Pasamos de creer en un
Dios con forma de anciano barbudo, sentado en el cielo a creer que dios estaba
muerto, porque nos movemos siempre en un sistema de opuestos que nos hace
rígidos.
Tal vez ha llegado la
hora de celebrar con gozo el concebir a Dios como Conciencia Inteligente, y al
Universo como un Universo inteligente emanado y perteneciendo a esa Conciencia
Una en la que vivimos eternamente sostenidos, sea como sea.
Y sí, ciertamente resulta
difícil manejar conceptos como inteligencia,
como lo es dar en la tecla con otros tan universalmente manoseados como: amor,
espacio-tiempo, vida, muerte, conciencia, etc.
Mas innegablemente, en
todos los reinos, y en el humano como corolario, aunque a veces muy escondida
por la insensatez, existe una inteligencia inconmensurable que brilla cuando se
lo permite la mente pequeña.
Tal vez es rasgo más
sobresaliente de una inteligencia, sea el orden.
Podemos percibir el
orden y la inteligencia por doquier…en la geometría de una flor, en el nido de
un pájaro, en un bosque, en una constelación…por lo que innegablemente también
estamos inmersos y a la vez rodeados de un Universo inteligente en cada
manifestación, en lo que podríamos llamar un orden divino, sin entrar en ningún concepto religioso de ese
término.
En ningún lugar
encontraremos organismos inteligentes viviendo en entornos no inteligentes. El
entorno en el que vivimos es un sistema de cooperación mutua entre diferentes
tipos de organismos y el equilibrio de todo ello hace posible nuestra vida como
humanos.
Estamos inmersos en un Universo en el que todo
está inteligentemente dispuesto.
Alterar ese orden nos causa muchos problemas…y
considerar a cada cosa, sea animal, vegetal, humana o inmaterial como
separada e individual…más aún, ya que pensamos que una variación en alguna de
ellas no nos tocará o afectará.
Decimos que un árbol es un árbol y un virus un
virus, y pusimos a todas las “cosas” nombre individual para “ordenarnos”, desde
siempre, pero…esto implica
aislarlas como entidades separadas. Es bueno recordar que solo están separadas de forma teórica
y solo porque lo establecemos así: en realidad no son independientes material o
físicamente, y mucho menos energéticamente.
Es importante darnos
cuenta de esta interrelación ordenada, porque por ejemplo intentamos eliminar
los mosquitos, las moscas, las cucarachas, sin darnos cuenta de que forman parte
de determinado tipo de ecosistema, y que al matarlos estamos alterando ese ecosistema
al matar a las criaturas que dependen de los mosquitos, moscas o cucarachas
para su existencia.
Por la misma razón,
antes de inyectar medicamentos en el organismo humano o alterarlo con ciertas
operaciones, empestillarnos o tomar resoluciones alimentarias, deberíamos
conocer nuestro cuerpo, para no infligirle más daño. Lo mismo con la Tierra en La
que vivimos, a la que llenamos de químicos perniciosos, wi fi, cohetes y
excavadoras para desmonte, afectándonos indefectiblemente. No juzguemos que esté
bien o mal…sino que cambian el orden. Esta disociación
con lo que es Uno y entero debería tocar nuestra inteligencia. Sin ella… ¿cómo
sabremos cuándo parar?
Según los taoístas, el Cosmos es un Organismo Universal sin deidad
alguna. No hay un alguien que produzca el mundo u ordene su aparición. No
existe un principio central y no hay nada que emita órdenes a las partes. Por
el contrario, todo se organiza, con
inteligencia, por sí mismo.
Para los taoístas, todo el
universo es un sí mismo, un sistema autorregulado, y el individuo no es
simplemente una parte de ese organismo de mayores dimensiones, sino la
expresión del todo. Y el
todo depende de su expresión particular, así como la expresión depende del
todo, en una interdependencia mutua.
Sin embargo, al observar
la imagen de conjunto, podríamos pensar en ciertas mejoras, como si gracias a
cierta ciencia consciente pudiéramos reconstruir el universo y eliminar la
necesidad de mosquitos o reorganizar el cuerpo humano de forma óptima.
No hace falta decir que añadir nuestras
mejoras tendría otras consecuencias, no siempre óptimas.
Siguiendo la sabia
reflexión de Alan Watts…
No flotamos en un universo que reacciona con
indiferencia ante nosotros, ni somos un miserable accidente químico, sino que
somos capaces de reflejar un vasto cosmos en el interior de nuestra diminuta
cabeza, consientes de actuar así.
Podemos ser pequeños en tamaño, pero vastos en
comprensión.
Todo lo que acontece en
nuestro cuerpo resuena con todo lo que sucede en el exterior y constituye, por
lo tanto, un único campo complejo y diversificado. Incluso cuando la
consideramos solo desde un punto de vista físico, la red resulta evidente.
Sin embargo, leer libros de ecología, botánica,
zoología, astronomía y física solo derivará en el tipo de comprensión teórica
de la que estoy hablando. Por sí misma, este tipo de comprensión no nos llevará
muy lejos. Específicamente, no tendrá un gran efecto en nuestra forma de vivir
el día a día. Ese nivel de cambio exige un conocimiento de una naturaleza
emocionalmente más convincente. Si pretendemos cambiar nuestra forma de
actuar en relación con nuestro entorno –por ejemplo, evitar seguir destruyéndolo
como hacemos hasta ahora–, necesitaremos algo más que un conocimiento puramente
teórico.
Por lo tanto, ante la
inteligencia y el Orden manifestado, podríamos solo fluir con ese orden
interviniendo e interfiriendo lo menos posible, flotando sin remar y
reconectando con ese Orden implícito en nosotros también para saber cómo actuar
o no actuar en el momento presente, sin disociarnos del mismo.
Eso no implica
renunciar a aplicar nuestra Inteligencia, sino a observar, vigilar la mente que
se ha separado como individual, egoica, para desactivarla lo más posible en su
disfunción de charla mental, como organismo separado de ese orden cósmico o
Inteligencia Una…y fluir con LO QUE ES.
Gracias. Gracias.
Gracias
Que excelente explicación, gracias Tahita por compartirnos sabiduría, formas de vida, como dices fluir con lo que Es. Bendiciones
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