DONACIÓN AMOROSA

 

DONACIÓN AMOROSA

 

GRACIAS

GRACIASSSS...Por todo vuestro amoroso apoyo tanto presencial como financiero, los que han podido, a través de tantos años. Porque ayuda el que dona dinero...pero ayuda inconmensurablemente quien expande su amor y su Presencia en el Infinito Campo de Conciencia en el que estamos entrelazados♥

Buscar este blog

sábado, 27 de abril de 2019

ATENCIÓN…CORAZÓN ABIERTO…COMPASIÓN- por Tahíta

La verdadera atención plena tiene que incluir el corazón abierto. Los puristas pueden definir la atención plena como "prestar atención al momento presente con una postura abierta y curiosa", pero esa definición puede ser demasiado estructurada y dejar fuera al corazón y la compasión que su apertura conlleva.

Recuerdo que en mis primeros años de práctica de atención plena, me apegaba a los estados mentales sutiles de concentración. Estaba intensamente interesada en mi mente, pero secretamente sentí que la práctica era un poco fría, puesta demasiado en la cabeza. 

 Fue entonces cuando descubrí que la práctica de la atención plena en sí misma consiste fundamentalmente en el corazón: un corazón abierto.

 Y así es como funciona: primero, comenzamos en un almohadón o en la silla en mi caso y prestamos atención a lo que experimentamos del momento presente, sin importar lo que sea: bueno, malo o feo. Y mientras practicamos nos damos cuenta de que van a surgir inconvenientes: dolor de rodilla, dolor de espalda, nervios tensos…Entonces es cuando nos damos cuenta de que la capacidad de ser consciente significa: Tener un corazón abierto. No es una teoría, nos lo dice incluso nuestro cuerpo. Porque cuando te sientas allí, hora tras hora, aprendes a decir que sí. Sí a tu respiración irregular, sí a tu cuero cabelludo que pica, sí a los ruidos de la calle, sí a tu pena o  dolor, vergüenza o miedo. No porque quieras ponerte a trabajar en estas cosas, sino porque son verdaderas y simplemente parte de lo que eres . Nuestro  sistema nervioso comienza a relajarse, cuando por fin estamos reconociendo la verdad de las cosas.

En la atención plena, digamos que sí.

Decir que sí significa que atiendo a la experiencia y me rindo a ella sea como sea. Significa sentir mi  cuerpo cuando estoy en medio de una fuerte reacción o emoción, y dejar que todo lo que encuentro esté allí. Significa volver a la respiración, una y otra vez. Significa notar que los pensamientos y sentimientos y sensaciones van y vienen.

Decimos sí a nuestro orgullo, a nuestra estupidez, a nuestra rabia. Naturalmente, no actuamos sobre la rabia o lo que sea, solo permitimos que sea dentro nuestro. Es una práctica muy inclusiva. Nunca nada queda fuera.

Descubrimos que si estamos alejando una experiencia, aunque sea ligeramente, nuestra atención plena no se realiza completamente, no está completa. Está contaminada por el rechazo de lo que es, aunque sea de manera sutil. 

 Decir que sí en la práctica de la atención plena va a extenderse a nuestra experiencia diaria. Entonces empezamos a decir sí, con conciencia, una y otra vez: cuando alguien nos bloquea el paso en una ruta, cuando nuestra casilla de correo electrónico se llena de spam, cuando el médico llega una hora tarde, , incluso cuando perdemos algo de valor, sea una persona, situación o cosa. Decimos sí a la experiencia del momento presente, sea lo que sea. Ya no rechazamos y amurallamos el corazón. No es que necesariamente estemos de acuerdo con el momento, sino que decimos que sí porque lo que la vida trae es solo eso, la vida tal como es. Y al decir que sí, lo dejamos ir muy adentro y podemos dar un paso adelante con equilibrio y claridad.

Mi compañero me ha estado despertando por la noche porque siente que se ahoga, o porque se desubica en el tiempo, o porque sí…lo que es muy común en personas bipolares y mayores. A veces digo que no. Oh dios, no otra vez.  En esos momentos, la atención plena es solo una vaga idea. Pero me he propuesto abrir mi corazón con compasión por su situación, en lugar de cargarme el papel de víctima, que solo agudiza lo que es. Simplemente digo que sí. Sí, aquí estoy. Sí, estoy despierta y así son las cosas. Escucho los ruidos de la noche, siento su miedo, y su pedido de presencia y atiendo sus requerimientos. Esta es la vida. Una profunda paz se establece sobre mí cuando abro mi corazón. Y no es que a veces no me queje o no reaccione con un uffff...especialmente cuando durante el día orina en los lugres más insólitos de la casa, cuando  destruye una de las enredaderas del jardín porque "son molestas" o cuando me insulta...pero si logro salir de mi yo dolido y pequeño, trato de centrarme no en mi necesidad de paz, sino en su enfermedad, en su dolor, en su "tratarme mal" y recuerdo como dice Un Curso de Milagros que todo ataque es un pedido de Amor encubierto.Y así es

Al hacer esta práctica de decir sí, abrazando conscientemente cada momento con la voluntad de aceptar las cosas como son, con la voluntad de estar en la vida, interna y externa, exactamente como se desarrolla, podemos darnos cuenta de cuan gigantesco es nuestro corazón, el de todos y cada uno.. Es expansivo, espacioso, abierto, como una gran maleta llena de ropa abrigada, cómoda y familiar.

Abres y abres, atiendes y atiendes, dices que sí, una y otra vez, y luego, con el tiempo, el corazón abierto es cada vez más Uno Mismo.

Y las bendiciones fluyen!

Tahíta

Sin píldoras para la soledad

He leído una nota que trata acerca de que los científicos están en la búsqueda de drogas que alivien los efectos del sentimiento de soledad en el cerebro

Bueno…amo estar sola, amo la soledad, y nunca me he sentido sola, porque una cosa es ser solitario, estar físicamente solo pero feliz y otra es  padecer de soledad.

Aunque es cierto que millones de años de evolución nos han convertido en criaturas necesitadas, según se dice, de vínculos sociales de la misma manera que necesitamos alimentos y agua, cada chispa divina experimenta la soledad, como otras condiciones, de distinta manera.

Parece que en ésta sociedad actual que tanto proclama la súper comunicación, estamos cada vez más aislados. Vivek H. Murthy, famoso cardiólogo de la Universidad de Harvard, dice sin empacho que estamos padeciendo una "epidemia"de soledad. La gente se casa menos, tienen pocos o ningún hijo, el matrimonio ya no es el único camino aceptable, y por lo tanto, muchos ya no viven en familia…y mientras eso es una opción interesante para algunos…otros no soportan la soledad y la falta de compromiso. Es sentir profundo de soledad puede llevar a enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y deterioro cognitivo. También debilita el sistema inmunológico, haciendo a quienes la padecen  más susceptibles a las infecciones. Si no se atiende, incluso la soledad situacional puede cambiar las estructuras y procesos del cerebro, dice Stephanie Cacioppo, de la Universidad de Chicago.

Ella pretende encontrar una píldora para la soledad.

La verdad es que parece terrible que las personas deban recurrir a beta bloqueantes, que son malísimos como parte de esta presunta píldora. Para mí, el apoyo en los planos Espirituales, la completitud interior y el sentir que estamos todos conectados e interactuamos, es la píldora que tenemos a mano, sumando el ocuparnos de servicio y percibirnos llenos de AMOR…la mejor de todas las píldoras.

Es menos ciencia ficción de lo que parece. Ya se están llevando a cabo varios ensayos clínicos que apuntan a las formas en que la soledad crónica cambia el cerebro, así como los estragos que desencadena el sistema nervioso.

Esos estragos no son provocados porque vivimos solos sino porque tomamos ese hecho como una tragedia, por lo tanto cambiando la percepción, las personas no verían afectados para mal sus cerebros, y podrían ocuparse de meditar, practicar atención plena y amar incondicionalmente como métodos para crear cableados cerebrales sanos y radiantes.

Los científicos están empecinados en reducir exitosamente el sistema de alarma en las mentes de las personas solitarias, para hacer que se vuelvan a conectar, en lugar de apartarse de los demás.

En verdad el apartarse puede ser muy fructífero, aunque ellos lo consideren no normal…y en todo caso nuestro sistema de alarma no tiene porqué saltar ante la soledad, y mucho menos debería ser bloqueado por fármacos, sino aminorado por… CONSCIENCIA.

