DONACIÓN AMOROSA

 

DONACIÓN AMOROSA

 

GRACIAS

GRACIASSSS...Por todo vuestro amoroso apoyo tanto presencial como financiero, los que han podido, a través de tantos años. Porque ayuda el que dona dinero...pero ayuda inconmensurablemente quien expande su amor y su Presencia en el Infinito Campo de Conciencia en el que estamos entrelazados♥

Buscar este blog

domingo, 19 de mayo de 2019

Esa veta negativa

Hemos desarrollado un hábito de supervivencia  que consiste en fijarnos en lo que está mal…primero y siempre.

 Lo peor es nuestro marcado sentido de indignidad. Habitualmente nos fijamos en lo que no logramos, aquello en lo que fracasamos o perdimos: en nuestras relaciones, nuestro trabajo, nuestra apariencia, nuestro estado de ánimo y comportamientos. 

Y después lo trasladamos y nos fijamos en las faltas de los demás, en cómo otras personas nos están decepcionando, en cómo están equivocadas o son malas y deberían ser diferentes.

 Ya sea que nos estemos enfocando hacia adentro o hacia afuera: estamos creando un enemigo.

Si bien ese sesgo de negatividad es parte  de nuestro aparato de supervivencia, cuando domina nuestra vida diaria, perdemos el acceso a las partes  de nuestro cerebro que contribuyen a los sentimientos de conexión y empatía.

 ¿Qué nos ayudara a atemperar esa negatividad? 

Lo primero que podemos hacer es tener en cuenta y observar nuestra vulnerabilidad, empezando por nosotros mismos. Cuando nos estamos culpando podemos preguntar: "¿Qué está pasando realmente por debajo de esto? ¿Qué me ha impulsado a comportarme de esta manera? Generalmente encontramos que temíamos no ser lo suficientemente buenos para algo y ese miedo nos llevó a actuar exactamente como no queríamos actuar. O tal vez buscábamos aprobación por inseguridad, y por eso terminamos no actuando con integridad. 

Cuando logramos comprendernos, naturalmente podemos salirnos de la culpa y la autocompasión.

Si estamos viendo lo negativo en los otros, primero, tenemos que haber logrado ser amorosos ante nuestra vulnerabilidad…luego tratamos de comprender la del otro, sabiendo que al igual que nosotros, la otra persona puede seguramente estar atrapada en su propio sentido de inseguridad, insuficiencia, confusión. Si podemos ver que también sufre, nos reconectamos al  amor y la compasión.

Cuando surge la compasión, el siguiente paso es expresarla. Si estamos trabajando en la autocompasión, observaremos  la parte vulnerable de nosotros mismos para sentir lo que más necesitamos. ¿Es perdón? ¿Aceptación? ¿Seguridad? ¿Amor? Luego, desde el lugar más sabio y amoroso de nuestro ser, tratemos de ofrecernos internamente eso que más necesitamos. Suelo por ejemplo poner ambas manos sobre mi corazón y decirme…”Te acepto, estoy presente”…podemos hacer lo mismo con “te perdono”, o “te amo” o lo que sintamos necesario en un momento dado.

En cuanto a la compasión por los demás, es poderoso y sanador comunicar que  reconocemos su propia vulnerabilidad. Todos sabemos que cuando estamos con alguien a quien amamos, si en realidad decimos en voz alta las palabras "Te amo", esto lleva al amor a un nuevo nivel. Si queremos  revertir la negatividad que sentimos por alguien, ya sea a través de una oración mental  o en persona, ofrezcámosle un mensaje de comprensión y amabilidad.

Nuestro cerebro tiene una red de compasión que incluye neuronas espejo que nos permiten registrar cómo siente otra persona. Podemos percibir que los demás quieren sentirse amados, que quieran sentirse seguros y felices. Pero a menos que nos tomemos un tiempo para hacer una pausa y escuchar al otro, aunque piense diferente, no nos comprometeremos automáticamente con esa parte del cerebro. 

Con los más cercanos, podemos abrirnos en comunicación consciente. Un par de veces a la semana, por ejemplo, podemos hacer una comunicación diferente con la persona que convive con nosotros…una pareja, hijo, madre, amigo cercano. Se trata de una especie de meditación juntos con un breve período de silencio luego del cual se reflexiona sobre ciertas preguntas, como "¿Por qué estás agradecido en este momento?" Y "¿Qué es difícil para ti?"  También podemos preguntar:" ¿Hay algo entre nosotros que se interponga en el camino de un flujo abierto y amoroso? ". La otra persona escucha con amabilidad, aceptando la presencia, y cada uno de nosotros llega a nombrar lo que estamos experimentando.  Es un importante trabajo de curación.

¿Qué pasa con aquellos que no están dispuestos a conversar o meditar con nosotros? Afortunadamente, podemos saber que nuestra capacidad para sentir la conexión no está determinada por su capacidad para conectarse con nosotros. Por supuesto, es más fácil sentirlo cuando hay reciprocidad, pero aun así podemos ofrecer bondad desde nuestros corazones, y las investigaciones demuestran que esta atención amorosa despierta la parte de nuestro cerebro que siente compasión. Es posible hacer esto en cada situación, con cada persona que conocemos. Si no podemos frente a frente la imaginamos en nuestra mente frente nuestro y nos reconectamos preguntando, aunque no recibamos la respuesta…esa reconexión compasiva hará el resto.

Es natural que frente al dolor, la injusticia, el engaño y la deshonestidad, sintamos una gama de emociones, como miedo, disgusto o ira. Ese rasgo de negatividad puede hacer que estemos en guerra con nosotros mismos y con los demás "allá afuera".

Es importante que hagamos una pausa, estemos presentes con nosotros mismos y con los demás, y nos abramos completamente a los sentimientos que surgen. Cuando honramos y escuchamos esos sentimientos, podemos hacer hincapié en nuestra vulnerabilidad humana y en el cuidado que realmente todos necesitamos de esa  esencia que nos conecta.

 Entonces es posible responder a todo lo que llega con nuestros corazones. 

Tengo una breve oración muy simple a la que acudo cada mañana y en cada oportunidad en que la necesito: "Enséñame la bondad"

 Cuando me muevo a lo largo del día  y encuentro desafíos y personas desafiantes y difíciles de enfrentar…vuelvo a recordar su vulnerabilidad, que es la mía, y puedo sentir que esos espacios que nos separan se llenan de comprensión, amor…PRESENCIA.

"Enséñame la bondad"

 

¡Y las bendiciones fluyen!

Tahíta

 

 

1 comentario:

  1. "Enseñame la bondad"...Excelente aporte Amada Tahita...
    Infinitas Bendiciones!!!!!!

    ResponderEliminar