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lunes, 26 de diciembre de 2022

Una resolución de año nuevo - Tahíta


 

Cada año, miles de personas elaboran listas interminables de lo que esperan lograr, mejorar o aprender.

Hacer listas es fácil; apegarse a ellas no.

Una vez que la alegría navideña se desvanece y volvemos a nuestra ajetreada rutina diaria, lentamente nos olvidamos de nuestras listas y volvemos a nuestros estados de falta de atención, letargo y agotamiento.

 No hago listas de cosas que  que no lograré. En cambio, elijo ser realista.

No tengo nada en contra de las listas, pero me doy cuenta de que hacerlas y no cumplirlas puede hacernos sentir abrumados y estresados.

 Sogyal Rimpoché dice algo que puede hacernos reflexionar…

“Hágase estas dos preguntas: ¿Recuerdo en cada momento que estoy muriendo, y que todos y todo lo demás lo está, y así trato a todos los seres en todo momento con compasión? ¿Se ha vuelto tan aguda y urgente mi comprensión de la muerte y la impermanencia que estoy dedicando cada segundo a estar presente? Si puede responder 'sí' a ambas, entonces realmente entiende la impermanencia”. 

El problema es que cuando hacemos resoluciones de Año Nuevo, pensamos (y seguramente esperamos) que durarán. Queremos que todo sea permanente: un trabajo permanente, una relación permanente, una amistad permanente, una casa permanente, etc.

Y es bueno porque ciertamente nos mantiene motivados. Sin embargo, en nuestra búsqueda de dar significado y propósito a nuestra vida, olvidamos que, como dijo Sogyal Rinpoche: “Estoy muriendo y todos y todo lo demás lo está”. Caminamos por la vida con una gruesa venda negra en los ojos que bloquea lo que realmente sucede a nuestro alrededor.

La impermanencia es lo que realmente sucede a nuestro alrededor. Pero no la tomamos en serio (y algunos de nosotros decidimos esconderla debajo de la alfombra).

No soy una pesimista que pasa el Año Nuevo pensando tristemente en la impermanencia de todo, sin embargo, puedo reconocer el bien en la misma y estar en paz. Como dijo Thich Nhat Hanh:

 “Gracias a la impermanencia, todo es posible. La vida misma es posible. Si un grano de maíz no fuera impermanente, nunca podría transformarse en un tallo de maíz. Si el tallo no fuera impermanente, nunca podría proporcionarnos la mazorca de maíz que comemos”.

Comprender la impermanencia nos da la oportunidad de apreciar nuestro momento presente y las personas que lo habitan. 

Nos motiva a practicar la bondad y la compasión con quienes se cruzan en nuestro camino. 

Nos da la esperanza de que todo, sin importar lo mal que esté ahora mismo, se transformará en otra cosa.

 Cuando hacemos propósitos de Año Nuevo este año... ¿Entendemos que el cambio es inevitable? ¿Sabemos que estamos cambiando, todos los días, momento a momento?

 La vida se parece a un flujo de corriente permanente. Ni somos los mismos que ayer, ni sentimos lo de siempre. Ni pensamos igual, ni miramos de la misma manera. Absolutamente todo lo que sentimos pasará, tanto la tristeza que cala el alma como la felicidad que aparenta que se quedará. A un momento de dicha, le sigue otro de desdicha, a un momento de crisis le sigue otro de reconstrucción, en quien se anima a no quedarse eternamente “identificado” en una misma emoción o situación. 

Esta es la única resolución de Año Nuevo que realmente quiero sostener:

Aceptar que nada permanece igual.

Cuando adoptamos esta mentalidad y la mantenemos como un recordatorio en el fondo de nuestra mente, nos sentimos menos frustrados con las cosas que no salen como queremos.

Aceptamos la realidad tal como es y entendemos que la vida  es impredecible, y está fuera de nuestro control.

Antes de establecer metas o trabajar para mejorarnos a nosotros mismos, necesitamos respirar, hacer una pausa y mirar a nuestro alrededor.

La vida se parece a una armoniosa danza que deberíamos aprender a bailar... no solo con el cuerpo, sino con la mente y con el alma. Una mente que flexibiliza y abre posibilidades y un alma dispuesta a crecer con cada acontecer. Así en el baile como en la vida, quien opone resistencia desentona. 

 No podemos evitar la impermanencia, pero podemos encontrar oportunidades en ella.

“La impermanencia no conduce necesariamente al sufrimiento. Lo que nos hace sufrir es querer que las cosas sean permanentes cuando no lo son”. ~ Thich Nhat Hanh

 

Gracias. Gracias. Gracias

lunes, 19 de diciembre de 2022

Vivenciar la Maravilla de Ser- Tahíta

 


Todo lo que hay es “Lo que ES” y lo que aparece como parte de ese todo es la creencia y la experiencia de ser un yo separado, un individuo aparente con su propio libre albedrío, elección y capacidad para actuar. 

Este acontecimiento únicamente humano se llama autoconciencia.  

El aparente sentimiento de estar separado está en la raíz del sufrimiento, la inadecuación y la sensación de pérdida que impulsa a las personas a buscar un escape o una solución. 

Una parte soñando que está separada de sí mismo, buscando por todos lados aquello que ya es Todo. Un sueño hipnótico de separación que, para el soñador, es muy real.

