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domingo, 31 de julio de 2022

Abrir el corazón con confianza- Tahíta

 




Se dice que tradicionalmente, hay dos caminos hacia la realización del Ser. El camino del conocimiento y el del corazón. Son muy diferentes, pero ambos conducen a la misma verdad. El camino del conocimiento lleva a un momento de entendimiento, cuando te das cuenta de que la estructura que consideramos “nuestra vida”, que hemos estado construyendo durante muchos años, siempre fue una ilusión.

El camino del corazón ―devoción― conduce a la verdad a través de la entrega. Constantemente entregamos a la existencia todo lo que conocemos como “yo”.

Por este camino llegamos a la misma verdad. Debido a muchas pequeñas renuncias, este “yo”, la ilusión, disminuye gradualmente su poder.

La devoción no se encuentra en el exterior. No se trata de armar un altar o hacer ceremonias. Se trata de lo que sucede dentro nuestro.

Es entrega. Es renunciar al “yo”.

 Es una deconstrucción del ego. Ese que sabe, ese que juzga, ese que siempre está ocupado en algo. Entrega o devoción significa una renuncia sincera, una rendición a Dios. Dios está en todas partes y Dios es todo.

Entrega es rendirse a cada momento que surge.

Se trata de renunciar al conocedor y a todo lo que creemos que sabemos. Puede asustar. Puede provocar terror. La entrega solamente funciona cuando existe una confianza total. En Occidente nos resulta difícil confiar en algo o en alguien. Solo nos fiamos de nuestra “historia”. 

El camino del corazón trata de apertura.Cuando tenemos confianza, todo nuestro ser se abre a la vida. Estamos disponible.

Por entrega me refiero a aceptar el momento como es, a decir sí al momento. Si no nos entregamos, estamos diciendo sí al ser falso. Estamos diciendo sí al “yo”. “Yo he decidido no aceptar lo que está pasando.” ¿Quién es este “yo” que está decidiendo? Es, por supuesto, el ser falso. Es la parte de la mente que tiene ideas. Hacemos esto todo el tiempo sin darnos cuenta de lo que estamos eligiendo. Cuando no aceptamos el momento como es, estamos dando poder al ser falso.

Se necesita una consciencia minuciosa porque siempre existe la posibilidad de quedar atrapado en el “yo”. Cuando nos atrapa, empujémonos nosotros mismos de vuelta al ser.

En realidad, no podemos decidir rendirnos, pero podemos vivir una vida de entrega.

 Podemos vivir con un sí abierto, y, cuando hay un sí abierto, hay aceptación.

Además de entrega, se necesita confianza. Ambas van unidas. A medida que confiamos más, la entrega se hace más total; y cuanto más nos entregamos, más fácil es confiar.

No podemos experimentar amor a menos que seamos capaz de abrir la razón y confiar. Todos hemos tenido momentos en que el corazón está abierto y se ha vuelto a cerrar porque ha aparecido algún dolor y entonces nos montamos alguna historia sobre el amor, sobre el corazón abierto. Resulta que no confiamos. Y el amor trata de confianza.

Un escalador resbala y cae por un precipicio; en el último momento, consigue agarrarse a una rama y se queda colgando.
“¡Socorro! ¿Hay alguien ahí?”, grita.
Una voz majestuosa retumba por el desfiladero: “Te ayudaré hijo mío, pero primero tienes que tener fe en mí”.
“¡Sí, sí, confío en ti!”, grita el hombre.
“Suelta la rama”, truena la voz.
Después de un largo silencio, el hombre grita de nuevo, “¿Hay alguien más ahí arriba con quién pueda hablar?”.

Para confiar, es fundamental la aceptación de lo que es, incluso aunque pensemos, por la razón que sea, por el juicio que sea, por la idea que sea, que no nos gusta.

Esto parece muy fastidioso, pero tiene un efecto enorme. Si de manera continua abandonamos nuestras aspiraciones personales, hallaremos que todos nuestros juicios, ideas, deseos y comparaciones empiezan a desaparecer y nos sentimos más cerca del Ser, más cerca de la existencia, más cerca de nuestra propia esencia.

Es así como sucede.

 Mientras estamos ocupados “haciendo lo correcto” con nuestro “yo” personal, nos mantenemos apartados, creamos separación.

Servir es una manera magnífica de abrir el corazón, de abandonar los anhelos personales y de desaparecer en el Ser.

Fregar los platos en la cocina, por ejemplo, como lo hacen los monjes o servidores, parece no aportarnos nada. Pero si continuamos fregando, nos daremos cuenta de que, al final, algo sucede. Con este sencillo servicio todo el sistema energético puede abrirse. El corazón se abre y el ego, este “yo” separado, comienza a desmontarse, por hacer algo simple sin interés personal.

