Te pregunto, ¿qué anhelas? Me dices que quieres encontrar
satisfacción en lo que haces, hacer algo significativo, expresar tu voz
auténtica.
Te pregunto, ¿qué anhelas? Me dices que quieres encontrar la
felicidad en una relación, conocer a tu alma gemela y finalmente sentirte
amado.
Te pregunto, ¿qué anhelas? Me dices que quieres saber cuál
es tu verdadero propósito, cómo seguir el camino correcto en la vida, cómo
tomar decisiones que te lleven a la seguridad, el éxito y la
satisfacción.
Te pregunto, ¿qué anhelas? Me dices que quieres sentirte
bien contigo mismo, saber que eres digno, mejorar la calidad de tu vida, estar
en paz.
Pero vuelvo a preguntar, ¿qué es lo que realmente
anhelas? ¿Cuál es tu anhelo más profundo? ¿Qué es más profundo
que cualquier cosa que puedas encontrar para ti mismo? Porque toda tu
búsqueda, todo tu anhelo, todo tu esfuerzo, todavía gira en torno al yo.
Buscas la felicidad y
el amor y el significado para calmar la inquietud de tu alma.
Buscas la felicidad, el amor y el significado en las cosas
que haces y en las cosas que tienes, para evitar encontrarte contigo
mismo en un nivel más profundo. Porque sólo en lo profundo de ti, esa
parte más vulnerable y abierta, esa parte de la que has estado huyendo durante
milenios, encontrarás el vacío en el centro de la inquietud.
Porque es solo en lo profundo de ti, ese lugar donde el yo
se encuentra al borde del abismo del Ser, que te encontrarás cara a cara con la
incomodidad más profunda, el terror de la no existencia.
Te pregunto, ¿qué es lo que realmente anhelas?
Me dices que quieres libertad, estar libre del terror, estar libre del malestar
y la inquietud, acabar con el sufrimiento.
Te pregunto, ¿qué es lo que realmente anhelas?
Me dices que quieres saber quién eres realmente, más allá del yo y sus anhelos por
esto y aquello, más allá del yo y sus preocupaciones por la felicidad, el amor
y el significado, más allá del yo y su constante anhelo.
Te pregunto, ¿cuál es tu anhelo más profundo?
Y me dices, conocer a Dios.
Yo digo sí.
No más preguntas.
Verás, a menos que
tengas el coraje de desenterrar tu anhelo más profundo, no
encontrarás nada de verdadero valor en este mundo. A menos que des toda tu
lealtad al anhelo más profundo, seguirás revoloteando en la superficie de la
vida y no habrá descanso en esto. A menos que estés dispuesto a perder todo lo
que te sostiene para seguir tu anhelo más profundo, a menos que estés dispuesto
a abandonar la mente que distrae, la mente adquisitiva y la mente
que crea fantasías de realización futura, nunca descubrirás la joya en la
profundidad de ti.
Hasta que no te entregues al reino de la luz interior, como
una polilla se entrega a la llama, no hay evolución.
Hasta que te
entregues al vacío, vagarás por esta tierra buscando al salvador, en forma de
victorias, adquisiciones, conocimiento, gurús y mesías, y seguirás empobrecido
en tu alma.
Hasta que hagas la pregunta correcta, seguirás buscando
la respuesta en el lugar equivocado. Te pregunto de nuevo, ¿cuál
es tu anhelo más profundo?
Entra y entra y entra y entra... no vayas a pescar en el mar
superficial de tu imaginación algo que satisfaga tu deseo.
Entra y entra y entra y entra... y espera a que Dios, el
conocimiento más profundo, más interno y más tierno, te invite a sumergirte en
el océano del Ser.
Aquí yace el verdadero tesoro que buscas.
Gracias. Gracias. Gracias
Una reflexión muy profunda....Infinitas GRACIASSS Tahita!!!!!
ResponderEliminarAbrazo infinito
EliminarAy! Mi amada maestra, que profundo, y que hermoso, y que duro comentario. Es la busca del místico, es dejar de buscar, dejar de ser... Para estar en El Ser.
ResponderEliminarPrecioso Tahita, aunque me hace sentir miedo