DONACIÓN AMOROSA

 

DONACIÓN AMOROSA

 

GRACIAS

GRACIASSSS...Por todo vuestro amoroso apoyo tanto presencial como financiero, los que han podido, a través de tantos años. Porque ayuda el que dona dinero...pero ayuda inconmensurablemente quien expande su amor y su Presencia en el Infinito Campo de Conciencia en el que estamos entrelazados♥

Buscar este blog

sábado, 30 de junio de 2018

El arte de la limpieza




 

En el ajetreo de nuestra vida actual, nos vemos atraídos a una actividad incesante que a menudo nos separa de la dimensión más profunda de nuestro ser. 

Con nuestros teléfonos inteligentes y pantallas de computadora, a menudo permanecemos atrapados “en la superficie” de nuestras vidas, en medio del ruido y el parloteo que continuamente nos distraen, que nos impiden enraizarnos en nuestra verdadera naturaleza. 

 En este momento, me parece cada vez más importante tener actividades externas que puedan conectarnos con lo que es más natural y ayudarnos a vivir en relación con la raíz profunda de nuestro ser, y en una conciencia del momento que por sí sola puede dar un significado real a nuestra existencia cotidiana.

Nos han convencido de que lo importante es “lo espiritual” y dejamos de lado la sabiduría de la unicidad de ambos aspectos, material y espiritual, en alas de ilusorios sueños  del más allá y otras dimensiones…siendo que como todas ellas se interpenetran, raro sería que tener nuestro entorno físico sucio pueda no ser parte de “lo sagrado” que consideramos Todo.

 Podemos llevar a cabo una serie de prácticas sencillas que combinen la acción y la atención plena, o una conciencia más profunda, que nutrirán nuestras vidas de manera insospechada. 

Estas actividades, como caminar a conciencia, cocinar con amor y atención, pueden ser nuestra interconexión natural con la vida en su belleza y maravilla. Pueden ayudarnos a "ordenar" nuestra vida externa y a enraizarnos en lo que es simple y real. Una de estas prácticas, que combina la acción con la atención plena, es la limpieza.

El arte de limpiar es una actividad espiritual simple que a menudo se pasa por alto. La imagen del monje barriendo el patio tiene un profundo significado, porque sin la práctica de la limpieza no puede haber espacio vacío, ni espacio para una profunda comunión con lo sagrado. La limpieza externa e interna pertenece a la base de la práctica espiritual, y cuando la escoba del monje toca el suelo, tiene una relación particular con la Tierra. 

Necesitamos crear un espacio sagrado para vivir en relación con lo sagrado dentro de nosotros y fuera también.

En los tiempos modernos, limpiar la casa de uno a menudo se considera una tarea cansadora e incluso innecesaria. Podemos gastar tiempo y energía (y productos caros), pero el arte simple de limpiar nuestro espacio de vida rara vez tiene prioridad. Nuestra cultura nos llama a usar productos que matarán a todos los "gérmenes" que nos rodean, productos que a menudo son más tóxicos que los gérmenes, pero ¿prestamos atención, atención plena, al cuidado del espacio en el que vivimos? ¿Estamos completamente presentes con nuestro cepillo o aspiradora?

Una vez que nos damos  cuenta de que todo es parte de un todo viviente, que nada está separado, entendemos que todo necesita cuidado y atención. Podemos llevar  esta sensación y conciencia a nuestra  limpieza.

 Limpio una mesa, desempolvo un estante, brindo atención y amor, porque todo responde al amor y la atención, no solo la gente, los animales, las plantas, sino todo

Creo firmemente que así como debería tener solo lo que necesito, debería tener solo lo que puedo amar y cuidar. Es un simple reconocimiento de lo sagrado que está presente en todo, y una forma de vivir desde el corazón en la vida cotidiana. Esta creación está tejida por amor. Y cuando limpio, también cuido lo que me rodea, sabiendo que también necesita ser amado.

Al limpiar mi espacio vital, estoy creando vacío, limpiando los desechos que se acumulan tan fácilmente. Y cuando uno limpia con amor y atención, uno no solo aspira el polvo, sino también los desechos psíquicos, incluso las formas de pensamiento sin valor que permanecen en el aire. Debido a que nuestra cultura valora solo lo que puede ver y tocar, no entendemos esta acumulación invisible. Pero es real, y sin atención consciente desordena nuestra vida más de lo que creemos. 

