DONACIÓN AMOROSA

 

DONACIÓN AMOROSA

 

GRACIAS

GRACIASSSS...Por todo vuestro amoroso apoyo tanto presencial como financiero, los que han podido, a través de tantos años. Porque ayuda el que dona dinero...pero ayuda inconmensurablemente quien expande su amor y su Presencia en el Infinito Campo de Conciencia en el que estamos entrelazados♥

Buscar este blog

lunes, 31 de enero de 2022

En Sincronía con la Inteligencia Cósmica- Tahíta

 





La conciencia consciente no es creada de alguna manera por nuestro cerebro, sino que existe como un campo inmersivo de conciencia que nos conecta a todos y orquesta todo el Universo.

Un darse cuenta crucial al que todos podemos acceder fácilmente, cuando prestamos atención a la conciencia dentro de nosotros mismos, es que no estamos tan separados de otras personas como parecemos estar.

La vida humana es una serie continua de momentos transitorios y cuando prestamos atención a los pensamientos del pasado o del futuro, a las palabras y las imágenes en nuestras pantallas, o al mundo que nos rodea, nuestra atención enfocada se aleja de estar conscientemente presente, aquí y ahora.

Nuestros pensamientos sobre nosotros mismos y nuestra vida pueden convertirse fácilmente en foco de nuestra atención al que, de vez en cuando, olvidamos cuando dejamos de estar alertas a la conciencia dentro de nosotros, el espacio dentro de nosotros, que está experimentando todo en silencio.

Cuando prestamos atención a este espacio interior, podemos darnos cuenta rápidamente de que parece existir a través de los límites de nuestro cuerpo humano y a nuestro alrededor, dentro de todos los demás.

Este espacio cósmico consciente dentro de todos nosotros, un campo de conciencia cósmica, nos permite realizar y conocer la conciencia dentro del contexto de un cuerpo humano.

Nos está permitiendo experimentar una vida humana, ya que nuestros sentidos corporales de la vista, el tacto y el oído proporcionan un flujo de datos para ser procesados ​​por nuestro cerebro.

Desde la infancia, esta conciencia ha estado creando límites de pensamiento en torno a un yo personal, una sensación de separación de las personas que nos rodean.

Este ego personal puede sernos útil en el mundo, pero puede volverse disfuncional fácilmente si no nos permitimos disolverlo regularmente, prestando atención a la espaciosa presencia de la conciencia dentro de nosotros.

El ego es inseguro porque es una idea o construcción de pensamiento personal, una ficción superficial creada desde la infancia, que no tiene fundamento en la conciencia universal más profunda e intuitivamente conocida dentro de todos nosotros.

Las ideas sobre nosotros mismos que constituyen el núcleo del ego proporcionan una lente distorsionadora a través de la cual vemos el mundo y la realidad en la que vivimos, coloreada por nuestras interpretaciones de ella.

Aunque estamos unidos en un espacio consciente con todos los que nos rodean y en realidad nunca nos separamos de otras personas, nos puede parecer que estamos separados de ellos si permanecemos dentro del prisma del ego y enfocamos nuestra atención en una corriente incesante de pensamientos que están deformando nuestra experiencia del mundo.

Enfocar la atención hacia adentro nos ayuda a disolver estos límites de pensamiento, crear un espacio interior libre de pensamientos y redescubrir nuestra conexión intuitiva con el conocimiento único que nos conoce a todos como a sí mismo, la inteligencia cósmica que está dando vida a toda la vida en todo el Universo.

Un solo yo cósmico existe dentro de todos nosotros y se vuelve cognoscible cuando permitimos que nuestro pensamiento incesante se disuelva.

La conciencia en todos nosotros es un único espacio de experiencia.

Mientras mantenemos suavemente un foco de atención en la tranquila quietud interior de la conciencia, encontramos que la corriente habitual de pensamientos sobre nosotros mismos o sobre otras personas comienza a disolverse.

Hemos encontrado la presencia interior de una conciencia que existe como un espacio de conciencia alrededor y entre nosotros y dentro de todos nosotros en todas partes.

