Estamos teniendo mucho trabajo tratando de mantener nuestras
emociones sin sobresalto…ya sea por acontecimientos planetarios que nos mueven
el miedo o por la energía mental con que nos recargamos. Lo cierto es que vastas
coyunturas energéticas se derraman sobre nuestra parte humana haciendo
vacilar todas nuestras estructuras. Por eso…
No importa en qué situación vital transcurra el momento
presente.
No importa que duela profunda un acontecimiento de
aprendizaje, anclaje o limpieza.
No importa que las energías que nos impulsan nos estén dando
duro en los cuerpos y en las emociones en especial.
Lo importante es abrirse para que todo ocurra sin
resistencias que empeorarían, y de hecho lo hacen, cualquier suceso o
estado.
Tenemos tanto miedo de no poder soportar más la carga, de
volvernos más vulnerables y de tambalear…que nos cerramos impidiendo el paso
energético y haciendo caso omiso de las señales que nos piden aquietarnos.
Es hora de apartar el miedo y dejar que lo que llegó cumpla
su tarea y pase, porque…ESTO TAMBIÉN PASARÁ.
En un Universo signado por el cambio continuo, nada llega
para quedarse, salvo la esencialidad que ES y esa, no llega…ES SIEMPRE…aunque
haya que develarla y dejarla manifestarse.
Hoy especialmente, sea el momento que sea que estés leyendo
éste mensaje es el instante en que resuena el llamado para abrir el corazón y dejar que
florezca.
Las aperturas no son todas fáciles ni instantáneas, pero con
tu intención basta para que comience en tu vida un nuevo ciclo de
florecimientos sin obstáculos que te reconectará con la esencia que
compartimos.
La no resistencia, la aceptación y la entrega siempre son la
clave en cada situación, y si a ellas le sumamos la aspiración y práctica, aún
mínima, de vivir solo el presente y de poner en él plena atención…es seguro que
una paz indescriptible comenzará a surgir y a envolvernos…y la gratitud y el
amor serán el perfume obvio de tal florecer interior.
Mantenernos lo más equilibrados posibles es necesario y casi
imprescindible. Para ello:
QUEDÉMONOS EN CASA…lo que significa
tratar de estar CENTRADOS en nuestra identidad maestra interior, como
observadores de cada proceso.
Cuando nos damos cuenta, usando una constante ATENCIÓN, que
nos salimos y estamos reaccionando desde el amado y útil, mas no omnisapiente
ego,
podemos VOLVER A CASA y reconocernos como el co-creador de éste proceso
que puede cada vez más involucrar nuestros vehículos para que juntos se
abran al AMOR que subyace en todo éste juego cósmico.
¡Les auguro, en Unión, una sutil y amorosa apertura al Mayor
Bien que espera siempre una pequeña brecha en nuestra consciencia para filtrar
la Luz en nuestra existencia humana…Y MÁS ALLÁ!!!
Gracias. Gracias. Gracias
Tahíta