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sábado, 30 de noviembre de 2019

Profundizando en la noche oscura del alma

 

Cuando alguien atraviesa interior y existencialmente un momento particularmente difícil, podemos decir que está teniendo una "noche oscura del alma". Durante ese período, alguien puede verse sumido en sentimientos de desesperación, pérdida de significado y profunda incertidumbre sobre la vida y su propósito.

Una noche oscura del alma puede ser provocada por un evento externo, como un desastre natural, un diagnóstico médico que cambia la vida o la muerte de un ser querido. También puede ser provocado por un evento interno, "tocar fondo" con una adicción, o de repente sentir que el sentido que le dimos a la vida hasta el momento se derrumba.

Ya hemos considerado que si bien la noche oscura del alma puede ser extremadamente dolorosa, caótica y abrumadora, también puede ser un momento de transformación y renacimiento, y uno que estimula descartar lo que es innecesario,falso o lo que ya no funciona para  el momento atual.

El término "noche oscura del alma" proviene originalmente de un poema del mismo nombre escrito por San Juan de la Cruz, un poeta y místico español que vivió en el siglo XVI. El tema general del poema de San Juan es cómo las personas encuentran experiencias dolorosas a medida que alcanzan la evolución espiritual y la conexión con lo divino. El poema de San Juan está dividido en dos libros que ilustran las dos fases de la noche oscura del alma: primero, la curación de los sentidos, y segundo, la curación del espíritu. En este contexto, la curación se logra a través de un proceso de "purificación". Una forma de ver esto es que, en tiempos oscuros, somos desafiados hasta el punto de entrar en contacto con la esencia misma de nuestros sentidos y espíritu, y hay PODER en esto.

Carl Jung comparó la idea de San Juan a la de alquimia. La alquimia se centraba en intentar purificar y transformar sustancias; quizás la más famosa, la transformación del plomo en oro. Las etapas alquímicas describen los cambios físicos que sufre la sustancia a medida que los alquimistas experimentaban con ella. Jung usó estas etapas alquímicas como una metáfora para describir el proceso psicológico de navegar la noche oscura del alma.

Específicamente, Jung relató el viaje comparándolo a la etapa alquímica llamada nigredo, o ennegrecimiento. En esta etapa, la sustancia que experimenta el cambio se ennegrece por el fuego, por lo que puede purificarse y descomponerse en sus componentes más básicos, también conocidos como prima materia. Psicológicamente hablando, esto es cuando un evento disruptivo nos hace volvernos hacia adentro arrojar todo fuera y confrontar las partes básicas que nos componen, tanto claras como oscuras. Esto es cuando entramos en el oscuro y desconcertante mundo interior del inconsciente, encontrándonos con lo que Jung llamó nuestra sombra, o el "lado oscuro" previamente inexplorado de nuestra personalidad.

En esos momentos, nuestro jardín, nuestro laboratorio, iglesia o templo no es el lugar para encontrar la prima materia utilizado para la alquimia personal. Más bien, un buen lugar para comenzar la búsqueda es nuestro drama, nuestra crisis, nuestros sueños rotos, nuestra peor pesadilla, los desastres, todas esas experiencias horribles que están asociadas con los aspectos sombríos de la vida. Ahí es donde somos más vulnerables y más aptos para reunir el coraje para hacer cambios dramáticos.

Durante esta etapa, cuando nos enfrentamos a nuestra sombra repudiada o reprimida, también podemos comenzar a abandonar el apego a nuestra identidad externa y a los "objetos mundanos", como nuestro cuerpo, objetos materiales, títulos, etc. Cuando comenzamos a soltar  las capas externas, comenzamos a familiarizarnos más con nuestro ser completo, y también podemos establecer más sintonía con nuestra intuición. 

Pema Chödrön también ha escrito extensamente sobre la noche oscura del alma y sus emociones acompañantes, como el miedo, la ira, los celos, la amargura, el dolor, la vergüenza y el endurecimiento del corazón. Uno de sus principios básicos es que las emociones consideradas negativas se pueden usar para desarrollar un mayor coraje, compasión y sabiduría.

El concepto de usar la noche oscura del alma para elevar nuestra consciencia, no pretende negar la sensación de devastación que puede ocurrir después de una gran pérdida o trauma. Más bien, sirve como una hoja de ruta para ayudar a navegar una experiencia difícil.

