por nosotros mismos y por los demás y se basa en la misericordia.

Misericordia, para mí, significa bondad amorosa, gracia, generosidad y perdón.  La gracia es esa energía divina y amorosa que nos rodea, nos habita. Y  misericordia es poner en acción la gracia, porque mostrar misericordia, mostrar perdón y bondad y generosidad, y recibirla, que es mucho más difícil, es más una acción, mientras que la gracia es la esencia misma espiritual abrazándonos aún sin acción. Si se pone en acción, es misericordia.

Es relativamente fácil extender la misericordia a casi todos, pero más difícil extenderla a nosotros mismos. Porque aunque  todo el mundo piense que somos tan buenos y generosos, por dentro nos reconocemos como profundamente humanos, y eso significa que criticamos, podemos esta de mal humor, o preocupados o con ira.

Entonces, también hay que abrirse a una aceptación del hecho de que uno puede enojarse, estar de mal humor, etc. Y aunque surjan reacciones negativas y emociones  conflictivas, allí aplicamos la tan promocionada aceptación total, provista porque sabemos que nuestra parte humana falla como parte del proceso experiencial.

 Para mí, el perdón es un acto espiritual. Un acto espiritual en que estamos abrazados, incluidos, todos.

El perdón auténtico libera al perdonador, ya sea que afecte o no reconociblemente al perdonado. En última instancia, aunque no lo perciba, el perdonado también es tocado y liberado.

El perdón auténtico surge del deseo de expresar bondad y compasión amorosas. 

No  es amoroso para con nosotros mismos exigirnos olvidar…sino simplemente extender la misericordia ilimitadamente.

 

¡Y las bendiciones fluyen!

Tahíta

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario