Dentro de la Mente Única, nos hemos creado mentes individuales que en la dualidad nos son de mucha utilidad mara manejarnos dentro del espacio/tiempo. Sin embargo, hay aspectos de esas mentes que son un escoyo a superar, ya que están constantemente en actividad proyectándose hacia el pasado y el futuro y envolviéndonos en historias y charla mental innecesaria, de ahí la necesidad de diferenciar, aunque la mente en sí no está dividida, dos tipos de funciones que han llevado a hablar de una mente funcional, y una mente pensante.
La mente funcional, se refiere a sí misma, sabe su nombre, sabe cuándo está viendo una película, puede hacer una reserva en una línea aérea, sabe qué comer, si el “yo” tiene hambre, sabe que la comida tiene que ponerse en la boca y no en un florero. Sabe todo esto porque ha creado separación y personalización. Toda esa función – que se refiere a la identificación con el nombre y la forma como una identidad separada- tiene que existir para que podamos funcionar en la dualidad.
A la mente pensante la creamos posteriormente. Es el sentido del “yo” como ser egoico con poder de acción. Esta mente se atribuye como propias las acciones de la mente funcional. Reclama ser una fuerza creativa con poder sobre pensamientos acciones y sentimientos de la persona.
Esta función de la mente muere con el despertar, ya que solo necesitamos la mente funcional, y no la mente egoica reclamando ser creadora, cuando solo es un cúmulo de historias y charla mental.
Esta mente egoica desaparece si permanecemos en el momento presente.
En realidad, siempre estamos en el Ahora: no hay ningún otro sitio donde se pueda estar. Los pensamientos ocurren en el ahora, así que pensar es el ahora. A lo que realmente nos referirnos con “no estar en el ahora” es a ese proceso egoico en el que nos implicamos yéndonos mentalmente al pasado o al futuro. Lo que es importante entender es que incluso cuando nos referimos a ese proceso, esa indagación está ocurriendo en el ahora, como parte de lo que es.
Si eres un buscador, no estás en el ahora. La mayoría de las veces es inconsciente, pero ser un buscador implica rememorar acciones pasadas propias o de un maestro o camino, proyectar una aspiración espiritual al futuro y creer que estás al mando, como mente individual, del proceso evolutivo, lo que no es cierto.
Esta aspiración de iluminación futura es causa más de tristeza que de alegría.
Puesto que para un individuo la iluminación es inalcanzable, pues cuando llega desaparece el yo y no hay nadie iluminado, solo iluminación de la consciencia, la frustración a acumulada en años de intentos fallidos causa mucho sufrimiento.
La paz llega a nuestra vida cuando usamos la mente funcional, y acallamos la pensante, esa que cree que lleva las riendas del Ser, cuando nada sabe del Ser que vive en el momento presente. Alcanzamos la paz cuando comprendemos que es la Conciencia la que actúa y es la conciencia la que ha diseñado y construido el funcionamiento de todo.
Si echamos un vistazo a la vida veremos que los acontecimientos que nos llevaron a los cambios más positivos ocurrieron de forma inesperada., fueron como regalos, no cosa que planeamos buscar. Vinieron sin esfuerzo. Si estuviéramos en control los resultados no hubieran sido tan perfectos.
Sin embargo, esforzarnos por lograr algo bueno, es parte de lo que es. Esta enseñanza no sugiere que actuemos de una manera particular, ni que nos sentemos a no hacer nada, ni que dejemos de perseguir lo que deseamos.
Probablemente si le preguntas a un maestro de advaita qué debes hacer, te conteste…” Solo respira” …aparte de eso no hay muchas sugerencias. Pero si sigues insistiendo en algo más te dirá “Has el movimiento siguiente” …o sea has lo que sientas hacer en el instante siguiente y después se verá como sigue la consciencia moviendo los hilos.
Comprender que es la Consciencia la que mueve todo nos da paz y elimina nuestra inquietud sobre nuestra capacidad para hacer cosas que queremos hacer, y nuestra frustración acerca del comportamiento de los demás. No hay culpables en cómo se mueve la Consciencia.
Confía en la Conciencia y estate en paz.
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