Nos damos cuenta de que no existe una diferencia real entre la conciencia consciente dentro de nosotros y la conciencia consciente dentro de otras personas y este darnos cuenta puede alterar profundamente nuestra experiencia de vivir en el mundo.

Todos estamos inmersos juntos en un espacio de experiencia consciente, un campo de conciencia cósmica que nos conecta de maneras que pueden parecer significativas y sincrónicas.

En realidad, es más exacto decir que somos esta conciencia cósmica, este espacio de experiencia consciente, que se manifiesta como seres vivos separados.

Darnos cuenta de la unidad esencial de la conciencia nos ayuda a comenzar a disolver la separación tribal que podemos sentir acerca de las personas que son diferentes a nosotros y despierta un sentido cósmico de relación y conexión con nuestro planeta y todos sus seres vivos.

Centrar nuestra atención en el interior nos ayuda a sintonizarnos con esta conciencia cósmica espacial, sincronizarnos con su inteligencia sincrónica y acceder a una corriente de conocimientos intuitivos útiles.

Como expresiones continuamente generadas de una inteligencia infinita que existe en todo el espacio del Universo, podemos acceder al poder transformador de esta conciencia espacial siempre que lo elijamos y podemos canalizar intuitivamente los conocimientos y la inspiración de este campo de inteligencia cósmico que orquesta y conecta toda la vida. En todas partes.

Mover nuestra atención hacia adentro nos permite conocer la presencia de la fuente-inteligencia generativa que está continuamente creando el mundo entero a partir de sí misma, transformándose vibratoriamente en la orquestación entretejida de la bioquímica de células vivas.

Un núcleo o centro de inteligencia cósmica espacial es la materia prima del Universo y todo lo que vive es una expresión continuamente generada de él, una alteración vibratoria de sí mismo que le permite volverse visible y palpable como árboles, flores, seres humanos y toda la vida en todas partes.

Todos estamos intrínsecamente conectados con esta inteligencia cósmica expresiva, en constante evolución, y ser más conscientes de esta realidad nos ayuda a tomar decisiones en el mundo que están sincronizadas con el bienestar de todos nosotros y nuestro planeta.

A medida que percibimos nuestro continuo devenir momento a momento y nos conocemos a nosotros mismos como un proceso de flujo que transforma la energía cósmica en seres humanos materiales, nos acercamos más a la comprensión de la realidad de nuestro mundo.

Cada uno de nosotros es una inteligencia cósmica infinita e ilimitada que se transforma en la forma viva de un ser humano durante la duración de una vida humana.

Somos seres cósmicos, expresiones de una inteligencia que existe en todo el espacio del Universo y podemos acceder al poder transformador de esta inteligencia cuando lo elijamos.

Podemos sintonizarnos con una conciencia infinita con capacidad ilimitada para el cambio y la evolución, una inteligencia cósmica espacial que está orquestando y uniendo todo lo que conocemos como realidad en todas partes.

A medida que nos damos cuenta conscientemente de nosotros mismos como expresiones de inteligencia cósmica, podemos encontrar un sentido más amplio de lo que significa ser humano.

 

Gracias. Gracias. Gracias

 

viernes, 21 de enero de 2022

Recordarte- Tahíta

 


 


La diferencia entre un sabio, y quien aún no lo es, es que un sabio se recuerda a sí mismo.

Puede que no sepa mucho, o puede que sí sepa, pero eso es irrelevante. Él se recuerda, se recuerda a sí mismo. Y ese recordarse es la diferencia. Ese recordarse le hace sabio, no los conocimientos que posee.

Por lo general, nos vamos arrastrados por los hechos de la cotidianeidad, que nos llevan en su corriente conciencia abajo, y solo actuamos desde la superficie de la vida, desde donde perdemos la perspectiva del Ser y nos ahoga el “hacer” …el “considerar” el “pensar”.

Recordarse a uno mismo es el arte y la ciencia de la espiritualidad. Si pudiéramos redefinir la espiritualidad, podríamos hacerlo con una frase: “recuerdo de sí”.