El mensaje que podemos sacar de esto es que el descenso a las profundidades nos permite reunirnos con partes del yo ocultas o repudiadas para integraglas a una consciencia expandida.

La medicina moderna, y de hecho la psicología moderna, no dan solución a este proceso.

El uso de terapias cognitivas, de antidepresivos, de "superar" las cosas lo más rápido posible, de encontrar el cierre, de minimizar el sufrimiento no tiene sentido cuando uno está en una Noche Oscura. Hay ciertos pasajes en la vida, cuando todos los marcos habituales para comprender la condición humana, la nuestra y la del "otro", resultan inadecuados. No necesitamos, si comprendemos la finalidad del proceso, que nos quiten fácilmente nuestro sufrimiento y nuestra capacidad de resiliencia, de descenso y elevación.

 Lo que anhelamos es que alguien sea testigo o acompañe nuestro viaje. Y es que la psicología debe espiritualizarse para servir a las almas en sus procesos.

Jung dijo que inevitablemente se hace necesaria una dimensión espiritual en el trabajo psicológico; después de todo, es el trabajo del alma, el trabajo de la psique. Él está diciendo que la Noche Oscura tiene dimensiones espirituales y psicológicas. Si seguimos los pensamientos de Jung aquí, la tristeza y el sufrimiento están al servicio del viaje del alma, el Viaje de la Noche del Alma, como él lo llamó. Jung también encontró un paradigma que permite esta experiencia en los procesos de alquimia, en el nigredo o ennegrecimiento. El ego resiste el ennegrecimiento. No le gusta descender al "abismo peligroso, donde uno cae en aguas profundas, arremolinadas, indescifrablemente oscuras".

 No hay desvíos posibles, la única forma es ATRAVESARLAS.

 Nos sentimos desesperanzados, indefensos, traicionados, frustrados y deprimidos. Especialmente deprimidos. La medicina y la psicología modernas tienen como objetivo eliminar la depresión, pero en este saso...tenemos que estar presentes en ella.  La transformación no necesariamente resulta siempre del sufrimiento, sin embargo,el resultado de la Noche Oscura del Alma, es postulado por todas las tradiciones que lo abrazan, como altamente  transformador. Somos cambiados, miramos la vida de manera diferente, nuestras actitudes han cambiado, nuestros valores han cambiado.

Lo que creemos sobre el propósito y la naturaleza del sufrimiento marcará una gran diferencia en la forma en que soportamos una Noche Oscura.

Una noche oscura nos obliga a revisar nuestra filosofía de vida. Una filosofía inadecuada, basada en normas culturales y una miríada de distracciones choca con las necesidades reales de nuestra vida del alma. Si buscamos otra distracción, es probable que nos decepcionemos. Algunas de las muchas distracciones disponibles son las drogas, el sexo, el alcohol, la comida, nuestros dispositivos tecnológicos con aplicaciones cada vez más nuevas, o incluso otro conjunto de pautas que alguien más creó.

Cuando yo misma atravesé por  ese proceso, comprendí que el silencio y la entrega funcionaron y me hicieron aravesarlas mucho mejor que posponiendo esa tarea distrayéndome.

Una crisis de vida nos muestra las grietas en nuestra filosofía, por lo que necesitamos replantear, renovar o incluso cambiar por completo nuestra filosofía. "Lo he intentado todo", decimos. Sí, tal vez todo lo que ya sabemos, pero hay enormes capacidades del alma que aún no develamos, viajando en el oscuro viaje interior.

Al comienzo de una experiencia de la Noche Oscura, nos inclinamos a negarla, tratar de alejarla y agitarnos. Pero, a medida que avanza, nos sentimos abrumados por el peso y la oscuridad, y nos aquietamos. Nuestra energía se enfoca hacia adentro, comenzamos a aceptar que las cosas son como son y nos preparamos para vivirlas.

A través de la Noche Oscura te despiertas a algo más profundo, que ya no se basa en conceptos de tu mente. Un sentido de propósito o conexión con una vida mayor que ya no depende de explicaciones ni de nada conceptual. Es una especie de renacimiento. 