La autora de la nota dice…”Pensé en lo que nos hace sentir solos en un reciente viaje en metro desde Brooklyn a Manhattan. A medida que el tren se precipita sobre el puente de Manhattan, el vagón del metro está en silencio, a excepción de los ritmos apagados de una canción pop. Una mujer en el frente está leyendo un libro, y algunos viajeros están dormitando. El resto de nosotros estamos pegados a nuestros dispositivos: cabezas inclinadas, auriculares en los dedos, desplazándolos. Los trenes chisporrotean y luego se detienen completamente en medio del puente. Conectados a nuestros propios paisajes digitales, nadie mira hacia arriba. Lo que alguna vez fue un período de contemplación, aburrimiento, charla, confrontaciones, tal vez incluso un poco de coqueteo ligero, ha sido reemplazado por pantallas.

Además de llenar los espacios en blanco en nuestros días, nuestros teléfonos se usan como una muleta para "apoyarnos cuando estamos socialmente ansiosos o incómodos", dice Julia Bainbridge, escritora y editora independiente, que, en 2016, lanzó The Lonely Hour . Un podcast dedicado a explorar la condición. El mundo es impredecible, pero nuestras pantallas proporcionan un amortiguador conveniente contra la posibilidad de interacción humana espontánea. Esperando que empiece la clase o a un amigo en un bar, en lugar de entablar una conversación con la persona que está a tu lado y arriesgarse a ser incómodo, es más fácil simplemente mirar hacia abajo en tu pantalla.

La tecnología ha eliminado la necesidad y el inconveniente de interactuar con otros seres humanos: podemos trabajar desde el hogar, ordenar comestibles en línea y ver películas desde la cama. Al mismo tiempo, el porcentaje de personas que participan en clubes sociales, equipos deportivos, centros comunitarios, organizaciones de voluntarios o grupos religiosos, ha disminuido.

Aunque se niegue, la vida moderna está diseñada para separarnos unos de otros.

 Pero aún con barreras tan obvias para comunicarnos y relacionarnos, me niego a pensar que la solución pase por los fármacos…porque no somos, como los médicos y otros estudiosos creen criaturas sociales en un mundo fragmentado.

 Somos un alma fragmentada en la dualidad, pero completa en la Unicidad, y en ella, no puede existir la soledad…la soledad tal vez solo sea la nostalgia por haber olvidado que somos UNO.

Si lo tuviéramos más en cuenta, no necesitaríamos descubrir ninguna píldora para la soledad, que no fuera…TOMAR CONSCIENCIA.

Y las bendiciones fluyen!

Tahíta

 

 

miércoles, 24 de abril de 2019

El Poder de No Hacer Nada

Todo lo que puede ir bien, irá bien... si lo permitimos.

Y si va de otra manera, lo permitimos igual, porque así es el flujo de la Vida.

Tantas veces hemos experimentado o escuchado  “En realidad no hice nada" "¡Las cosas simplemente se pusieron en su lugar!" "¡Simplemente funcionó!"  Y es que aunque no figure en ningún enunciado de leyes Universales, la sincronicidad (la aparición simultánea de eventos significativamente relacionados sin una causa directa o reconocible) es uno de los caminos del Universo. 

A esta altura, ya no podemos creer en un Universo  de meras coincidencias, sino de sincronicidades perfectas llevadas al campo de la manifestación por un Energía todopoderosa que lo enlaza y lo abraza todo, poniendo las piezas en su lugar. Así han funcionado  siempre las cosas, solo que ahora, nos estamos dando cuenta  de que podemos ser capaces de abrirnos a la forma en  que el Universo lo hace todo…dejándonos poco control y poco para hacer.

No tenemos que hacer nada en el sentido de forzar, exigir, o insistir. Esas son las formas en que trabaja el ego. El mundo manifiesto es su campo de actuación y…de batalla.  No tiene otra alternativa que luchar, vencer, ganar o perder.

Sin embargo, en éste campo también tenemos nuestro centro de aprendizaje más amplio, y al menos por ahora hay algo por hacer. Hay acciones que tomar. No es un proceso creativo pasivo. Pero es diferente a la forma antigua de hacer. El "hacer" requerido tiene más que ver con: Clarificar - Seguir la intuición -Intentar - Soltar-.

Primero clarificamos lo que es realmente necesario hacer, por medio casi siempre de seguir nuestra intuición más profunda. Lo intentamos, y logrado o no, soltamos todo intento de forzar demasiado…lo que no es rendirse de la forma en que el mundo usa esa palabra, sino dejando el resultado en manos de una fuerza mayor que es sutil, suave pero a la vez fuerte y poderosa. Yo suelo llamarla El Campo, otros la llaman, Dios, el Universo

El poder de no hacer nada no es otra cosa que dejar ese “hacer” a cargo de una versión magnificada de lo que somos. Es solo renunciar a manejar la Vida que fluye, desde nuestra personalidad encabezada por un yo material, y a veces poco reconectado con el plan del Alma, que es conocido, reconocido y avalado en esferas más sutiles de la existencia.