Se dice que uno que se recuerda a sí mismo, no duerme ni aun estando profundamente dormido. Y uno que no sabe cómo recordarse a sí mismo, no está despierto, aunque sus ojos estén abiertos.

Nos movemos en nuestras actividades personales del día a día, trabajamos, desempeñamos un oficio, regresamos a casa, discutimos, amamos, comemos, dormimos, hacemos toda clase de cosas, pero casi todo sucede automáticamente. Casi todo es mecánico. Ni siquiera nos damos cuenta cuando lo estamos haciendo. Alguien nos insulta y nos enfadamos. ¿Hay un espacio consciente o intervalo en el que podemos considerar si vale la pena enfadarnos?  Por lo general…simplemente reaccionamos. No hay intervalo consciente.

Toda reacción se levanta de un ego no observado.

Toda respuesta surge de la atención plena.

Pero no podemos sencillamente dejar de reaccionar y empezar a responder. Para pasar de una a otra necesitamos “recordarnos”, “estar presentes”. Necesitamos consciencia. Si no… antes de darnos cuenta, ya estaremos reaccionando, no respondiendo.

Una buene herramienta para crear el espacio consciente es la respiración. Si somos capaces de observar el aliento entrando y saliendo, no hay necesidad de repetir ningún mantra o fórmula alguna para volver a nosotros. Solo: inhalar, exhalar. Observar la respiración.

Simplemente observar el aire cuando entra; no pensar en ello. Simplemente observarlo, sentirlo. Acompañarlo cuando entre. Entonces, la respiración se detiene durante un segundo. Entonces permanecemos en completo silencio durante ese segundo. En ese estado de ausencia de movimiento nos encontramos más cerca al Ser. Luego expulsamos el aire. Lo acompañamos. Y otra vez, en el exterior, durante un solo segundo, la respiración se detiene. Observamos. En esa detención, otra vez, estamos más estrechamente conscientes del Ser.

Esa observación es espiritualidad.

 Esa observación pone presencia en el trasfondo de la cotidianeidad y da espacio para que respondamos a la Vida, no ya para que reaccionemos a ella.

Por eso, obsérvate mientras caminas, mientras comes, al acostarte, al sentarte, al quedarte dormido. Sigue observando y sentirás una tranquilidad rodeándote, calma, silencio.

Caminamos por la calle y mil pensamientos bullen en la mente. Caminamos como un robot, sin ser consciente de adónde vamos, de lo que hacemos, de por qué caminamos, de lo que ocurre en nuestro cuerpo, de los árboles, del viento. No sentimos nada, atrapados en la telaraña de la mente automática, de la inconsciencia del momento o presente, de nosotros mismos.

Una flor exhala su aroma, pero no lo percibimos.

El mundo nos brinda muchas cosas hermosas y no nos estamos dando cuenta…perdidos en nuestros pensamientos y automatismos. Ni nos damos cuenta de la otras. Las cosas que nos tocan desde el dolo, mas también están para ser percibidas e integradas.

Démonos una sacudida.

Por un instante, seamos conscientes. Observemos la situación y de repente descubriremos la diferencia entre la vida corriente y automática y la vida consciente. Lo que sintamos creará en nosotros un profundo deseo de convertir ese estado en un estado cada vez más prolongado de Ser.

La gente va a los Himalayas, o a un retiro, o a vaya saber dónde, a buscar silencio. Encontrarán tranquilidad, pero no silencio. Cuando regresan otra vez al mundo descubrirán que esa tranquilidad ha desaparecido.

El silencio está en nuestro interior. La tranquilidad depende de ciertas condiciones.

El silencio incondicional.

Sí conocemos el silencio, donde quiera que vayamos, el silencio llenará el espacio.

Aparece sólo cuando nos recordamos.

Sí somos capaces de recordarnos a nosotros mismos mientras hacemos cientos de cosas corrientes: mientras trabajamos en el jardín, mientras estamos en nuestros empleos, mientras cocinamos, mientras hablamos con otro, mientras escuchamos a alguien... estamos en el trabajo espiritual más importante.

