Aceptación radical

Hay problemas que no se pueden resolver.

Una de las opciones que tenemos es la "aceptación radical". La aceptación radical se trata de aceptar la vida bajo sus propios términos, y no resistirse a lo que no podemos o elegimos no cambiar. O sea, decir sí a la vida, tal como es.

Cuando las cosas no suceden como lo esperamos, pensamos …Eso no debería suceder. No es justo. Pero sucedió.

Podemos sentirnos tristes y heridos, y eso es dolor. En cambio, el sufrimiento es lo que hacemos con ese dolor y la interpretación que le damos.

Es difícil aceptar lo que no queremos que sea verdad. Y es más difícil no aceptarlo. No aceptar el dolor trae sufrimiento.

La gente suele decir: "No puedo soportar esto", "Esto no es justo", "Esto no puede ser verdad" y "No debería ser así". Es casi como si pensáramos que negarnos a aceptar la verdad evitará que sea verdad, o que aceptar significa estar de acuerdo.

Aceptar no significa estar de acuerdo con lo que pasa o sentirnos felices con ello. Pero es agotador luchar contra la realidad y no funciona.

Nadie quiere experimentar dolor, decepción, tristeza o pérdida. Pero esas experiencias son parte de la vida. Cuando intentamos evitar o resistir esas emociones, agregamos sufrimiento a nuestro dolor.

La vida está llena de experiencias, algunas que disfrutamos y otras que no nos gustan. Cuando rechazamos o intentamos evitar sentimientos de tristeza y dolor, también disminuimos nuestra capacidad para sentir alegría.

Aceptación significa que podemos convertir nuestros pensamientos de resistencia en pensamientos de aceptación como, “Estoy en esta situación. No lo apruebo. No creo que esté bien, pero es lo que es y no puedo cambiar lo que sucede ".

En cualquier dificultad en que nos encontremos…Aceptar la situación y hacer lo mejor que podamos será menos doloroso emocionalmente y probablemente más efectivo.

Eso requiere práctica. La capacidad de aceptar que hay mucho tráfico, que está lloviendo el día que tenías otros planes o que alguien que te interesa cancela una cita sirve para afrontar bien la situación, y como aprendizaje. Un aceptando, podemos sentirnos decepcionados, tristes y quizás temerosos en tales situaciones, pero no agregamos el dolor de la no aceptación a esas emociones que es lo que siempre empeora las cosas, y nos prepara para circunstancias más difíciles.

Todos experimentamos o lo haremos, perder aun ser amado. La muerte de un ser querido siempre será difícil y dolorosa. Aceptación significa que podemos hacer el duelo y luego comenzar a sanar. Resistir la realidad retrasa la curación y añade sufrimiento a nuestro dolor. Cuando practicamos la aceptación todos los días, estamos más preparados para cuando ocurren las experiencias más difíciles. Entonces, aceptar el tráfico pesado se trata de aliviar nuestro sufrimiento en ese momento, y también poder disminuir nuestro sufrimiento en situaciones más difíciles que seguro atravesaremos.

No aceptar algo no cambiará la situación. Y aceptar esas situaciones dolorosas o emociones no es ser pasivo o ceder… solo estamos permitiendo que la realidad sea como es. La aceptación no es: ignorar una emoción o enterrar la cabeza en la arena, o ser un felpudo. La aceptación no significa que dejemos de intentar cambiar la forma en que están las cosas. La aceptación no es pasividad, es perspectiva.

Hay muchas situaciones de la vida que son dolorosas y no están bajo nuestro control. No podemos evitar ese dolor, pero podemos cambiar el grado de sufrimiento que padeceremos.

Si tenemos un problema que se puede resolver, esa es la primera opción. Si no podemos resolverlo, podemos cambiar nuestra percepción. Si no podemos resolverlo o cambiar la percepción de un problema, solo nos queda practicar la aceptación total o radical.

Empecemos por concentrarnos en la respiración. Solo observemos los pensamientos que pueden surgir, como que la situación no es justa o que no puedo soportar lo que sucedió. Dejemos pasar esos pensamientos.

Hagamos una declaración de aceptación, como "Es lo que es".

Merecemos esa paz.

Practiquémoslo una y otra vez, porque la flor de la aceptación requiere riego cotidiano.

Gracias. Gracias. Gracias

Tahíta