Alguien  que viajaba dando charlas me comentó que algunas veces se quedaba en la casa de un terapeuta. Recuerda que una noche le dieron una cama en la "habitación libre", que también era la sala de terapia de su anfitrión. Después de algunas horas inquietas, dejó de intentar dormir y se dio cuenta de que estaba inmerso en la sopa psíquica de todos los pacientes de su anfitrión. A través de su trabajo de terapia, sacó sentimientos inconscientes a la superficie, sombras,  ira y depresión a la conciencia. Y entonces estaban flotando por la habitación, esperando atarse a la siguiente persona que ingresara. El terapeuta no entendía la limpieza psíquica. Tristemente no había sido parte de su entrenamiento o práctica. El aire era denso con contenidos psíquicos descartados.

Esto no es raro.  A menudo, las personas que  curan se lavan las manos después, pero luego la enfermedad simplemente ingresa en el agua o en el aire, para ser bebida o respirada por otra. Por eso la limpieza del ambiente es imprescindible.

Cuando brindamos una calidad de atención en nuestra limpieza, los desechos psíquicos pueden ser absorbidos junto con el polvo. A menudo, la atención está vinculada a la respiración, por lo que los dos trabajan juntos. Cuando trabajamos de esta manera, los desechos no nos perjudican, y podemos encontrar una profunda satisfacción en esta práctica.

Nuestra cultura actual nos enseña a acumular, pero no a vaciar.

 Pero como trabajo espiritual en los mundos interno y externo, a fin de dar espacio a lo divino, para regresar a lo sagrado, tenemos que practicar la limpieza en nuestra vida cotidiana.

 Aprendemos a comer conscientemente, a estar atentos a nuestro entorno exterior, a barrer nuestro patio. También tenemos que aprender a limpiar nuestra casa, tanto física como internamente. Así como tenemos que aprender a vaciar nuestra mente en meditación, a despejar el desorden de pensamientos innecesarios, también necesitamos limpiar conscientemente nuestro espacio vital. Al desempolvar, barrer, pasar la aspiradora con atención, a llevar conciencia al terreno de nuestro ser. Esto tiene que ver con el respeto por nuestro medio ambiente.

En algunos viejos rituales celtas después de una boda, la pareja camina hacia la celebración precedida por un niño y una niña con escobas, que están barriendo desechos pasados para que la pareja tenga un matrimonio feliz. Estos rituales antiguos llevan una comprensión de los mundos internos y cómo pueden afectar nuestra vida diaria. 

No solo estamos trabajando con el mundo físico exterior, sino también con los mundos internos, y debemos respetar esto.

 Tenemos que volver a dejar la menor cantidad de basura detrás de nosotros como podamos. Necesitamos volver a aprender cómo barrer con nuestras escobas, la externa y la interna, que están íntimamente relacionadas.

 Es más importante de lo que pensamos.

TODO ESTÁ RELACIONADO. TODO ES SAGRADO. TODO ES UNO.

¡Y las bendiciones fluyen!

Tahít

Pertenecer no es Encajar


Todos sentimos la necesidad humana de “pertenecer”.A una familia,  un grupo de trabajo o meditación, a una sociedad o país. Sin embargo, para quienes  optamos cada día por vivir en consciencia, se hace obvio que  también optamos por no “encajar” con todos los que nos rodean …o sea, jugando con la palabra…“no considerarnos todos metidos en la misma CAJA” (en-cajar) en lo que respecta a seguir en piloto automático comportándonos como la totalidad de ese entorno de personas.

Cuando llegamos al centro, el anhelo de pertenecer permanece, pero el anhelo de encajar se disuelve.

Existe una diferencia entre desear pertenecer y desear encajar. Podemos pensar que es lo mismo o que para experimentar lo primero, lo último debe suceder. No es verdad. L as personas que experimentamos  el verdadero sentido de pertenencia no somos aquellas que intentan mezclarse con los demás mimetizándose en un sentir o pensar colectivo, sino aquellas que sostenemos y vivimos nuestra autenticidad y nos sentimos cómodas con nuestras propias elecciones.