El verdadero servicio surge del corazón junto con la compasión y la humildad.

Cuando servimos de una manera sincera, obtenemos el beneficio de un corazón abierto.

Observemos lo que sucede en nuestra vida y busquemos maneras de servir a otros cuando podamos.

Dar, abrirá nuestro corazón y permitirá que surja la confianza.

 

Gracias. Gracias. Gracias

miércoles, 27 de julio de 2022

Más Amor, nunca menos- Tahíta

 



 

Más amor. No menos.

No hay experiencia en la vida que requiera menos amor. No hay seres, estados, circunstancias, que merezcan menos Amor.

Hay, como humanos, una herencia de dolor y trauma que debemos transformar expandiendo más amor, no menos.

Hay que cavar profundo para descubrir que nuestra médula, núcleo o esencia es… AMOR.

El amor no es pasar por alto la naturaleza de la totalidad de la vida, poniéndole nuestras condiciones personales. No es determinar…esta parte sirve, esa parte no sirve, esta parte debe desaparecer o cortarse, esta parte debe hacerse más grande, o vamos a ponerle una máscara a esta parte.

 Enmascaramos el amor incondicional cuando nos escondemos de partes de nosotros mismos que no han sentido o conocido el amor.

Este es nuestro dolor…el aspecto, rincón, percepción en los que hasta hoy no veíamos amor. 

Al principio, puede escocer que el amor purifique y “revuelva la olla” haciendo que surja de todo, y duela. Pero también derrama los bálsamos de la compasión y la comprensión, la curiosidad que lleva a la auto indagación y el perdón... atención y presencia. 

El amor profundo no aparta la mirada, sino que se abre y se profundiza aún más.

Este es el tipo de amor que aún no hemos aprendido a darnos a nosotros mismos, a volcar luego hacia “afuera” …ese es el amor profundo que podemos permitirnos percibir, sentir, internalizar y expandir infinitamente.

Abrirnos y volcar Amor a nuestro dolor, a nuestra rabia, a nuestro miedo. Más amor al desvío, al escape y al aferramiento. Más amor a nuestros cuerpos dolientes, enfermedades y a nuestras penas. Más amor a nuestra alegría, pequeños placeres y nuestros deseos. Más amor a nuestra hambre y vergüenza. Más amor a nuestros dones. Más amor a nuestra luz y a nuestra oscuridad.

Más amor a los corazones desnudos bajo las tormentas de cada momento presente.

Nunca rehusar aprender y trasmitir los caminos de este Amor. 

¿Cómo puedo ofrecerme a mí mismo, a este corazón, esta alma, a este ser humano más amor y percibiendo la unicidad, desplegarlo sin medida hacia lo que generalmente se considera “lo otro?

No siempre llegamos a ver las cosas como son.

Diría que casi nunca, por lo tanto, tratar de juzgar cuando algo merece o no que lo incluyamos en el AMOR sería, aun humanamente, ridículo.

Además, si llamamos a este Amor…INCONDICIONAL…eso implica que no se le pone condiciones, barreras, prejuicio ni juicios…solo se le deja fluir desde su fuente que es LO QUE SOMOS…LO QUE ES

Más amor siempre, eternamente…nunca menos amor.

 

Gracias. Gracias. Gracias

 

 

martes, 26 de julio de 2022

Vivir desde nuestro Conocimiento Interno- Tahíta

 


La realización no es un logro del ego.

Es el fin de intentar llegar a alguna parte, de ser alguien, de llegar a algún otro lugar. Lo que se realiza es lo que está siempre presente, lo que está aquí, lo que somos y siempre hemos sido cuando ya no estamos identificados con nuestra mente condicionada.

 ¿Qué es lo que está aquí ahora mirando hacia fuera, hacia dentro, consciente del desarrollo de este momento?

Cuando nos damos cuenta profundamente del misterio de nuestro propio ser despierto nuestra mente cesa su búsqueda, su separación y su creencia de que ella puede acabar con la ilusión.

 El océano infinito de la Conciencia se despierta en su propia expresión de ser. Y es esa misma seidad despierta la que transformará nuestra forma de ser en el mundo.

Si estamos buscando un estado "permanente" de encarnación, o un conocimiento de la conciencia "pura" que sea "recordado" a cada momento, todavía estamos operando desde la mente mínima, separada.