Cada vez que nos sintamos impulsados a una acción refleja, apresurada o motivada  por emociones y sentimientos controversiales, podemos recordar cuanto poder emana de  la actitud de soltar el control y aquietarnos, sabiendo diferenciar el poder de la fuerza. Wayne Dyer siempre hablaba no de necesitar motivación, sino inspiración, ya que ésta última llega desde Dios, no del exterior. El poder y la fuerza.

El poder proviene de esa veta interna que nos lleva a actuar en pos del bien mayor.

 Fuerza es una energía arrolladora que nos arrastra a conseguir lo que deseamos, como sea y a costa casi siempre de la paz.

Cuando no hacemos nada aparentemente, en realidad siempre se está haciendo lo necesario.

La confianza en que esto es así, mueve todo el poder en favor de la realización del alma, y del Espíritu en nuestra faceta humana

¡Y las bendiciones fluyen!

Tahíta

 

miércoles, 17 de abril de 2019

Comprensión profunda, Visión y Unicidad

Estamos constantemente analizando, clasificando y etiquetando todos los objetos de nuestra experiencia. La experiencia más habitual de nuestra mente, es el juicio.

Esto sucede por un motivo concreto: el miedo. El problema principal es que no sabemos qué somos. Vivimos en la creencia absoluta y errónea de que somos un cuerpo, un punto localizado en el espacio que alberga pensamientos que suceden en el tiempo.

Nos identificamos con una forma material, una forma mental  y una personalidad.  Creemos ser algo concreto, nada más. Y nuestros sentidos nos dicen algo con gran claridad: todas las formas mueren y desaparecen. Entonces surge un gran miedo. Es el miedo a la muerte que se despliega en toda nuestra experiencia vital.

A las experiencias que favorecen a nuestro cuerpo o mente las llamamos positivas, y a las que ponen en peligro al cuerpo o a nuestra seguridad, negativas. Buscar  bienestar y seguridad no está mal…el problema es que parece ser que nuestra mente trabaja en exclusiva para nuestro cuerpo y muy poco para nuestra alma.

Decimos “soy profesor, soy madre, soy espiritual, soy religioso” pero estas son solo formas que nos creamos, ya que los demás nos hacen la función de “espejo” .Y con esas formas, a lo largo del tiempo, creamos una historia de vida, que efectivamente no es más que eso: una historia.

Nuestra falsa identidad  se asienta en los recuerdos del pasado. Este pasado configura nuestra identidad personal. Pero es algo temporal,  y como lo sabemos tememos. 

La mente dual que aceptamos como jefe nos mantiene presos de lo exterior. Produce una emocionalidad que da saltos de un sitio al otro haciéndonos dependientes de lo que ocurra fuera. 

El ego se encarga una y otra vez de ofrecernos un guion con problemas sin solución real, definitiva.

Si alcanzamos el  éxito profesional, nuestras relaciones se desmoronan. Conseguimos  prosperidad y la perdemos justo cuando todo parecía perfecto. Llega el fracaso en la profesión y nos sentimos perdidos.  Nuestros amigos se convierten, de la noche a la mañana, en enemigos y tambalea nuestra vida de relación.

Cada tesoro en el cual confiamos tan solo es un espejismo. Miramos las noticias y ahí fuera todo parece ir peor cada día.

Podemos salir de este programa mental ampliando nuestra visión y comprensión.

La comprensión es el proceso mental por el cual la fuente- el amor- invita a sus partes, desperdigadas a causa de cierto confuso pensamiento de separación, a re-unificarse .

La unión nos hace regresar a casa.

El amor es la energía de integración y comprensión. Deepak Chopra lo denomina “el pegamento del universo”. A nivel mental integra todos los conceptos en él. El proceso mental de integración que usa es la comprensión.

Sucede en nuestra mente cuando repentinamente cae una barrera que nos mantenía separados de la verdad. Es una fusión de partes fragmentadas de la mente. Un “¡Ajá!” interno, una captación de lo total, una liberación de energía estancada, una conexión trascendente con nuestro Ser.

Cuando la comprensión sucede, no se necesita demostración ni corroboración externa alguna, porque da lugar a la evidencia, a un sentir interno que nos lleva a la certeza de estar en presencia de la verdad.