 En algún momento del camino (generalmente en la infancia), muchas personas aprenden que pertenecer a su familia, escuela o vecindario significa : “ser como todos”. Por ejemplo, mamá o papá eran rígidamente controladores, críticos y / o narcisistas, por lo que se desalienta a los niños a desarrollarse de manera diferente. Los niños aprenden que para ser amados o aceptados, tienen que reprimir su individualidad o independencia, una lección que llevan a la adultez, donde ya están programados a “no salirse de la caja de lo que se espera de ellos”.

 De esa manera, nos negamos...Curar, sanar y liberar los vínculos.

 Pertenecer no es encajar. De hecho, encajar es la mayor barrera para pertenecer. Pertenecer es algo completamente diferente: nos mostramos, nos dejamos ver y re-conocer como somos en realidad, les guste o no a los demás. Podemos cometer errores, ser vulnerables y sentir intensamente, no importa lo que los roles de los demás nos exijan.

Es fácil camuflarse con “los otros” y desaparecer hasta que tu auténtico yo se evapora. Es simple y cómodo, y a menudo parece que todos los demás lo están haciendo también.

Una vez que decidimos pertenecer en lugar de encajar, comenzamos a regresar a nuestro ser auténtico. La autenticidad es donde sentimos la totalidad, una de las mayores fuentes alegría y paz.

 Pertenecer viene de ser uno mismo, lo que incluye hacer lo que disfrutamos o escogemos de forma única y expresar nuestros pensamientos y sentimientos, aunque sean diferentes de los de los demás. Pertenecer comienza con la auto-aceptación. Nuestro nivel de pertenencia, de hecho, nunca puede ser mayor que nuestro nivel de auto-aceptación, porque creer que somos autosuficientes y capaces, dignos de ser amados y valorados, es lo que nos da valor para ser auténticos, vulnerables e imperfectos. Cuando no tenemos eso, cambiamos de forma y nos convertimos en camaleones, tratado según la circunstancia y el entorno de “encajar”, dejando de lado la dignidad de lo que SOMOS.

Por ejemplo: …tratamos de encajar… usando  ropa de determinada marca porque hemos visto a otros usarla y nos hace aceptables a sus ojos. o… participando  de  una conversación que nos deja sintiéndonos culpables o insatisfechos o… asistiendo a  movimientos sociales debido compromiso, culpa o soledad. Pertenecemos realmente…cuando usamos  ropa que nos haga sentir cómodos o bien, que nos permita mostrar nuestra singularidad…cuando somos parte de una conversación que nos desafía a pensar, nos permite expresarnos sin necesidad de corazas y decir lo que sentimos…cuando participamos en una movilización o evento debido a sentimientos de disfrute o identificación plena con una causa.

 Tomémonos  un minuto para examinar el precio que estamos pagando por tratar de encajar en esa caja (familia, empleo, grupo, etc.) que cercena completamente el sentido de pertenencia alimentado por el amor a lo que SOMOS, por elección o cuestión de vida, pero sin duda, con autenticidad, sin imposiciones.

Tomemos nota de lo que hemos reprimido y entregado  para ser queridos y aceptados. Prestemos especial atención a cómo nuestra  educación programó cómo nos sentimos  acerca de nuestro cuerpo, nuestro peso, apariencia en general, etc  y lo que teníamos que hacer para adaptarnos a nuestra familia. Luego establezcamos la intención de experimentarnos siendo NOSOTROS MISMOS.

 Estemos dispuestos y preparados para estar solos cuando comencemos el viaje de regreso a nuestro ser auténtico. Preparados para sentirnos solos, desorientados y desafiados al principio; desnudos cuando elijamos la autenticidad. Los consejos bien intencionados, que a menudo sentiremos como críticas, vendrán de aquellos que se sienten más cómodos con una relación con alguien amoldado (metido en moldes) o que “encaja” con los demás…Pero ninguno de nosotros quiere estar metido en cajas o moldes que no nos dejen expresarnos. Recordemos cuánto merecemos integridad, paz y alegría.

Irónicamente, cuanto más sigamos el ritmo de  nuestro propio tambor y nos aceptemos, más nos acercaremos a la verdadera pertenencia…PERTENECERNOS A NOSOTROS MISMOS…y paradójicamente a lo que nos rodea e interpenetra, aquello con lo cual interactuamos, constantemente, pero con los pies bien puestos sobre una Tierra “elegida”

Y las bendiciones FLUYEN!
Tahíta

A corazón Abierto



 
Sigue rompiendo tu corazón hasta que se abra. - Rumi

Siempre se nos dice que hay que ser lo suficientemente valientes como para abrir el corazón
La palabra "abrir" evoca en mí espacios expansivos, amplios horizontes.