Thomas Moore, sin duda, ha sido mi guía más confiable en mis noches oscuras. Él dice: “Una noche oscura del alma es una especie de iniciación, que te lleva de una fase de la vida a otra. Es posible que tengas varias noches oscuras en el curso de tu vida porque siempre te estás convirtiendo en una persona más consciente y entras en la vida más plenamente". 

Por experiencia, cuando estamos en la Noche Oscura, evitemos consejos poco profundos, psicología popular, expertos en general y las distracciones del entretenimiento masivo. “Familiarícese con usted en el nivel más profundo posible y en el más mínimo detalle. Conviértase en el experto de su propio viaje. Preste atención. Tenga en cuenta cuándo evita, excusa, justifica y explica, y cualquier indicio de ser una víctima en su historia: "elimine cualquier insinuación sutil de resistencia"...nos aconseja Thomas Moore.

No luches por salir de la Noche Oscura hasta que te deje ir. Deja que las experiencias y la tristeza hagan su trabajo en ti. Espera. Por lo general, dura un tiempo: la preocupación de un día no constituye una Noche Oscura. Escribe un diario. Rastrea la cara de tu alma: será mucho más visible ahora, en la oscuridad.

Entra en la oscuridad con toda tu fuerza e inteligencia, y tal vez encuentres una nueva visión y un sentido más profundo de ti mismo. Incluso si la causa es externa: un crimen, una violación, un aborto, un engaño, la muerte de un ser amado, aún puedes descubrir nuevos recursos dentro tuyo,  y una nueva perspectiva de vida.

Una noche oscura simplifica tu vida.

Deja de lado tantas cosas como sea posible que no sean esenciales. La noche oscura requiere mucha energía. Usa tu energía sabiamente. Al mismo tiempo, mantén algo que te ancle a tus responsabilidades con el mundo exterior, como tu trabajo o tu familia. Ya que la Noche Oscura nos dirige hacia la soledad, trata de no aislarte totalmente, solo lo que necesites. Cuídate. Mantén una rutina regular: has lo mejor que puedas para comer, dormir, hacer ejercicio básico y cuidar tu salud. Esto puede ser difícil de hacer cuando nada de eso te hace sentir mejor de inmediato.

 Es inevitable que la Noche Oscura se experimente como depresión. Recuerda que Nigredo significa ennegrecimiento. De hecho, parte del desafío de la Noche Oscura es quedarse con la depresión y tener fe en que saldrás de esas profundidades que nunca soñaste transitar.

Como dice Thomas Moore, permite los dones de la depresión:

Probablemente sabes más sobre las profundidades de tu alma por los períodos de dolor y confusión que por los momentos de alegría. La oscuridad y la agitación estimulan la imaginación de cierta manera. Te permiten ver cosas que normalmente pasarías por alto. Te vuelves sensible a un espectro diferente lleno de emoción y significado. Percibes los extremos ultraconscientes de tus sentimientos y pensamientos, y te das cuenta de  cosas que no notarías en tiempos normales.

 Los tiempos oscuros dejan su huella y te hacen una persona atenta y compasiva. Pema Chödrön nos dirige a confiar en lo que surja, lo que sea que sientas, como una parte necesaria y absolutamente valiosa de la experiencia de la Noche Oscura.

 

Ella dice:

“Trabajar con situaciones adversas es lo que me despierta, no evitarlas ni distraerme de lo que es el dolor punzante en mi propio corazón y mente. Aceptar esto me ha enseñado todo, incluida una mayor sensación de bienestar y felicidad. Es importante dejar que los aspectos dolorosos y perturbadores de la vida sean el maestro de uno. Al mismo tiempo, ser incondicionalmente amigable con uno mismo, con los sentimientos que las circunstancias externas provocan en uno; el dolor, el sufrimiento, aceptar lo inaceptable. No se deje atrapar por la historia mental, sino quédese con la experiencia sentida, ubicada en el cuerpo. Puede ser vergüenza por algo que ha hecho, odio a mí mismo, sentirse realmente mal con uno mismo. Encuentre una profunda aceptación de uno mismo, comenzando en el cuerpo, manteniéndose así durante breves períodos al principio, hasta que comprenda que somos fundamentalmente buenos y completos. Por lo tanto, no se deje atrapar por las historias que se cuenta, sino que cultive un sentimiento de calidez y amabilidad consigo mismo. No importa cuán oscuros sean los sentimientos, manténgase presente. Trátese como un niño. Esté dispuesto a hacerlo, incluso cuando se sienta realmente mal. De a poco, comience a ser capaz de aceptar, honrar y respetar lo que es ser humano. Experimenta lo que experimentas total  y completamente. En última instancia, esto conduce a la compasión y la empatía por todos los demás. La melancolía, la tristeza y la desesperación no son enfermedades; no necesitamos patologizarlas”.