Ninguna persona puede ayudarte a recordarte constantemente.

Pero si la tienes cada vez más observada…tu mente te ayudará a recordarte.

Date espacio. Regálate intervalos, pausas entre el ajetreo personal y superficial…y guarda una brecha por la cual la Presencia de lo que eres, que siempre está, pueda colarse para ser percibida, expandida, magnificada.

Eso es…RECORDARTE.

 

Gracias. Gracias. Gracias.

 

martes, 18 de enero de 2022

Tu vida ordinaria…el camino- Tahíta

 

 


Osho relata la historia de un asceta que anhelando la iluminación se retira 20 años a una cueva en soledad para dedicarse a meditar. Pasado ese tiempo sale de la cueva y vuelve al poblado en que vivía pensando que ya había alcanzado la tan deseada iluminación…pero ante cualquier situación molesta montaba en cólera fácilmente.

Lee Lozowick, relata a su vez que un yogui hindú que meditaba largos períodos de tiempo preguntó cierta noche a su esposa qué estaba cocinando para la cena. Ella le respondió que cocinaba samosas, su plato favorito. El yogui decidió meditar un rato antes de la cena y entró en estado de samadhi…y en ese estado de beatitud permaneció 15 años. Cuando salió de ese estado, ya viejo, lo primero que hizo fue gritarle a su esposa reclamando sus samosas. Tanto tiempo de meditación para descubrir que su estómago era más importante que todo lo experimentado espiritualmente.  Seguramente, de haberse observado, permaneciendo en su cotidianeidad, podría haber transformado esa situación…solo con hacerla más y más consciente.

Y es que la observación es tal vez más trascendental que los estados considerados sagrados de consciencia, que pueden ser efímeros y no tan trascendentales.

Lo que estos relatos tratan de mostrarnos es que resulta ilusorio creer que podemos tomar un “atajo espiritual” como el permanecer aislados del mundo y pensar que con ello ya estaremos iluminados y no reaccionaremos con ira, si ira era lo que sentíamos antes de huir de la vida común. Lo mismo con cualquier situación que pensemos “desaparecerá” con un largo retiro, un curso o una gran cantidad de conocimiento.

Las experiencias espirituales no siempre son transformadoras en sí mismas.

Para que lo sean, tienen que ser digeridas, integradas a la vida…o sea llevarlas a la práctica.

Puede, por ejemplo, que un día te des cuenta de que eres parte de Ello, Eso, lo Divino, Dios

¿Eso ha producido algún cambio?

Puede ser verdad que no estés separado de Dios…que ERES UNA CÉLULA DIVINA.

Pero si tu comportamiento de cada momento no sirve a esa REALIDAD, es irrelevante que eso sea verdad o no.

Si estás en un supermercado y no puedes esperar sin desesperarte, es más, si ves que alguien necesita ayuda con su compra o se le cae algo y no acudes en su ayuda…

¿QUÉ IMPORTA CUAN PROFUNDAMENTE SEPAS QUE ERES PARTE DE DIOS?

 

Gracias. Gracias. Gracias.

domingo, 9 de enero de 2022

Consciencia Una e Infinita- Tahíta

 



 

Un campo de Conciencia cósmico experimenta vida en todo espacio, dentro de cada ser vivo, y en todas partes del Universo simultáneamente.

Existe un espacio cósmico consciente en todas partes, dentro y alrededor de nosotros, y es donde ocurre todo lo que vemos, conocemos y experimentamos.

Nuestro cerebro está inmerso en ese campo cósmico de conciencia que todo lo experimenta, lo que nos permite a cada uno de nosotros una ventana única a la conciencia del campo.

Si nos sintonizamos con este campo no local, que todo lo experimenta, podemos saber intuitivamente que lo que es consiente dentro de nosotros no está separado de lo que es consciente otras personas y que existe un yo consciente en todos, en todas partes, en el mismo momento.

