Pensamos o creímos que tras un suceso dual tan conmocionante como una pandemia, la humanidad se tornaría más compasiva, más amorosa, más reflexiva acerca de los caminos transitados y a transitar. Sin embargo, cuando nos adentramos en los conglomerados de personas ávidas de comprar regalos dejando en eso el poco dinero que tienen, o el mucho, atropellando a los demás en el intento…descreemos de lo que pensamos podía ser un tocar fondo para re conexionarnos y expandir el bien mayor, no el egoísta.
Sin embargo…tal vez aun no tocamos fondo. Tal vez el Universo permita lleguemos a profundidades aparentemente más dramáticas y entonces no nos quede más que arañar las paredes del pozo conciencial compartido para resurgir aladamente más fuertes como el ave fénix.
Independientemente de lo que percibimos por encima…muchos sí están reflexionando y reviendo estos ciclos oscuros en que cada quien cree que debe salir a flote individualmente olvidando la Unidad, y nosotros, todos los que de una manera u otra anhelamos la expansión de la conciencia y el Amor, somos los primeros que tenemos que tomar la delantera, en cada puesto o rol que estemos “jugando”…como amigos, padres, hermanos, hijos, jefes, empleados, sacerdotes, maestros, alumnos, …o lo que sea, para ser los detonadores de esa explosión de conciencia amorosa que tanto nos aliviaría en común-unidad…y a los demás reinos también.
Es mi única
convocatoria conciencial para este año que termina y el que comienza.
Solo
el Amor permanece como faro.
Es activarlo, no solo hablar de él, lo único que nos hará experimentar una paz fuera de toda expectativa.
Desde que estudié de muy joven la Biblia, como otros habrán hecho con otros libros inspiradores, y aun luego de desecharla para abrirme a caminos internos, siempre recordé y tuve en cuenta un texto que de llevarlo a la práctica, fuera de toda creencia dogmática, nos ayudaría a expandir el Amor.
Ese texto, que nos invita cultivar los frutos del Espíritu dice, por supuesto actualizando algunas palabras…
“Los frutos del ego
son…fornicación, conducta relajada, contiendas, celos, enojos, altercados, divisiones,
envidia, borrachera, diversiones estrepitosas, y cosas semejantes a estas. Quienes
las practicas, no perciben el reino de Dios (Espíritu)
Por otra parte, el fruto del Espíritu es: Amor, Gozo, Paz, gran Paciencia, Benignidad, Bondad, Fe, Apacibilidad y gobierno de Uno Mismo. Si estamos viviendo en Espíritu…andemos viviendo ordenadamente por Espíritu también.
Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también cosechará.
Obremos lo que es bueno para con todos.
Recordemos, como memorizo desde hace cuarenta años estos frutos del Espíritu…y pongámoslos en acción YA…porque…” solo por sus frutos se los reconocerá”
Si predicamos que SOMOS AMOR y que SOLO EL AMOR ES REAL…las palabras no bastan.
Gracias. Gracias. Gracias.
Tahíta
Como siempre esta reflexión llega al alma, es tan cierto lo que decís, si predicamos que SOMOS AMOR , debemos practicarlo, vivenciarlo, sembremos, pongámonos en acción YA, esa música nos da fuerzas para luchar por nosotros mismos, para ser mejores y cosechar los frutos del Espíritu, gracias por recordarlo, obremos lo que es bueno para todos, gracias, gracias, gracias Tahita, me da fuerzas para seguir adelante. Respetemos este Nuevo Año, ojalá nos unamos para hacerlo, bendiciones
ResponderEliminarSomos Uno, Liliana💖💖💖
EliminarGracias querida Tahita por éstas sabias palabras, llenas de amor: ponerlas en práctica , es mi gran tarea, mi trabajo personal, y recordarlo en cada momento.Un
ResponderEliminargran abrazo.
Abrazo enorme Myriam💖
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