 

Finalmente, la Noche Oscura nos introduce a la paradoja, a la proximidad de los opuestos, como el sufrimiento y la alegría.

Mientras le das a una noche oscura su debido tiempo y atención, también puedes cultivar amor por la vida y alegría de vivir que no contradicen para nada la oscuridad. Puedes dedicarte a tu tarea y tu visión de la humanidad y también sentirte tocado por el sufrimiento en el mundo”.

De hecho, cuando hemos sondeado nuestras propias profundidades, no podemos negar el sufrimiento del mundo. Cuando nos sumergimos profundamente en nuestra propia humanidad, somos uno con toda la humanidad. Antes hablé de la necesidad de una filosofía de vida adecuada. Esta filosofía debe incluir la paradoja, donde los conflictos se unen y entendemos que la oscuridad y la alegría son una al lado de la otra, coexistentes, intersiendo, y no necesariamente secuenciales.

Siempre disfruto terminar cualquier exposición con el recordatorio de lo que es real…

 

SOLO EL AMOR ES REAL

Gracias. Gracias. Gracias.

Tahíta

Rindiéndonos a la Gracia

“La gracia siempre está presente. La piensas como algo alto en el cielo,

lejana, y que tiene que descender. Está realmente dentro tuyo, en tu Corazón,

Y en el momento en que fusionas la mente en su Fuente,

la gracia se precipita, brotando como un manantial dentro de ti "

- Ramana Maharshi

 

"Gracia" es una palabra tan simple y hermosa que tiende a aligerar nuestro estado de ánimo e inspirarnos. Independientemente de nuestra creencia espiritual, evoca una sensación  de algo que ha estado aquí todo el tiempo, en el trasfondo de nuestra conciencia, haciéndose más evidente en nuestras transiciones y transformaciones. Pero, ¿qué es exactamente la gracia?

La gracia es la experiencia directa de la presencia Divina cobrando vida desde adentro. Cuando esto ocurre, nos sentimos conectados con la fuente del verdadero amor, la paz, la fuerza y ​​la alegría. La vida es significativa, porque recordamos que estamos dentro y somos parte de ella.

La gracia es más que un estado elevado que llena el corazón de gratitud. Es la clave para avanzar en el camino espiritual, finalizar la búsqueda y encontrar la verdadera completitud.

Abrirnos a la gracia termina la lucha, transforma el sufrimiento en sabiduría y nos ayuda a encarnar nuestro máximo potencial. Lo más importante es que nos ayuda a ser más maduros y receptivos en estos tiempos de enormes cambios e incertidumbre en todo el mundo. 

La gracia brota dela rendición que ocurre no al tratar de aniquilar el ego, sino a través de una práctica que yo llamo relajar el ego, o sea, aprender a ser abierto e indefenso en toda experiencia. 

Considera cómo aparecimos en este mundo, cómo alguien llegó a estar aquí, cómo llegaron a existir los océanos, las montañas y las plantas. Algo primordial, inteligente y benéfico late dentro de todo. No podemos verlo con los ojos físicos y, sin embargo, la evidencia está en todas partes, animando todas las cosas. Este es el fundamento de la gracia. Es la causa de nuestro Ser y de todo Ser. Reconocer esto hace posible que el ego, el miedo, el control, el juicio y toda su complicada historia se diluyan.

Reconocer que existimos en la Gracia permite que estas fuerzas densas del ego se fundan en una presencia que nos brinda total apoyo para estar justo donde estamos. Esto es lo que permite que la mente se calme y el corazón se abra. Esto nos permite actuar con compasión. La Gracia nos ayuda ante el cambio y la incertidumbre, mientras descansamos internamente en lo que nunca se desequilibra ni cambia. Pero es importante aprender cómo mantennos presentes y vulnerables en cada experiencia directa, renunciando a la necesidad de mejorarla, arreglarla, rechazarla o reorganizarla. Así es como nos rendimos al poder de la Gracia.

