La conciencia consciente no es creada de alguna manera
por nuestro cerebro, sino que existe como un campo inmersivo de conciencia que
nos conecta a todos y orquesta todo el Universo.
Un darse cuenta crucial al que todos podemos acceder fácilmente,
cuando prestamos atención a la conciencia dentro de nosotros mismos, es que no estamos tan separados de otras
personas como parecemos estar.
La vida humana es una serie continua de momentos
transitorios y cuando prestamos atención a los pensamientos del pasado o del
futuro, a las palabras y las imágenes en nuestras pantallas, o al mundo que nos
rodea, nuestra atención enfocada se aleja de estar conscientemente presente, aquí y ahora.
Nuestros pensamientos sobre nosotros mismos y nuestra vida
pueden convertirse fácilmente en foco de nuestra atención al que, de vez en
cuando, olvidamos cuando dejamos de estar alertas a la conciencia dentro de
nosotros, el espacio dentro de nosotros, que está experimentando todo en
silencio.
Cuando prestamos atención a este espacio interior, podemos
darnos cuenta rápidamente de que parece existir a través de los límites de
nuestro cuerpo humano y a nuestro alrededor, dentro de todos los demás.
Este espacio cósmico consciente dentro de todos nosotros, un
campo de conciencia cósmica, nos permite realizar y conocer la conciencia
dentro del contexto de un cuerpo humano.
Nos está permitiendo experimentar una vida humana, ya que
nuestros sentidos corporales de la vista, el tacto y el oído proporcionan un
flujo de datos para ser procesados por nuestro cerebro.
Desde la infancia, esta conciencia ha estado creando límites
de pensamiento en torno a un yo personal, una sensación de separación de las
personas que nos rodean.
Este ego personal puede sernos útil en el mundo, pero puede
volverse disfuncional fácilmente si no nos permitimos disolverlo regularmente, prestando atención a la espaciosa
presencia de la conciencia dentro de nosotros.
El ego es inseguro porque es una idea o construcción de
pensamiento personal, una ficción superficial creada desde la infancia, que no
tiene fundamento en la conciencia universal más profunda e intuitivamente
conocida dentro de todos nosotros.
Las ideas sobre nosotros mismos que constituyen el núcleo
del ego proporcionan una lente distorsionadora a través de la cual vemos el
mundo y la realidad en la que vivimos, coloreada por nuestras interpretaciones
de ella.
Aunque estamos unidos en un espacio consciente con todos los
que nos rodean y en realidad nunca nos
separamos de otras personas, nos puede parecer que estamos separados de
ellos si permanecemos dentro del prisma del ego y enfocamos nuestra atención en
una corriente incesante de pensamientos que están deformando nuestra experiencia
del mundo.
Enfocar la atención
hacia adentro nos ayuda a disolver estos límites de pensamiento, crear un
espacio interior libre de pensamientos y redescubrir nuestra conexión intuitiva
con el conocimiento único que nos conoce a todos como a sí mismo, la
inteligencia cósmica que está dando vida a toda la vida en todo el Universo.
Un solo yo cósmico existe dentro de todos nosotros y se
vuelve cognoscible cuando permitimos que nuestro pensamiento incesante se
disuelva.
La conciencia en todos nosotros es un único espacio de
experiencia.
Mientras mantenemos suavemente un foco de atención en la
tranquila quietud interior de la conciencia, encontramos que la corriente
habitual de pensamientos sobre nosotros mismos o sobre otras personas comienza
a disolverse.
Hemos encontrado la presencia
interior de una conciencia que existe como un espacio de conciencia
alrededor y entre nosotros y dentro de todos nosotros en todas partes.
Nos damos cuenta de que no existe una diferencia real entre
la conciencia consciente dentro de nosotros y la conciencia consciente dentro
de otras personas y este darnos cuenta
puede alterar profundamente nuestra experiencia de vivir en el mundo.
Todos estamos inmersos juntos en un espacio de experiencia
consciente, un campo de conciencia cósmica que nos conecta de maneras que
pueden parecer significativas y sincrónicas.
En realidad, es más exacto decir que somos esta conciencia cósmica, este espacio de experiencia
consciente, que se manifiesta como seres vivos separados.
Darnos cuenta de la unidad esencial de la conciencia nos
ayuda a comenzar a disolver la separación tribal que podemos sentir acerca de
las personas que son diferentes a nosotros y despierta un sentido cósmico
de relación y conexión con nuestro planeta y todos sus seres vivos.
Centrar nuestra atención en el interior nos ayuda a
sintonizarnos con esta conciencia cósmica espacial, sincronizarnos con su
inteligencia sincrónica y acceder a una corriente de conocimientos intuitivos
útiles.
Como expresiones continuamente generadas de una inteligencia
infinita que existe en todo el espacio del Universo, podemos acceder al poder
transformador de esta conciencia espacial siempre que lo elijamos y podemos canalizar intuitivamente los
conocimientos y la inspiración de este campo de inteligencia cósmico que
orquesta y conecta toda la vida. En todas partes.
Mover nuestra atención hacia adentro nos permite conocer la
presencia de la fuente-inteligencia generativa que está continuamente creando
el mundo entero a partir de sí misma, transformándose vibratoriamente en la
orquestación entretejida de la bioquímica de células vivas.
Un núcleo o centro de inteligencia cósmica espacial es la
materia prima del Universo y todo lo que vive es una expresión continuamente
generada de él, una alteración vibratoria de sí mismo que le permite volverse
visible y palpable como árboles, flores, seres humanos y toda la vida en todas
partes.
Todos estamos
intrínsecamente conectados con esta inteligencia cósmica expresiva, en
constante evolución, y ser más conscientes de esta realidad nos
ayuda a tomar decisiones en el mundo que están sincronizadas con el bienestar
de todos nosotros y nuestro planeta.
A medida que percibimos nuestro continuo devenir momento a
momento y nos conocemos a nosotros mismos como un proceso de flujo que
transforma la energía cósmica en seres humanos materiales, nos acercamos más a
la comprensión de la realidad de nuestro mundo.
Cada uno de nosotros es una inteligencia cósmica infinita e ilimitada
que se transforma en la forma viva de un ser humano durante la duración de una
vida humana.
Somos seres cósmicos, expresiones de una inteligencia que
existe en todo el espacio del Universo y podemos
acceder al poder transformador de esta inteligencia cuando lo elijamos.
Podemos sintonizarnos con una conciencia infinita con
capacidad ilimitada para el cambio y la evolución, una inteligencia cósmica
espacial que está orquestando y uniendo todo lo que conocemos como realidad en
todas partes.
A medida que nos damos cuenta conscientemente de nosotros
mismos como expresiones de inteligencia cósmica, podemos encontrar un sentido
más amplio de lo que significa ser humano.
Gracias. Gracias. Gracias
Excelente texto!!!!!
ResponderEliminarGRACIASSS Amada Tahita!!!! Nos ayuda tanto a evolucionar....
Abrazos infinitos!!!!!!
Que maravilla, tratemos de entender todo esto, Somos Uno, cuanta información que no conocemos y que nos ayudan a evolucionar, gracias gracias
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