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miércoles, 15 de julio de 2020

Una sensación de autoría que hace temer la muerte

Muy traumáticos resultan para el personaje humano dos momentos que situamos en el tiempo: el nacimiento y la muerte. Pero ¿Qué nace y qué muere?

Lo que nace y lo que muere es el cuerpo-mente individual. Como todo es Conciencia, sin duda el mismo forma parte de esa Conciencia todo-abarcante, sin embargo, solemos aceptar la verdad de que LO QUE SOMOS NUNCA NACE Y NUNCA MUERE…y es porque el cuerpo-mente es una manifestación temporal, efímera, de la consciencia, un instrumento a través del cual se manifiesta. A través del cuerpo la Conciencia se proyecta y manifiesta en el espacio-tiempo.

Por lo tanto, quien teme a la muerte es ese “yo” que se ha proyectado y se cree, aun dormido, desconectado de la fuente, la conciencia que ES. Ese “yo” que se cree autor de todo, no mero instrumento.

No solo teme la muerte sino las consecuencias de todo acto y situación a la que se siente conectado como “autor” (no actor) cargando con la idea de que es responsable de todo. ¿Seré capaz de manejar esto? …y proyecta ese temor a través del tiempo… ¿Qué será de mí? No solo teme a la muerte, sino al sufrimiento…pues creerse un núcleo aislado, responsable de todo y sapiente de que tiene, como todo lo que navega en el tiempo, un fin, le llena de agobio.

La fuerza de éste “yo” puede debilitarse a través de una práctica espiritual, como la auto-indagación, el silencio y la contemplación o enseñanzas que nos ayuden a despertar de este sueño de autoría y separación. La Presencia que envuelve estas enseñanzas, este darse cuenta desde un profundo núcleo interior, van echando abajo ese sentido de autoría y el sufrimiento que genera creerse un pequeño yo separado, mortal y vulnerable.

El “yo” que se cree autor, es una quimera. El autor siempre es la Consciencia que se mueve a través de todo lo visible e invisible.

Ese “yo” no tiene ningún poder, aunque diga “” Yo he hecho eso” …” Qué bien lo he hecho”, o, por el contrario, se agobie en la desvalorización y la culpa creyendo “Soy culpable porque todo lo he hecho mal” …proyectando su individualidad en el futuro y creando más sufrimiento y sentido de vulnerabilidad.

Volvemos al problema de esa sensación del yo de ser el “autor”, de estar al mando o control, y de tener una existencia separada que lo empequeñece, lo deja sin más ayuda ni responsabilidad ante esa creencia irreal de autoría que lo sitúa muy lejos de ser lo que es, un instrumento, un vehículo de información temporal que bien haría, para soltar ese sufrimiento en considerarse una caña hueca, en manos de la conciencia, la corriente divina que pasa por esa oquedad y puede hacer surgir melodías y vibraciones de las cuales no es autor…solo con la entrega, con la rendición, con soltar también ese miedo de ser “nadie” para pasar a considerarse parte del Todo, pero no aislado.

A medida que nos permitimos ahondar en ese no ser individual, la sensación y aun la convicción de la autoría, disminuyen, y a la par, claro, el sufrimiento y el miedo a la muerte de esa forma disponible por la cual el viento de la conciencia pasa creando y diluyendo formas reemplazables, temporales y aun así sagradas y amadas…porque la Conciencia y el Amor son Uno también, indivisibles. Algunos místicos llaman a este instrumento…la flauta de Dios.

Tal vez por eso el sinsentido de odiar o desechar el ego que sustenta ese yo, en lugar de abrazarlo y trasmitirle el conocimiento de que aun temporal, dormido, o lo que sea, forma parte de una CONCIENCIA Infinita que todo lo mueve, y en la que puede descansar, no como autor, sino como momentáneo contenedor y vehículo de LO QUE ES.

Difiero en eso, de la interpretación sesgada que se suele hacer del Curso de Milagros, en la que se desprecia todo lo que proviene del ego, como si no fuera expresión de esa Conciencia…que por algo se manifiesta, aun en la corriente del tiempo lineal.

 

 

2 comentarios:

  1. "... el viento de la conciencia pasa creando y diluyendo formas reemplazables, temporales y aun así sagradas "y amadas…porque la Conciencia y el Amor son Uno también, indivisibles. Algunos místicos llaman a este "instrumento…la flauta de Dios." Y entonces reflexiono: maravilloso instrumento para ejecutar. Consciencia y Amor suenan juntos, cada uno con su melodía construyen la pieza. "La flauta de Dios" se constituye, entonces, desde uno, desde el 'YoSoY'. Dualidad maravillosa, 'como es adentro es afuera', 'como es arriba es abajo'... YoSoY: Uno, Todo, Nada, profunda vibración energética que me señala: Estoy Viv@!!!

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