La multitarea nos distrae y nos hace sentir que estamos haciendo mucho, pero, en realidad, generalmente estamos haciendo dos o más cosas… a medias.
No puedo escuchar a quien tengo delante y navegar por Facebook. Podría pensar que puedo hacer eso, pero la persona notará que no estoy realmente allí. No puedo cenar y contestar correos electrónicos. Bueno, puedo, pero lo más probable es que termine la comida sin siquiera probarla.
La multitarea es uno de los mayores enemigos de la paz interior.
Nos roba el equilibrio y nos engaña haciéndonos pensar que es la forma de hacer más cosas o ser más productivos y demostrar que estamos trabajando lo suficientemente duro para quien sea que creamos que necesitamos demostrar algo: jefes, compañeros de trabajo, amigos, parejas, padres, hijos, tal vez incluso completos extraños…o nosotros mismos.
Decía Daniel Goleman, en su libro “Focus”, que la habilidad de hacer una pausa es vital para recuperar el control de nuestra atención. Solo así dejamos de actuar por impulsos y de forma automática.
Entonces, el desafío es dejar de desenfocarnos y comenzar a prestar atención a la voz suave y apacible que intenta ser escuchada en el silencio de nuestro corazón.
Para hacer eso, hay que permanecer atentos, observantes y en silencio. Ese es el punto de partida. Y el punto final. Y cada punto intermedio. Atención plena siempre, o tan a menudo como sea posible.
La multitarea empeora con la práctica. Si tenemos el hábito de realizar múltiples tareas, cuanto más lo hagamos, peor se pondrá…ese es el primer punto a considerar.
En segundo lugar, daña nuestras redes neuronales.
Entonces, por supuesto, en las tradiciones de sabiduría, ser conscientes se define como Presencia y Presencia significa estar en el momento y estar completamente presente.
Y si no estamos completamente presentes, no estamos allí.
Lo más importante que estamos haciendo es lo que estamos haciendo ahora mismo…la persona más importante en nuestra vida es la que tenemos delante y el momento más importante también es ahora mismo.
El Dr. Daniel Siegel, entre otros neuropsicólogos, dice: “Corta tu día como una pizza en varias porciones. Tienes tiempo para dormir. Tienes tiempo de relación. Tienes tiempo de juego. Tiempo de inactividad creativa. Tiempo de trabajo enfocado. Y en cada porción de tiempo...haz todo con atención enfocada”.
Como cualquier otra cosa, necesitamos practicar para crear un cerebro consciente.
La atención es como un foco, sin duda, que ilumina cosas dentro de nuestra conciencia. Pero también es como una aspiradora, aspirando todo lo que descansa en el cerebro, para bien o para mal.
Entonces, ¿sobre qué estamos dejando que nuestra conciencia descanse?
Definitivamente, no podemos estar en conciencia durante la multitarea.
Puede ser que se nos exija o creamos que se nos exija, en estos tiempos de superinformación, superestrés, rapidez y movidas de todo tipo, hacer muchas cosas a la vez. En realidad, solo podemos hacer bien una cosa…las otras a medias. Y a medias, no significa que el resultado de las mismas siempre sea un fracaso…puede que el pastel en el horno no se haya quemado, que no pase nada si dejamos algo encendido sin necesitarlo, que el baño de un niño le deje muy limpio y perfumado, que una charla rápida haya sido efectiva, pero…
¿En cuál de las tareas pusimos nuestro foco esencial? ¿Pudimos disfrutarla? ¿Estuvimos en cuerpo, alma y ser allí, en una impronta de PRESENCIA que nos hace realmente ESTAR VIVIENDO EN CONCIENCIA ESE MOMENTO?
¿Rozar la superficie de la vida es Vivir en Espíritu y en Verdad?
Gracias. Gracias. Gracias
GRACIASSS Amada Tahita!!!!
ResponderEliminarVivir en el eterno Presente!!!!
GRACIAS TAHITA QUE HERMOSO VOLVER A LEERTE !!! iNFINITAS BENDICIONES PARA TI Y PARA TODOS !!!
ResponderEliminarTan cierto Tahita, no rocemos la superficie de la vida, estemos ahi, presentes, vivamos, gracias , gracias, gracias
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