Osho relata la
historia de un asceta que anhelando la iluminación se retira 20 años a una
cueva en soledad para dedicarse a meditar. Pasado ese tiempo sale de la cueva y
vuelve al poblado en que vivía pensando que ya había alcanzado la tan deseada
iluminación…pero ante cualquier situación molesta montaba en cólera fácilmente.
Lee Lozowick,
relata a su vez que un yogui hindú que meditaba largos períodos de tiempo
preguntó cierta noche a su esposa qué estaba cocinando para la cena. Ella le
respondió que cocinaba samosas, su plato favorito. El yogui decidió meditar
un rato antes de la cena y entró en estado de samadhi…y en ese estado de
beatitud permaneció 15 años. Cuando salió de ese estado, ya viejo, lo primero
que hizo fue gritarle a su esposa reclamando sus samosas. Tanto tiempo
de meditación para descubrir que su estómago era más importante que todo lo
experimentado espiritualmente.
Seguramente, de haberse observado, permaneciendo en su cotidianeidad,
podría haber transformado esa situación…solo con hacerla más y más consciente.
Y es que la
observación es tal vez más trascendental que los estados considerados sagrados
de consciencia, que pueden ser efímeros y no tan trascendentales.
Lo que estos
relatos tratan de mostrarnos es que resulta ilusorio creer que podemos tomar un
“atajo espiritual” como el permanecer aislados del mundo y pensar que con ello
ya estaremos iluminados y no reaccionaremos con ira, si ira era lo que
sentíamos antes de huir de la vida común. Lo mismo con cualquier situación que
pensemos “desaparecerá” con un largo retiro, un curso o una gran cantidad de
conocimiento.
Las experiencias espirituales
no siempre son transformadoras en sí mismas.
Para que lo sean,
tienen que ser digeridas, integradas a la vida…o sea llevarlas a la práctica.
Puede, por
ejemplo, que un día te des cuenta de que eres parte de Ello, Eso, lo Divino,
Dios…
¿Eso ha producido
algún cambio?
Puede ser verdad
que no estés separado de Dios…que ERES UNA CÉLULA DIVINA.
Pero si tu
comportamiento de cada momento no sirve a esa REALIDAD, es irrelevante que eso
sea verdad o no.
Si estás en un
supermercado y no puedes esperar sin desesperarte, es más, si ves que alguien
necesita ayuda con su compra o se le cae algo y no acudes en su ayuda…
¿QUÉ IMPORTA CUAN
PROFUNDAMENTE SEPAS QUE ERES PARTE DE DIOS?
Gracias. Gracias.
Gracias.
Cuánto sirve el compartimiento de cada momento para darnos cuenta que Somos parte de Dios.....
ResponderEliminarGRACIASSS Querida hermana por la Sabiduría de esta reflexión...
Abrazos infinitos!!!!!!
Creo que es al revés...si ya tienes el conocimiento de que eres una célula de dios...¿sirve de algo si no lo manifiestas en el día a día?..
ResponderEliminarAbrazo a ti
GRACIASSS...GRACIASSS...Infinitas GRACIASSS!!!!
EliminarGracias Tahita.Sabia reflexión.Abrazos
ResponderEliminar💖💖💖🙏
EliminarQuiero ser parte de Dios y poder manifestarlo día a día, gracias Tahita
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