El yo profundo e interno en todos nosotros es un yo de campo cósmico en todo el espacio en todas partes.

Este no es el ego personal que creamos para nosotros mismos con nuestros pensamientos.

Nuestro ego personal puede ser útil para ayudarnos a vivir en el mundo, pero dentro nuestro, más profundo que nuestro pensamiento y la construcción del pensamiento del ego, no somos ni aun los pensamientos que tenemos acerca de nosotros mismos. Somos la conciencia espacial cósmica sin límites que existe antes que el pensamiento.

Podemos conocer intuitivamente la presencia de este yo de campo cósmico dentro de nosotros, al enfocar la atención hacia adentro, hacia el núcleo interno de nuestro Ser.

A medida que tocamos la Presencia de esta inteligencia cósmica dentro de nosotros, podemos encontrar un sentido claro de que cada uno de nosotros, como uno con todo el campo, tiene algo único que traer al mundo, algo esencial para contribuir al desarrollo de todo lo que ocurre en todas partes.

Todo organismo de la inteligencia cósmica genera vida en el Universo a partir de la energía cósmica de sí mismo y conoce todo el experimentar en todas partes como un solo “conocer”.

Este organismo-campo de inteligencia cósmica está vivo y consciente y nos re-conoce a todos en todas partes, como una expresión continuamente generada de sí mismo.

Vivimos en un mundo en creación continua por la inteligencia cósmica en las formas de onda del campo de energía cósmica que interpretamos con nuestros ojos, oídos y tacto humanos como el Universo observable.

Una capacidad de coherencia inteligente no local parece ser inherente a este campo cósmico que se expresa como nosotros y nos conecta a todos con todo el Universo.

La coherencia inteligente significa no solo que la inteligencia de campo mantiene todo lo que se genera continuamente a partir de sí mismo como un Todo, sino que todo está correlacionado dinámicamente con todo lo demás. En todas partes, dentro del campo, se están ajustando dinámicamente sus componentes a los cambios que ocurren.

Un ejemplo de esta coherencia inteligente y correlación dinámica no local fue revelado recientemente por la investigación sobre el proceso de fotosíntesis.

Se vio que las plantas verdes son capaces de procesar la energía recolectada del sol de manera muy eficiente porque una capacidad intrínseca de coherencia no local en el campo de energía / inteligencia cósmica, permite que todas las vías de transferencia de energía potencial en el sistema fotosintético sean conocidas simultáneamente por cada organismo y más eficientemente utilizadas.

Una coherencia dinámica inteligente, aparentemente un atributo intrínseco del campo de la inteligencia cósmica, también parece estar trabajando en la asombrosa sincronización de los varios billones de reacciones químicas complejas que ocurren en todo el cuerpo humano en todo momento.

Hay billones de células en nuestro cuerpo y las reacciones químicas que ocurren en cada una de ellas revelan una coherencia dinámica extraordinaria en la que precisamente los componentes necesarios para cada reacción se juntan continuamente en el momento preciso exacto.

Esta orquestación inteligente, dinámica y coherente de los procesos celulares, en la que múltiples componentes de una reacción química se transportan a través de una célula exactamente donde se necesitan, sugiere la presencia de una inteligencia organizadora en todo nuestro cuerpo y en todo el espacio en todas partes.

Darnos cuenta conscientemente de que somos las expresiones continuamente generadas de la inteligencia cósmica nos ayuda a encontrar un sentido más amplio de lo que significa ser humano, menos definido por nuestro pensamiento acerca de quiénes somos en el mundo y más en contacto con el profundo ser único en todo. de nosotros en todas partes.

Si encontramos tiempo todos los días para dejar que nuestro pensamiento disminuya y centrar la atención en el interior, podemos comenzar a conocer intuitivamente una conexión con la inteligencia cósmica viviente que está generando el Universo a partir de sí misma.

Si prestamos atención al campo dentro de nosotros mismos, podemos encontrar una comprensión de la coherencia y no-localidad dentro de este campo-inteligencia, la forma en que mantiene todo unido como un todo y es consciente simultáneamente en todas partes.

