La realización no es un logro del ego.
Es el fin de intentar llegar a alguna parte, de ser alguien, de llegar a algún otro lugar. Lo que se realiza es lo que está siempre presente, lo que está aquí, lo que somos y siempre hemos sido cuando ya no estamos identificados con nuestra mente condicionada.
¿Qué es lo que está aquí ahora mirando hacia fuera, hacia dentro, consciente del desarrollo de este momento?
Cuando nos damos cuenta profundamente del misterio de nuestro propio ser despierto nuestra mente cesa su búsqueda, su separación y su creencia de que ella puede acabar con la ilusión.
El océano infinito de la Conciencia se despierta en su propia expresión de ser. Y es esa misma seidad despierta la que transformará nuestra forma de ser en el mundo.
Si estamos buscando un estado "permanente" de encarnación, o un conocimiento de la conciencia "pura" que sea "recordado" a cada momento, todavía estamos operando desde la mente mínima, separada.
Cuando ha habido un despertar, aunque sea un atisbo, es el Ser y no el "yo" el que entonces comienza a transformar nuestros pensamientos, nuestro corazón y nuestras acciones. Es en este punto cuando muchos buscadores vuelven a la mente para tratar de averiguar cómo vivir desde esta verdad. Sin embargo, tan pronto como volvemos a los pensamientos de la mente nos alejamos del misterio de ser, que es la fuente y el agente de vivir más profundamente desde lo que somos.
Por lo tanto, esto a menudo se convierte en una fuente de confusión, y muchos o bien vuelven a las técnicas de transformación egoica, que ahora están dirigidas por un ego espiritualizado, o se vuelven pasivos, en lugar de estar fundamentados en ser, que está simultáneamente vivo, presente, íntimo con el momento, y funcionando con sabiduría y compasión. En cualquier caso, la realización puede no florecer verdaderamente debido a nuestros intentos de controlar o evitar actuar.
Cuando empezamos a darnos cuenta de la verdad de lo que somos, podemos sentir que somos libres, pero nuestras mentes, emociones y nuestros cuerpos siguen actuando y reaccionando a partir de viejas identificaciones.
Es nuestra aspiración a la verdad, y a vivir desde la verdad lo que nos abre el corazón y la mente y nos dispone a deshacer los puntos de vista falsos.
La realización no crea una nueva identidad; impide que se manifiesten las viejas. En la vida espiritual, no estamos tratando de trascender nuestra experiencia humana, sino de expresar plenamente la verdad de nuestro Ser a través de ella.
Cuando queramos autenticidad más de lo que queremos mantener una "imagen", la libertad nos guiará.
El maestro zen Dogen, dijo sobre la llamada iluminación: "La iluminación es simplemente intimidad con todas las cosas". Y continuó diciendo: "No conocer es más íntimo".
Pensamos que conocemos algo cuando podemos nombrarlo, extraer una palabra o un concepto de la memoria para describir una cosa, una persona, un sentimiento, una flor, un yo. Sin depender de palabras y conceptos, ¿podemos simplemente experimentar antes de agregar gustos, aversiones, juicios, asociaciones y conceptos de la mente a la realidad íntima del Ahora? ¿Cuál es nuestra experiencia cuando estamos profundamente presentes a lo que está delante de nosotros o dentro de nosotros?
¿Podemos permitir que el juicio sea reemplazado suavemente por la experiencia íntima del Ahora, sabiendo que la transformación de nuestros patrones habituales de la mente no termina con un momento de despertar, sino que gradualmente se vuelven más y más transparentes a medida que volvemos una y otra vez a lo atemporal, sin llevarnos de conceptos?
"No conocer", en este sentido, es realmente más íntimo.
Para nuestra mente occidental, vivir sin un objetivo, sin un mapa, no tener "dónde ir y nada que hacer" suena como pura locura. Pero nada podría estar más lejos de la verdad. Podría significar que finalmente estamos disponibles para que la Verdad se mueva espontáneamente dentro de nosotros.
El hacer viene de Ser. No significa vivir estúpidamente, o pasivamente, o ser incapaz de hacer planes. Significa no estar apegado a esos planes.
Significa estar abierto a lo que está aquí ahora en lugar de juzgarlo, siendo más curiosos que temerosos acerca de la expresión de este momento.
Significa ser auténticos, reales, comprometidos e íntimos con la experiencia.
Vivir desde nuestro estado natural significa descubrir que no hay un mapa que nos diga cómo vivir.
La voz que siempre preguntó "¿cómo?" se aquieta, y vivimos más y más directamente desde el Misterio que es total e indiviso.
Siempre imaginamos que encontraríamos la paz y la felicidad cuando hubiéramos perfeccionado nuestro ego.
Nunca imaginamos que lo que está despierto es lo que es libre, no una brillante imagen de cómo el mundo o el "yo" debería ser.
La mente que siempre está tratando de controlar, mejorar el mundo, el yo y el llamado "otro" a menudo sirve como agente de división ― incluso cuando está tratando de "ayudar".
Cuando nos damos cuenta de que no hay separación, la "ayuda llegará de nuestro ser.
Tal vez podamos empezar a darnos cuenta de que vivir desde nuestro Conocimiento más profundo es estar verdaderamente vivos en el momento presente y estar íntimamente conscientes dentro de él.
Tal vez la vida no es ni un problema a resolver ni un destino, sino una creación sin fin que se despliega a cada momento.
Por supuesto, si deseas conducir en tu coche a un destino desconocido, utiliza un mapa.
Pero si quieres la Verdad, permítete ser guiado desde la Fuente interior silenciosa y profunda, y aunque eso no dé seguridad a tu mente, continuamente la invitará a vivir abiertamente… Ahora.
Gracias. Gracias. Gracias
Hermoso Tahita, vivir, ser guiado desde la Fuente interior que todo lo puede y que todo lo sabe, aceptar, transitar, agradecer, Ahora....gracias Tahita , amada y bendecida compañera de vida, gracias, gracias
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