Ese sentimiento de separación impulsa la búsqueda, lo que alimenta aún más la sensación de separación.

 La mente tiene la capacidad de tomar decisiones y emprender acciones en un intento de negociar con 'el mundo' en el que se vive. Estas negociaciones no siempre tienen éxito y el individuo parece experimentar su propio dolor y sufrimiento, y su propio placer.

Mientras haya una sensación de separación, habrá una sensación de inquietud o pérdida y se buscará disipar esa sensación. 

 La única esperanza es creer que otra energía benévola (por ejemplo, Dios, la Conciencia o un maestro iluminado) esté motivada a guiar e influir en el buscador a lo largo de un camino que eventualmente lo llevaría a la realización. 

Todas estas ideas de devenir, propósito y destino son una ilusión.

Pero la paradoja es que, aunque el Ser aparece como el buscador dentro de esa ilusión…el Ser no requiere absolutamente nada… es la Nada y el Todo…es PLENITUD. 

Nada necesita ser cambiado o alcanzado, perdido o encontrado, para que el Ser sea simplemente Ser. La apariencia de separación es simplemente una expresión del Ser. 

El buscador siente una sensación de pérdida e indignidad, por lo que se siente muy atraído por las enseñanzas ilusorias que involucran purificación, esfuerzo arduo, devoción.

Hay una especie de sensación de carencia. El camino casi interminable de esforzarse asegura la continuación de la experiencia individual. 

Dos formas tradicionales que buscan la resolución o el escape del sentido de separación son la meditación y la auto-indagación.

En la meditación parece posible, a través de una aparente elección y guía, alcanzar ciertos estados de quietud o bienaventuranza que parecen mejores que sentirse separados. La creencia es que el esfuerzo continuo con la meditación solidificará el estado y eventualmente lo hará permanente. Pero estos estados son solo experiencias personales refinadas que suceden dentro de la misma ilusión. Entonces, como todas las demás actividades basadas en el tiempo, van y vienen.

La auto-indagación es un proceso similar en el sentido de que el objetivo es que el individuo elija tomar acción o hacer el esfuerzo de llegar a un lugar llamado conciencia que, según prometen sus maestros, traerá paz mental personal, felicidad y el fin de todo sufrimiento.

El efecto todavía es una experiencia personal sutilmente dual dentro de la falsa idea de la separación y, por lo tanto, es transitoria.

La conciencia de que la vida sucede no es 'Ser vida'.

El estado de conciencia (atención plena) se olvida o se extravía con facilidad. El buscador comienza a auto-indagarse nuevamente, en busca de otro impulso, o se da cuenta de que la conciencia es solo otro refugio dentro del sueño de separación. Todo esto es simplemente la expresión del Ser.

Otra forma en que el buscador evita simplemente Ser es tratar de comprender o desarrollar claridad sobre su propia naturaleza. 

Es muy fácil quedarse atascado en conceptos 'Advaita' o 'no duales'. La reiteración de ideas como “todo lo que hay es el Ser”, “todo es la expresión del Ser” o “no hay nadie” son una forma de comunicación árida y simplista. No aborda ni ilumina el sueño, el aparente dilema del buscador e ignora la esencia energética del simple Ser.

Decir continuamente que estar despierto o dormido no es relevante porque "Ser es todo lo que hay" es como decirle a una persona ciega que está bien estar ciego porque "ver es todo lo que hay". Esto es puro idealismo.

Por supuesto, no existe tal cosa como estar dormido o estar despierto. 

Es posible que surja la claridad, pero la comprensión absoluta no es liberación. 

Lo que queda es vivenciar la simple maravilla de Ser. 

Es un cambio energético, aparentemente fuera de la contracción hacia lo ilimitado. Esta infinidad no se puede poseer y, por lo tanto, no se puede dar. Su simplicidad confunde por completo a la 'mente', pero lo que surge es un reconocimiento impersonal de que no hay nadie ni nada que liberar. 

Todas las ideas de separación, sufrimiento individual, libre albedrío, elección, significado y propósito, destino, jerarquía y tradición, son simplemente…el juego ilusorio del Ser.

A la 'mente' buscadora le fascina la lucha y la complejidad. Le encanta la idea de que la iluminación es una especie de lugar distante, virtualmente inalcanzable y perfecto de felicidad permanente, libre de sufrimiento y lleno de omnisciencia, omnipresencia. 

Y, por supuesto, debido a que se debe alcanzar toda esta gloria, parece que tiene que haber un largo recorrido a través de la noche oscura del alma, karmas pasados ​​interminables, pecado original, pensamiento correcto, acción correcta y preparación para los bardos

 Es un cuento que no significa nada.

 El Ser Natural es una constante simple y amorosa que se percibe detrás de toda doctrina o especulación mental.

No requiere esfuerzo y no exige estándares. 

En el Ser atemporal no hay camino que recorrer, ni deuda que pagar. 

Cuando se avizora esto… la confusión se derrumba, la contracción de luchar por conseguir algo se desvanece y la energía vibrante de estar vivo se hace evidente, se percibe más, naturalmente, porque …

YA SOMOS TODO LO QUE ES.

 

Gracias. Gracias. Gracias