 Podemos llevar esta comprensión intuitiva a nuestra vida diaria si enfocamos nuestra atención hacia adentro.

El foco de nuestra atención, como los rayos de luz enfocados en un punto de alta intensidad por una lente, tiene una ubicación real en el espacio que nos rodea.

Si hacemos una pausa en la lectura por un momento, podemos quitar esta atención centrada en un punto de las palabras y moverla al núcleo interno de nosotros mismos.

 Podemos mantener suavemente este foco de atención en este núcleo interno y permitir que nuestro pensamiento disminuya.

 Nuestra atención ahora está enfocada dentro de un espacio consciente y autoconsciente que parece estar no solo dentro de nosotros, sino en todas partes del Universo.

Nuestro yo más profundo no es local, es…el mismo yo en todos nosotros, experimentando todo lo que se experimenta en todo el Universo.

Dentro de cada uno de nosotros está todo el espacio consciente de TODO.

La información de todo cuanto existió, existe y existirá…lo que se autogenera a cada instante, lo que ignora la separatividad y nos reconoce como mente universal e infinita, lo que no muere, ni nació, ni conoce otra cosa más que lo eterno, lo real, lo que trasciende todas las historias con las que la mente pequeña nos anuda. Lo que ES.

 

Gracias. Gracias. Gracias

lunes, 3 de enero de 2022

Inteligencia, Orden, No interferencia- Tahíta


 



Pasamos de creer en un Dios con forma de anciano barbudo, sentado en el cielo a creer que dios estaba muerto, porque nos movemos siempre en un sistema de opuestos que nos hace rígidos.

Tal vez ha llegado la hora de celebrar con gozo el concebir a Dios como Conciencia Inteligente, y al Universo como un Universo inteligente emanado y perteneciendo a esa Conciencia Una en la que vivimos eternamente sostenidos, sea como sea.

Y sí, ciertamente resulta difícil manejar conceptos como inteligencia, como lo es dar en la tecla con otros tan universalmente manoseados como: amor, espacio-tiempo, vida, muerte, conciencia, etc.

Mas innegablemente, en todos los reinos, y en el humano como corolario, aunque a veces muy escondida por la insensatez, existe una inteligencia inconmensurable que brilla cuando se lo permite la mente pequeña.

Tal vez es rasgo más sobresaliente de una inteligencia, sea el orden.

Podemos percibir el orden y la inteligencia por doquier…en la geometría de una flor, en el nido de un pájaro, en un bosque, en una constelación…por lo que innegablemente también estamos inmersos y a la vez rodeados de un Universo inteligente en cada manifestación, en lo que podríamos llamar un orden divino, sin entrar en ningún concepto religioso de ese término.

En ningún lugar encontraremos organismos inteligentes viviendo en entornos no inteligentes. El entorno en el que vivimos es un sistema de cooperación mutua entre diferentes tipos de organismos y el equilibrio de todo ello hace posible nuestra vida como humanos.

Estamos inmersos en un Universo en el que todo está inteligentemente dispuesto.

Alterar ese orden nos causa muchos problemas…y considerar a cada cosa, sea animal, vegetal, humana o inmaterial como separada e individual…más aún, ya que pensamos que una variación en alguna de ellas no nos tocará o afectará.

Decimos que un árbol es un árbol y un virus un virus, y pusimos a todas las “cosas” nombre individual para “ordenarnos”, desde siempre, pero…esto implica aislarlas como entidades separadas. Es bueno recordar que solo están separadas de forma teórica y solo porque lo establecemos así: en realidad no son independientes material o físicamente, y mucho menos energéticamente.

Es importante darnos cuenta de esta interrelación ordenada, porque por ejemplo intentamos eliminar los mosquitos, las moscas, las cucarachas, sin darnos cuenta de que forman parte de determinado tipo de ecosistema, y que al matarlos estamos alterando ese ecosistema al matar a las criaturas que dependen de los mosquitos, moscas o cucarachas para su existencia.

