Algunos se preguntan cómo puedo resonar tan profundamente con voces tan aparentemente contradictorias: Eckhart Tolle, Darryl Bailey, John Butler, Jeff Foster, Jon Mundy, Mooji, Rupert Spira, por nombrar solo algunas que he compartido.
Navego por la no dualidad, por la psicología común y transpersonal, por el budismo tanto como por los conceptos cuasi cristianos, o al menos en la forma, de Un Curso de Milagros, el sufismo, la astrología evolutiva, y otras bellas ramas del Árbol de la Vida.
Por otra parte, es posible que hayan detectado aspectos igualmente diversos en mis propios escritos, y se preguntará cómo puedo vivir con todas esas perspectivas o aspectos aparentemente conflictivos de mí misma.
O tal vez eres de esos privilegiados que puede disfrutar y contener perspectivas, gustos y resonancias igualmente diversas dentro de ti mismo. Es posible que incluso desees saber cuál es el camino o la resonancia correcta o cuál tiene la más alta verdad.
Un aforismo o dicho Zen, a veces poco comprensible, al que llaman koan, podría ofrecer una respuesta a estas desconcertantes preguntas:
Cada rama de coral sostiene la luna
Un koan no es algo para explicar. Es algo con lo que pasar el rato, para ver cómo actúa sobre ti y qué emerge, qué sale a la luz en su presencia. No es expositivo; es evocador, como un poema o una obra de arte. No se puede captar. Se despliega.
La luna es la luna, y está en lo alto, el coral está debajo del agua que refleja la luna o por encima y sin embargo puede verse en un día en que el agua está trasparente, como sosteniendo la luna.
La verdad es la luna, las ramas de coral los caminos, perspectivas, nociones o creencias varias. No la tocan, sin embargo, en cierto modo creemos que la sostienen, y para cada quien puede ser así.
Un camino es una rama de coral, una enseñanza, un autor, un libro, tu propio discernimiento espiritual…puede sostener la luna para ti, pero la Verdad (luna) no se ve afectada ni es sostenida más que por sí misma.
A veces, cuando regreso a un libro, lo encuentro de una manera completamente nueva.
De hecho, nunca leemos el mismo libro dos veces, como tampoco nos metemos en el mismo río dos veces o somos la misma persona de un instante a otro.
La palabra impresa puede parecer grabada en piedra, pero en realidad no lo es. Está viva y la lectura es una especie de danza entre el lector y el texto. Los libros que sostienen mis perspectivas son diferentes y, en muchos casos, pueden parecer contradecirse entre sí.
¿Quién tiene bien claro el misterio de la Vida?
¿Qué deberías creer?
Ninguna palabra o concepto puede capturar la realidad.
Los mapas son útiles, pero solo pueden describir y señalar el territorio en sí, que está vivo y en constante cambio, y se puede ver de muchas formas diferentes. Ver un mapa no es caminar el territorio que te dibuja.
Comer la comida es lo que te nutre, no leer la receta o el menú.
Toma lo que resuena y deja el resto atrás.
No creas nada de lo que lees. Cuestiona. observa y obsérvate, escucha, siente y comprueba todo por ti mismo.
Estate siempre listo para cuestionar tus conclusiones y ver algo nuevo e inesperado.
Si así lo sientes, no deseches las ramas que parecen sostener la luna, salvo que te la obstruyan o confundan.
Cuando así lo sientas…suéltalas.
La luna está allí…ignorante siempre de los conceptos y definiciones que pretenden sostenerla o enlazarla en una intrincada trama de NO SABER…que es honrado y amado, como todo en esta Conciencia Infinita de paciente e incondicional AMOR.
Gracias. Gracias.Gracias
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