Cuando comprendemos, adquirimos verdadera visión, una  visión de la verdad que poco tiene que ver con la visión de nuestros  ojos físicos.

Comprender es algo tan vasto que aún tendremos que ahondar mucho en su profundidad para poder cabalmente experimentarla, expandirla y vivenciar todo su amoroso y espiritual don… que se nos ha otorgado como herencia...por siempre.

Esa comprensión, sí o sí, nos llevará a la Unicidad.

Estamos interconectados desde la perspectiva más material y tangible, o relativa, a la perspectiva más sutil o absoluta. Desde el nivel más físico o relativo, nuestras acciones afectan a los demás. Vivimos en relación unos con otros y nos afectamos en todo tipo de formas: física, emocional, mental y espiritualmente. Reconocer esto y poder responder en consecuencia es reconocer nuestra interconexión y, en última instancia, nuestra unidad.

Desde la perspectiva más amplia, todo es uno. No hay separación.

Esta unicidad es el latido del corazón de la vida.

 En esta unicidad la vida se celebra a sí misma y celebra su origen divino.

¡Y las bendiciones fluyen!

Tahíta

 

Las violetas de las montañas han roto las rocas

"Las violetas de la montaña han roto las rocas". Epitafio de Tennessee William

La voluntad dura, fría y opresiva, por fin, se desintegra por una fuerza que es hermosa, natural, colorida y viva. 

Somos un grupo de violetas que se abren paso a través de las rocas. Y lo logran. La roca termina  agrietándose. La roca, la dureza de corazón, se rompe. 

Aplico esas palabras a mí misma y permito que lo que es bello, natural, colorido y vivo rompa las rocas que me preocupan.

La mayoría de las veces lo que necesitamos (como la sociedad lo necesita) es solo un cambio de perspectiva de mente o corazón. Cuando la percepción cambia y somos conscientes de de esas sutiles violetas internas, perfora la roca más gruesa, que suele ser un pensamiento en forma de resistencia a lo que es.

¿Cuántas veces nos hacemos daño por forzar las cosas? ¿Cuántas veces atacamos con la idea de que algo externo nos la quita o impide, sin ver dentro de nosotros?

Hay una fuerza suave y a la vez poderosa dentro de nosotros que busca la luz y la encuentra como sea. Las violetas en las montañas siempre acaban rompiendo las rocas. La luz en nuestra alma se abre paso siempre a través de las rocas que creamos, como las violetas, a causa de una fuerza inexplicable que las dirige hacia más Luz.

La montaña aparentemente dura  puede expandirse, solo hay que percibir cuánto espacio podemos crear. Si bien es sólida, hay permeabilidad a la montaña: hay aberturas que permiten el resurgir y la expansión de la vida desde semillas fértiles que brotan y cubren la cima de la montaña y los lados  para extenderse en todas las direcciones hasta las estribaciones más alejadas. 

Nos volvemos más y más conscientes  cada vez que recordamos ese poder que con suavidad y amor, pero determinación, nos permite florecer tras abrirse paso a través de lo más duro de la vida, a través de situaciones que creímos imposibles de trascender o superar.

Esa fuerza sutil es parte de un Campo de energía a los que muchos llaman Dios, al que llamo Espíritu…el Campo en que somos Una sola fuerza, por lo tanto, esa Fuerza, Espíritu, Energía, está disponible para todos porque la compartimos, la creamos cada día, la nutrimos y la expandimos con cada pensamiento, acción, palabra, intención y sentimiento…y es tan fragante,  amorosa y exquisita como una violeta…una violeta que puede abrirse paso a través de la roca más dura y aparentemente compacta…esa roca que el ego contrapone pensando que es  imbatible.

Cuando Tennessee Williams usa como epitafio las palabras… Las violetas en las montañas han roto las rocas…reconoce que lo sutil triunfará una vez más sobre lo aparentemente sólido y su Espíritu seguirá viviendo a pesar de la muerte de su cuerpo, libre, fragante, sutil.

No necesitamos esperar la hora de la partida física para reconocer el poder de esa energía en nosotros. Teniéndola en cuenta  se nos aliviana la pesadez de la roca y empoderamos la parte nuestra que siempre vence la dureza de las situaciones de la Vida…pues sabemos que SIEMPRE, las violetas, como el agua, pueden romper  la aparente dura y fría consistencia temporal de un conflicto que el ego crea.

Que la Luz irrumpa hoy en tu Vida.

Tahíta