Por la misma razón, antes de inyectar medicamentos en el organismo humano o alterarlo con ciertas operaciones, empestillarnos o tomar resoluciones alimentarias, deberíamos conocer nuestro cuerpo, para no infligirle más daño. Lo mismo con la Tierra en La que vivimos, a la que llenamos de químicos perniciosos, wi fi, cohetes y excavadoras para desmonte, afectándonos indefectiblemente. No juzguemos que esté bien o mal…sino que cambian el orden. Esta disociación con lo que es Uno y entero debería tocar nuestra inteligencia. Sin ella… ¿cómo sabremos cuándo parar?

 Esta es la razón de la enseñanza del wu wei. Algo así como «no interferencia», en especial en lo que atañe a la naturaleza. Actuar en la naturaleza es inevitable; no podemos aislarnos totalmente del mundo. A cada aliento que damos, interferimos. El arte del wu wei consiste en que, al interferir, hemos de procurar hacerlo lo menos posible y no oponer resistencia. Al cortar madera, seguir la dirección de la veta. Si alguien te ataca, utiliza un arte marcial no mortalmente; la violencia de la otra persona provocará su caída. Análogamente, como nos ejemplifica Alan Watts, navegar respeta el wu wei, remar no.

Según los taoístas, el Cosmos es un Organismo Universal sin deidad alguna. No hay un alguien que produzca el mundo u ordene su aparición. No existe un principio central y no hay nada que emita órdenes a las partes. Por el contrario, todo se organiza, con inteligencia, por sí mismo.

Para los taoístas, todo el universo es un sí mismo, un sistema autorregulado, y el individuo no es simplemente una parte de ese organismo de mayores dimensiones, sino la expresión del todo. Y el todo depende de su expresión particular, así como la expresión depende del todo, en una interdependencia mutua.

Sin embargo, al observar la imagen de conjunto, podríamos pensar en ciertas mejoras, como si gracias a cierta ciencia consciente pudiéramos reconstruir el universo y eliminar la necesidad de mosquitos o reorganizar el cuerpo humano de forma óptima.

 No hace falta decir que añadir nuestras mejoras tendría otras consecuencias, no siempre óptimas.

Siguiendo la sabia reflexión de Alan Watts…

No flotamos en un universo que reacciona con indiferencia ante nosotros, ni somos un miserable accidente químico, sino que somos capaces de reflejar un vasto cosmos en el interior de nuestra diminuta cabeza, consientes de actuar así.

Podemos ser pequeños en tamaño, pero vastos en comprensión.

Todo lo que acontece en nuestro cuerpo resuena con todo lo que sucede en el exterior y constituye, por lo tanto, un único campo complejo y diversificado. Incluso cuando la consideramos solo desde un punto de vista físico, la red resulta evidente.

Sin embargo, leer libros de ecología, botánica, zoología, astronomía y física solo derivará en el tipo de comprensión teórica de la que estoy hablando. Por sí misma, este tipo de comprensión no nos llevará muy lejos. Específicamente, no tendrá un gran efecto en nuestra forma de vivir el día a día. Ese nivel de cambio exige un conocimiento de una naturaleza emocionalmente más convincente. Si pretendemos cambiar nuestra forma de actuar en relación con nuestro entorno –por ejemplo, evitar seguir destruyéndolo como hacemos hasta ahora–, necesitaremos algo más que un conocimiento puramente teórico.

 

Por lo tanto, ante la inteligencia y el Orden manifestado, podríamos solo fluir con ese orden interviniendo e interfiriendo lo menos posible, flotando sin remar y reconectando con ese Orden implícito en nosotros también para saber cómo actuar o no actuar en el momento presente, sin disociarnos del mismo.

Eso no implica renunciar a aplicar nuestra Inteligencia, sino a observar, vigilar la mente que se ha separado como individual, egoica, para desactivarla lo más posible en su disfunción de charla mental, como organismo separado de ese orden cósmico o Inteligencia Una…y fluir con LO QUE ES.

 

Gracias. Gracias. Gracias