La gracia suaviza nuestros problemas, trasforma el sufrimiento en sabiduría y trata siempre de llevarnos a descubrir lo que somos.  Es la presencia viva que trabaja en nosotros, haciendo consiente lo que está limitando nuestra libertad.

Solo nos pide que permanezcamos presentes y abramos el corazón a todas las experiencias, incluido el dolor, la ira y el sufrimiento. A cambio, nos descubre la raíz de los obstáculos, ya sea traumas no digeridos o patrones ancestrales o kármicos, y abre esos patrones, suavizando la experiencia y permitiendo que el misterio actúe en nosotros. El poder transformador de la gracia nos ayuda a lidiar honestamente con lo más ríspido de la vida.

Se nos pide sí, que desempeñemos nuestro papel, mirando honestamente lo que necesita nuestra atención, y seamos sinceros a medida que avanzamos en el perdón, la compasión y el trabajo sobre las identidades del ego y el material inconsciente.  Para que el verdadero perdón sane nuestras heridas y nos limpie de la culpa, necesitamos la Gracia. Para que la compasión se vuelva real, no solo un buen concepto, necesitamos Gracia. Para librarnos de patrones repetitivos en nuestra vida, necesitamos la Gracia. En verdad, es lo que nos ayuda a cruzar de la limitación a la libertad.

Vayamos aún más profundo…

Consideremos la posibilidad de que nuestro cuerpo, corazón, mente y todas las partes de nuestro vehículo humano sean mucho más de lo que parecen. ¿Qué pasa si fue diseñado originalmente para ser un receptáculo de la gracia, una fuente humana en la cual las aguas vivas no solo reciclan todas las cualidades de nuestra naturaleza esencial, sino que también se desbordan para espiritualizar nuestro mundo?

El objetivo de todo esfuerzo espiritual no es, en última instancia, que solo algunos de nosotros pasamos un momento más feliz, sino que haya seres humanos espiritualmente más maduros, sabios y amorosos en cada lugar del planeta. Caminar a consciencia por la vida diaria en estos tiempos desafiantes nos invita a continuar rindiendo nuestros planes humanos al plan mayor, que la Gracia representa. Esto significará continuar entregando patrones y comportamientos egocéntricos a su poder.

Para poder responder desde la gracia en lugar de reaccionar ante cada situación, pequeña o no de la vida cotidiana, es necesaria la ecuanimidad y aprender a descansar en la conciencia mientras abrimos nuestro corazón a todas nuestras emociones y desafíos fluctuantes. 

Podemos movernos EN GRACIA…cuando percibimos y escuchamos la inteligencia más profunda en lugar de guiarnos por el pensamiento del ego para navegar a través de los desafíos cotidianos. 

Hoy, más que nunca, necesitamos integrar en lugar de demonizar nuestra sombra para que todos podamos ser una Presencia más potente de amor y sabiduría en este mundo.

La gracia está siempre presente moviendo sutilmente los amorosos hilos de la red de la Vida, para que así sea…

¡Y ASÍ ES!

Tahíta

Como somos…es perfecto

 

No es fácil dejar de lado la opinión de que somos fundamentalmente defectuosos. Recibimos tantos mensajes en nuestra vida cotidiana que nos dicen que no somos lo suficientemente inteligentes, lo suficientemente hermosos o lo suficientemente exitosos. Si pudiéramos trabajar más duro, comer más saludablemente o estar un poco menos estresados, entonces tal vez, solo tal vez, finalmente nos sentiríamos bien.

La suposición básica en estos mensajes es que no somos lo suficientemente buenos, y tal vez nunca lo seremos. No importa lo que logremos en la vida, cómo nos veamos o cuán lejos subamos de categoría en numerosos campos. Siempre hay algo que falta.

Y lo que sucede es que no consideramos lo principal…la conciencia. La conciencia es como un hilo que recorre cada experiencia que tenemos. Nuestros pensamientos y emociones cambian constantemente. Nuestras reacciones y percepciones van y vienen. Sin embargo, a pesar de estos cambios, la conciencia siempre está presente…abierta como el cielo, inmensamente profunda y vasta como el océano, y estable como una montaña.