Cuando ha habido un despertar, aunque sea un atisbo, es el Ser y no el "yo" el que entonces comienza a transformar nuestros pensamientos, nuestro corazón y nuestras acciones. Es en este punto cuando muchos buscadores vuelven a la mente para tratar de averiguar cómo vivir desde esta verdad. Sin embargo, tan pronto como volvemos a los pensamientos de la mente nos alejamos del misterio de ser, que es la fuente y el agente de vivir más profundamente  desde lo que somos.

 Por lo tanto, esto a menudo se convierte en una fuente de confusión, y muchos o bien vuelven a las técnicas de transformación egoica, que ahora están dirigidas por un ego espiritualizado, o se vuelven pasivos, en lugar de estar fundamentados en ser, que está simultáneamente vivo, presente, íntimo con el momento, y funcionando con sabiduría y compasión. En cualquier caso, la realización puede no florecer verdaderamente debido a nuestros intentos de controlar o evitar actuar.

Cuando empezamos a darnos cuenta de la verdad de lo que somos, podemos sentir que somos libres, pero nuestras mentes, emociones y nuestros cuerpos siguen actuando y reaccionando a partir de viejas identificaciones.

Es nuestra aspiración a la verdad, y a vivir desde la verdad lo que nos abre el corazón y la mente y nos dispone a deshacer los puntos de vista falsos.

La realización no crea una nueva identidad; impide que se manifiesten las viejas. En la vida espiritual, no estamos tratando de trascender nuestra experiencia humana, sino de expresar plenamente la verdad de nuestro Ser a través de ella.

 Cuando queramos autenticidad más de lo que queremos mantener una "imagen", la libertad nos guiará.

El maestro zen Dogen, dijo sobre la llamada iluminación: "La iluminación es simplemente intimidad con todas las cosas". Y continuó diciendo: "No conocer es más íntimo".

Pensamos que conocemos algo cuando podemos nombrarlo, extraer una palabra o un concepto de la memoria para describir una cosa, una persona, un sentimiento, una flor, un yo. Sin depender de palabras y conceptos, ¿podemos simplemente experimentar antes de agregar gustos, aversiones, juicios, asociaciones y conceptos de la mente a la realidad íntima del Ahora? ¿Cuál es nuestra experiencia cuando estamos profundamente presentes a lo que está delante de nosotros o dentro de nosotros?

¿Podemos permitir que el juicio sea reemplazado suavemente por la experiencia íntima del Ahora, sabiendo que la transformación de nuestros patrones habituales de la mente no termina con un momento de despertar, sino que gradualmente se vuelven más y más transparentes a medida que volvemos una y otra vez a lo atemporal, sin llevarnos de conceptos?

"No conocer", en este sentido, es realmente más íntimo.

Para nuestra mente occidental, vivir sin un objetivo, sin un mapa, no tener "dónde ir y nada que hacer" suena como pura locura. Pero nada podría estar más lejos de la verdad. Podría significar que finalmente estamos disponibles para que la Verdad se mueva espontáneamente dentro de nosotros.

 El hacer viene de Ser. No significa vivir estúpidamente, o pasivamente, o ser incapaz de hacer planes. Significa no estar apegado a esos planes.

Significa estar abierto a lo que está aquí ahora en lugar de juzgarlo, siendo más curiosos que temerosos acerca de la expresión de este momento.

Significa ser auténticos, reales, comprometidos e íntimos con la experiencia.

Vivir desde nuestro estado natural significa descubrir que no hay un mapa que nos diga cómo vivir.

 La voz que siempre preguntó "¿cómo?" se aquieta, y vivimos más y más directamente desde el Misterio que es total e indiviso.

Siempre imaginamos que encontraríamos la paz y la felicidad cuando hubiéramos perfeccionado nuestro ego.

 Nunca imaginamos que lo que está despierto es lo que es libre, no una brillante imagen de cómo el mundo o el "yo" debería ser.

La mente que siempre está tratando de controlar, mejorar el mundo, el yo y el llamado "otro" a menudo sirve como agente de división ― incluso cuando está tratando de "ayudar".

Cuando nos damos cuenta de que no hay separación, la "ayuda llegará de nuestro ser.

 Tal vez podamos empezar a darnos cuenta de que vivir desde nuestro Conocimiento más profundo es estar verdaderamente vivos en el momento presente y estar íntimamente conscientes dentro de él.

 Tal vez la vida no es ni un problema a resolver ni un destino, sino una creación sin fin que se despliega a cada momento.

Por supuesto, si deseas conducir en tu coche a un destino desconocido, utiliza un mapa.

Pero si quieres la Verdad, permítete ser guiado desde la Fuente interior silenciosa y profunda, y aunque eso no dé seguridad a tu mente, continuamente la invitará a vivir abiertamente… Ahora.

 

Gracias. Gracias. Gracias