Lo que a menudo olvidamos es que, de manera hermosa, el mundo funciona por contrastes. Todo es cíclico, al igual que las mareas y las fases de la luna, entramos y salimos de la expansión y la contracción.

Así también, el corazón.

La apertura a menudo es provocada por una explosión, una presencia o una situación que nos desarma…o sea, nos deja vulnerables y aparentemente inermes.
Nos olvidamos del contraste. Rogamos por la luz. Aunque sabemos que todas las cosas son temporales.

En eso, el corazón es un gran maestro. Nos lleva a profundidades que no teníamos idea que existían hasta ahora dentro de nosotros, esas  partes que pretendemos ignorar, y nos las agita en la cara.

Es importante recordar que nos estamos impactando todo el tiempo, en oleadas, en palabras e interacciones, en abrazos y maltratos no visuales, sino energéticos.

Aunque el amor es el combustible de gran parte de nuestra experiencia :conducidos por el ego llevamos la planificación a su punto más alto en búsqueda de esta vibración por la cual no es necesario trabajar intelectualmente.

 Simplemente debemos rendirnos.

Pero nos encanta el desafío: desafiarnos a nosotros mismos, nuestras creencias, nuestros cuerpos. Lo que  también puede significar que amamos la lucha y aún la elegimos, que amamos encarnar al guerrero.

Pero a menudo, ser un guerrero significa bajar los brazos y rendirse.

Para despertar  el corazón debemos permitir que su intensidad y calor  quemen todas las otras cosas que se interponen en el camino, como el deseo de lucha. No hay otra opción que rendirnos a su fuego.
Por supuesto, experimentaremos  gran alegría y gran tristeza. Lo que llegue podrá arrollarnos y trastornarnos  repentinamente. Y aunque aprendamos a encontrar quietud  en nuestras meditaciones, con nuestra respiración, aun así, la experiencia de una mayor conciencia lo agudiza todo y una sensación de requiebre, de caos antes de la tormenta nos  invadirá una y otra vez.

Siempre estará allí, como un recordatorio de que tenemos cuerpos, pero no somos solo cuerpos. De que estamos vibrantemente conectados, e interactuamos más que físicamente, de que  Somos campos de fuerza ambulantes, pequeños rayos de todo lo imaginable, reducidos, condensados y empaquetados en hermosos vasos que se fusionan.

Diciendo "sí" a la apertura del corazón y la interacción, elegimos ser desafiados. Estamos asintiendo con la cabeza a ser lastimados y sorprendidos, así como abrazados y contenidos. Aun podemos aplaudir ante la oportunidad de enfrentar todo y levantarnos.

La rendición es la clave.

Sin importar hacia dónde dirigimos nuestra energía amorosa, hay que sostener la intención de  permanecer abiertos, incluso cuando sentimos que hemos sido heridos, quebrantados. Hay una lección allí, en ese quebrantamiento.

Hay una lección en reconocer cada experiencia que tenemos es simultáneo con la de otros, o que experimentamos por todos los que nos rodean. Hay un aprendizaje en dejar que el corazón dirija el camino, en permitir que sea su luz la que guíe y conjure nuestras idas y venidas diarias, logros y fallas.

Cuando elegimos despertar nuestro corazón abierto, permitiéndole latir como opción primera, estamos de acuerdo con una vida expansiva. Estamos de acuerdo en pasar por alto lo que a menudo se nos dice que es aceptable. ..para explorarlo internamente sin creencias preconcebidas.

Elegimos conscientemente desviarnos de lo mundano, lo restringido, lo oprimido y lo autocensurado.
Ser verdaderamente de corazón abierto es latir con el pulso de lo divino, en la luz y la oscuridad, en la alegría y en el dolor, en la aceptación y la agitación, rindiéndonos a lo que llegue.

La vida conscientemente vivida…no deja piedra sin remover, y el camino consciente comienza con el compromiso de expandir nuestra percepción cada día.

Eso, es vivir a Corazón abierto, pase lo que pase.


Desde el corazón les abrazo.

Tahíta