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GRACIAS

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sábado, 30 de noviembre de 2019

Rindiéndonos a la Gracia

“La gracia siempre está presente. La piensas como algo alto en el cielo,

lejana, y que tiene que descender. Está realmente dentro tuyo, en tu Corazón,

Y en el momento en que fusionas la mente en su Fuente,

la gracia se precipita, brotando como un manantial dentro de ti "

- Ramana Maharshi

 

"Gracia" es una palabra tan simple y hermosa que tiende a aligerar nuestro estado de ánimo e inspirarnos. Independientemente de nuestra creencia espiritual, evoca una sensación  de algo que ha estado aquí todo el tiempo, en el trasfondo de nuestra conciencia, haciéndose más evidente en nuestras transiciones y transformaciones. Pero, ¿qué es exactamente la gracia?

La gracia es la experiencia directa de la presencia Divina cobrando vida desde adentro. Cuando esto ocurre, nos sentimos conectados con la fuente del verdadero amor, la paz, la fuerza y ​​la alegría. La vida es significativa, porque recordamos que estamos dentro y somos parte de ella.

La gracia es más que un estado elevado que llena el corazón de gratitud. Es la clave para avanzar en el camino espiritual, finalizar la búsqueda y encontrar la verdadera completitud.

Abrirnos a la gracia termina la lucha, transforma el sufrimiento en sabiduría y nos ayuda a encarnar nuestro máximo potencial. Lo más importante es que nos ayuda a ser más maduros y receptivos en estos tiempos de enormes cambios e incertidumbre en todo el mundo. 

La gracia brota dela rendición que ocurre no al tratar de aniquilar el ego, sino a través de una práctica que yo llamo relajar el ego, o sea, aprender a ser abierto e indefenso en toda experiencia. 

Considera cómo aparecimos en este mundo, cómo alguien llegó a estar aquí, cómo llegaron a existir los océanos, las montañas y las plantas. Algo primordial, inteligente y benéfico late dentro de todo. No podemos verlo con los ojos físicos y, sin embargo, la evidencia está en todas partes, animando todas las cosas. Este es el fundamento de la gracia. Es la causa de nuestro Ser y de todo Ser. Reconocer esto hace posible que el ego, el miedo, el control, el juicio y toda su complicada historia se diluyan.

Reconocer que existimos en la Gracia permite que estas fuerzas densas del ego se fundan en una presencia que nos brinda total apoyo para estar justo donde estamos. Esto es lo que permite que la mente se calme y el corazón se abra. Esto nos permite actuar con compasión. La Gracia nos ayuda ante el cambio y la incertidumbre, mientras descansamos internamente en lo que nunca se desequilibra ni cambia. Pero es importante aprender cómo mantennos presentes y vulnerables en cada experiencia directa, renunciando a la necesidad de mejorarla, arreglarla, rechazarla o reorganizarla. Así es como nos rendimos al poder de la Gracia.

La gracia suaviza nuestros problemas, trasforma el sufrimiento en sabiduría y trata siempre de llevarnos a descubrir lo que somos.  Es la presencia viva que trabaja en nosotros, haciendo consiente lo que está limitando nuestra libertad.

Solo nos pide que permanezcamos presentes y abramos el corazón a todas las experiencias, incluido el dolor, la ira y el sufrimiento. A cambio, nos descubre la raíz de los obstáculos, ya sea traumas no digeridos o patrones ancestrales o kármicos, y abre esos patrones, suavizando la experiencia y permitiendo que el misterio actúe en nosotros. El poder transformador de la gracia nos ayuda a lidiar honestamente con lo más ríspido de la vida.

Se nos pide sí, que desempeñemos nuestro papel, mirando honestamente lo que necesita nuestra atención, y seamos sinceros a medida que avanzamos en el perdón, la compasión y el trabajo sobre las identidades del ego y el material inconsciente.  Para que el verdadero perdón sane nuestras heridas y nos limpie de la culpa, necesitamos la Gracia. Para que la compasión se vuelva real, no solo un buen concepto, necesitamos Gracia. Para librarnos de patrones repetitivos en nuestra vida, necesitamos la Gracia. En verdad, es lo que nos ayuda a cruzar de la limitación a la libertad.

Vayamos aún más profundo…

Consideremos la posibilidad de que nuestro cuerpo, corazón, mente y todas las partes de nuestro vehículo humano sean mucho más de lo que parecen. ¿Qué pasa si fue diseñado originalmente para ser un receptáculo de la gracia, una fuente humana en la cual las aguas vivas no solo reciclan todas las cualidades de nuestra naturaleza esencial, sino que también se desbordan para espiritualizar nuestro mundo?

El objetivo de todo esfuerzo espiritual no es, en última instancia, que solo algunos de nosotros pasamos un momento más feliz, sino que haya seres humanos espiritualmente más maduros, sabios y amorosos en cada lugar del planeta. Caminar a consciencia por la vida diaria en estos tiempos desafiantes nos invita a continuar rindiendo nuestros planes humanos al plan mayor, que la Gracia representa. Esto significará continuar entregando patrones y comportamientos egocéntricos a su poder.

Para poder responder desde la gracia en lugar de reaccionar ante cada situación, pequeña o no de la vida cotidiana, es necesaria la ecuanimidad y aprender a descansar en la conciencia mientras abrimos nuestro corazón a todas nuestras emociones y desafíos fluctuantes. 

Podemos movernos EN GRACIA…cuando percibimos y escuchamos la inteligencia más profunda en lugar de guiarnos por el pensamiento del ego para navegar a través de los desafíos cotidianos. 

Hoy, más que nunca, necesitamos integrar en lugar de demonizar nuestra sombra para que todos podamos ser una Presencia más potente de amor y sabiduría en este mundo.

La gracia está siempre presente moviendo sutilmente los amorosos hilos de la red de la Vida, para que así sea…

¡Y ASÍ ES!

Tahíta

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