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lunes, 3 de enero de 2022

Inteligencia, Orden, No interferencia- Tahíta


 



Pasamos de creer en un Dios con forma de anciano barbudo, sentado en el cielo a creer que dios estaba muerto, porque nos movemos siempre en un sistema de opuestos que nos hace rígidos.

Tal vez ha llegado la hora de celebrar con gozo el concebir a Dios como Conciencia Inteligente, y al Universo como un Universo inteligente emanado y perteneciendo a esa Conciencia Una en la que vivimos eternamente sostenidos, sea como sea.

Y sí, ciertamente resulta difícil manejar conceptos como inteligencia, como lo es dar en la tecla con otros tan universalmente manoseados como: amor, espacio-tiempo, vida, muerte, conciencia, etc.

Mas innegablemente, en todos los reinos, y en el humano como corolario, aunque a veces muy escondida por la insensatez, existe una inteligencia inconmensurable que brilla cuando se lo permite la mente pequeña.

Tal vez es rasgo más sobresaliente de una inteligencia, sea el orden.

Podemos percibir el orden y la inteligencia por doquier…en la geometría de una flor, en el nido de un pájaro, en un bosque, en una constelación…por lo que innegablemente también estamos inmersos y a la vez rodeados de un Universo inteligente en cada manifestación, en lo que podríamos llamar un orden divino, sin entrar en ningún concepto religioso de ese término.

En ningún lugar encontraremos organismos inteligentes viviendo en entornos no inteligentes. El entorno en el que vivimos es un sistema de cooperación mutua entre diferentes tipos de organismos y el equilibrio de todo ello hace posible nuestra vida como humanos.

Estamos inmersos en un Universo en el que todo está inteligentemente dispuesto.

Alterar ese orden nos causa muchos problemas…y considerar a cada cosa, sea animal, vegetal, humana o inmaterial como separada e individual…más aún, ya que pensamos que una variación en alguna de ellas no nos tocará o afectará.

Decimos que un árbol es un árbol y un virus un virus, y pusimos a todas las “cosas” nombre individual para “ordenarnos”, desde siempre, pero…esto implica aislarlas como entidades separadas. Es bueno recordar que solo están separadas de forma teórica y solo porque lo establecemos así: en realidad no son independientes material o físicamente, y mucho menos energéticamente.

Es importante darnos cuenta de esta interrelación ordenada, porque por ejemplo intentamos eliminar los mosquitos, las moscas, las cucarachas, sin darnos cuenta de que forman parte de determinado tipo de ecosistema, y que al matarlos estamos alterando ese ecosistema al matar a las criaturas que dependen de los mosquitos, moscas o cucarachas para su existencia.

Por la misma razón, antes de inyectar medicamentos en el organismo humano o alterarlo con ciertas operaciones, empestillarnos o tomar resoluciones alimentarias, deberíamos conocer nuestro cuerpo, para no infligirle más daño. Lo mismo con la Tierra en La que vivimos, a la que llenamos de químicos perniciosos, wi fi, cohetes y excavadoras para desmonte, afectándonos indefectiblemente. No juzguemos que esté bien o mal…sino que cambian el orden. Esta disociación con lo que es Uno y entero debería tocar nuestra inteligencia. Sin ella… ¿cómo sabremos cuándo parar?

 Esta es la razón de la enseñanza del wu wei. Algo así como «no interferencia», en especial en lo que atañe a la naturaleza. Actuar en la naturaleza es inevitable; no podemos aislarnos totalmente del mundo. A cada aliento que damos, interferimos. El arte del wu wei consiste en que, al interferir, hemos de procurar hacerlo lo menos posible y no oponer resistencia. Al cortar madera, seguir la dirección de la veta. Si alguien te ataca, utiliza un arte marcial no mortalmente; la violencia de la otra persona provocará su caída. Análogamente, como nos ejemplifica Alan Watts, navegar respeta el wu wei, remar no.

Según los taoístas, el Cosmos es un Organismo Universal sin deidad alguna. No hay un alguien que produzca el mundo u ordene su aparición. No existe un principio central y no hay nada que emita órdenes a las partes. Por el contrario, todo se organiza, con inteligencia, por sí mismo.

Para los taoístas, todo el universo es un sí mismo, un sistema autorregulado, y el individuo no es simplemente una parte de ese organismo de mayores dimensiones, sino la expresión del todo. Y el todo depende de su expresión particular, así como la expresión depende del todo, en una interdependencia mutua.

Sin embargo, al observar la imagen de conjunto, podríamos pensar en ciertas mejoras, como si gracias a cierta ciencia consciente pudiéramos reconstruir el universo y eliminar la necesidad de mosquitos o reorganizar el cuerpo humano de forma óptima.

 No hace falta decir que añadir nuestras mejoras tendría otras consecuencias, no siempre óptimas.

Siguiendo la sabia reflexión de Alan Watts…

No flotamos en un universo que reacciona con indiferencia ante nosotros, ni somos un miserable accidente químico, sino que somos capaces de reflejar un vasto cosmos en el interior de nuestra diminuta cabeza, consientes de actuar así.

Podemos ser pequeños en tamaño, pero vastos en comprensión.

Todo lo que acontece en nuestro cuerpo resuena con todo lo que sucede en el exterior y constituye, por lo tanto, un único campo complejo y diversificado. Incluso cuando la consideramos solo desde un punto de vista físico, la red resulta evidente.

Sin embargo, leer libros de ecología, botánica, zoología, astronomía y física solo derivará en el tipo de comprensión teórica de la que estoy hablando. Por sí misma, este tipo de comprensión no nos llevará muy lejos. Específicamente, no tendrá un gran efecto en nuestra forma de vivir el día a día. Ese nivel de cambio exige un conocimiento de una naturaleza emocionalmente más convincente. Si pretendemos cambiar nuestra forma de actuar en relación con nuestro entorno –por ejemplo, evitar seguir destruyéndolo como hacemos hasta ahora–, necesitaremos algo más que un conocimiento puramente teórico.

 

Por lo tanto, ante la inteligencia y el Orden manifestado, podríamos solo fluir con ese orden interviniendo e interfiriendo lo menos posible, flotando sin remar y reconectando con ese Orden implícito en nosotros también para saber cómo actuar o no actuar en el momento presente, sin disociarnos del mismo.

Eso no implica renunciar a aplicar nuestra Inteligencia, sino a observar, vigilar la mente que se ha separado como individual, egoica, para desactivarla lo más posible en su disfunción de charla mental, como organismo separado de ese orden cósmico o Inteligencia Una…y fluir con LO QUE ES.

 

Gracias. Gracias. Gracias

 

 


1 comentario:

  1. Que excelente explicación, gracias Tahita por compartirnos sabiduría, formas de vida, como dices fluir con lo que Es. Bendiciones

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