El mejor regalo que le puedes dar a alguien es escucharlo atentamente.
La escucha activa es una habilidad muy importante para comunicar empatía y comprensión. Requiere que prestemos atención no solo al contenido de las palabras que la persona está hablando, sino también al contenido emocional transmitido por el tono de voz, la expresión facial, el lenguaje corporal, etc. Este es un tipo de escucha que busca comprender profundamente a la otra persona.
No está distante del escuchar como parte de la práctica espiritual, o de la vida misma de quien se mueve en presencia y amor.
Tal vez la única diferencia sea que en la escucha activa se presta atención a la persona humana, y en la espiritual se trata de conectarse con el Alma o ánima, con la Presencia de quien escucha.
Escuchar es un arte sagrado y una práctica espiritual.
La escucha espiritual está en el corazón de todas las relaciones: es el antídoto para esa pieza faltante, ese anhelo de conexión, pertenencia y comunión que parece ser tan común en nuestra cultura actual.
Este tipo de escucha crea un sentido de comunidad.
Cuando somos abiertos, curiosos y atentos a los demás de esta manera, descubrimos una conexión sagrada más profunda; somos conscientes de que…ESTAMOS RELACIONADOS.
“Presencia que escucha” es otra forma de describir la espiritualidad de escuchar. Es una forma de ser en la que la quietud y la atención brindan un espacio en el que una persona puede hablar y saber que está siendo escuchada. Es desde este espacio que podemos escuchar a través de nuestras diferencias y nos encontramos capaces de entendernos unos a otros, incluso a otros cuyos antecedentes u opiniones son diferentes a los nuestros.
La escucha espiritual está en el corazón de todas las relaciones.
Es lo que experimentamos cuando nos convertimos en un contenedor silencioso y seguro en el que el hablante es capaz de expresar su voz más genuina.
Hay una comunión de almas.
La forma en que nos escuchamos establece un tono para todo lo que sigue.
A menudo pensamos que nuestro hablar, las palabras que usamos, es la parte más importante de nuestra comunicación. Sin embargo, es la calidad de nuestra escucha lo que tiene el mayor impacto en cualquier conversación.
Se ha dicho que escuchar el alma de otro puede ser el servicio más grande que un ser humano jamás realiza por otro.
¿Qué hace que escuchar sea espiritual?
En esa escucha nos convertimos en “la presencia que escucha sin juzgar”. Para escuchar sin juzgar, abiertos, expectantes, no podemos estar pensando en nuestra respuesta, o en lo que vamos a hacer a continuación.
Escuchar es mucho más que permitir que otro hable mientras espera la oportunidad de responder. Escuchar es prestar total atención a los demás, abiertos a nuestro propio ser. La belleza de escuchar es que aquellos que son escuchados descubren a su vez, su verdadero SER.
Hay un sentido de unidad, unidad sin dualidad.
Entramos en el espacio con todo nuestro ser, corazones, mentes, cuerpos, almas. Empezamos a recordar lo que somos.
El acceso a este espacio pasa por la práctica del silencio y la quietud.
Es desde este espacio que nos convertimos en testigos de cada uno; nuestras almas se conectan.
La escucha espiritual encarna todos nuestros sentidos cuando nos ofrecemos a los demás libremente y sin expectativas, proporcionando la apertura para una comunión profunda.
Es un intercambio desde el nivel más profundo, nos sentimos como en casa unos con otros, descansando en la gracia de nuestra relación.
Lo que es llamado “escucha activa”, que muchas veces es presentada como una capacitación laboral, o más íntimamente como un recurso para relacionarnos con “los otros” …es un método con algunas prácticas que pueden estar incluidas en la escucha espiritual…sin embargo, esta última no es un método: surge de la apertura de nuestra consciencia y corazón, del empleo de la bondad morosa, y no persigue un fin, sino solo SER PRESENCIA.
Es la forma en que nuestra Presencia se abre a incluir en la Unidad Original las otras Presencias…que en realidad son Una con la nuestra en el Espacio Infinito que está más allá aun de las palabras.
Por lo tanto, es ESCUCHARNOS AMOROSA COMPASIVA Y PACIENTEMENTE...A NOSOTROS MISMOS.
Grcias. Gracias. Gracias
gracias Tahita , amorosa como siempre
ResponderEliminar