Y aunque no lo hayamos considerado…La conciencia no mejora cuando tenemos un pensamiento inspirado o una emoción sublime. No empeora cuando estamos completamente neuróticos. La conciencia simplemente es. No es algo que hacemos. Es quienes somos.

Lo que cambia es nuestro personaje, o personalidad. Ese al que nos referimos cuando decimos “ser la mejor versión de nosotros mismos” …cuando en realidad, no es lo que somos.

Dado que la conciencia siempre está ahí, lo único que debemos hacer es reconocerla. No necesitamos mejorarla, y no podríamos incluso si lo intentáramos.

Es solo saber: presencia sin esfuerzo.

¿Quién está leyendo esto ahora? ¿Quién está teniendo esta experiencia? Es la conciencia. Esta conciencia es quienes somos ahora, en este mismo momento.

Esta presencia sin esfuerzo no es un estado en blanco y sin vida. Está viva y profundamente comprometida con el mundo.

Cuando simplemente estamos presentes con lo que sucede dentro y alrededor de nosotros, surge un sentido natural de amor y compasión. Al igual que la conciencia, estas cualidades no son algo que tengamos que desarrollar o cultivar. Son cualidades permanentes de nuestra verdadera naturaleza.

Las semillas de la compasión y el Amor están siempre presentes.

El amor y la compasión están presentes cuando menos esperamos que lo estén. Incluso están presentes dentro de emociones dolorosas como el miedo y la ira. 

Mientras la conciencia esté presente, el amor y la compasión también están presentes.

Otra cualidad esencial de nuestra esencia es la sabiduría. Cada uno de nosotros tiene una profunda sabiduría. Puede que no siempre lo notemos, pero está ahí.

La sabiduría es la compañera constante de nuestra búsqueda interminable. En algún nivel profundo, sabemos cuándo estamos buscando en el lugar correcto. Y cuando nos entregamos a un viejo hábito, sabemos cuándo nos estamos desviando. No siempre escuchamos esa voz, pero está ahí. Somos como un pájaro, volando de árbol en árbol buscando nuestro nido. 

Cuando comenzamos a virar desde el hacer al ser, al menos en una pausa de nuestras ocupaciones, sentimos esa sensación de estar finalmente en casa. Podemos soltar la búsqueda y relajarnos. Nadie necesita decirnos esto cuando sucede. Ese conocimiento intuitivo es sabiduría. Cada pensamiento, cada emoción y cada impulso están enraizados en esa sabiduría. Solo necesitamos reconocerla.

Si la conciencia, la compasión y la sabiduría fueran cualidades que pudiéramos alcanzar o desarrollar, tendría mucho sentido esforzarnos para cultivarlas. Pero no tenemos que cultivarlos porque son parte de nuestra naturaleza básica. Ya las tenemos.

Cualquier intento de cambiar, arreglar o mejorar lo que está sucediendo en el momento presente refuerza la vieja creencia de que nos estamos perdiendo algo. Por otro lado, si no hacemos nada, estamos justo donde comenzamos. Nada cambiará.

La clave de esta paradoja es el reconocimiento. Lo esencial en nosotros no es algo que debamos hacer, sino reconocer. Cuando lo hacemos podemos actuar en consciencia con sabiduría, compasión y el amor.

Una manera simple de realizar esto es hacer una pausa de vez en cuando para simplemente ser. Si tu meditación habitual es concentrarte en la respiración, deja la meditación de vez en cuando y simplemente sé. No controles tu atención de ninguna manera. La atención es como una brisa; la conciencia es como el cielo mismo. Siempre está en calma.

Cualquier pensamiento y sentimiento que surja …déjalo en paz. No hay una sola experiencia que pueda obstaculizar la conciencia. Simplemente déjalos a todos allí, y observa que la conciencia siempre está ahí también. Si eres consciente de tu conciencia, es suficiente.

Esto se sentirá raro al principio. Incluso puede ser inquietante, y es casi seguro que experimentarás el impulso de hacer algo como forzar la atención. Eso es normal. 

A medida que te familiarices con esta calidad de ser, entonces con más facilidad verás que la compasión y la sabiduría están ya aquí. 

Te darás cuenta de que nunca serás más perfecto de lo que eres ahora, en este mismo momento.

 

¡Y LAS BENDICIONES FLUYEN!

Tahíta