Este momento presente es “todo incluido”.
Cuando digo que es “todo incluido”, quiero decir que lo incluye absolutamente todo. Incluso las distracciones y los sentimientos de separación. Por supuesto, nos gustan más los momentos en que nos sentimos conectados, en presencia, mas la esencia del advaita es que ambos estados existen, y que son fenómenos alternos inevitables y dignos de ser aceptados.
En los momentos de auténtica meditación o en la presencia que a veces surge en las reuniones espirituales, somos conscientes del momento, porque todo está muy quieto. Después, cuando volvemos a la vida cotidiana, en el trabajo o las relaciones, nos involucramos en esas cosas y vuelve a surgir la sensación de separación. Y no hay que sentirse frustrado, porque esa alternancia fenoménica, que es parte de la conciencia Una, se produce en el flujo de esa conciencia y si lo hace, es para ser experimentada como su manifestación.
Los grandes sabios llegan a un estado muy elevado en el que creemos que todo es presencia, sin embargo, no es así…para el sabio, ninguno de esos dos estados alternos existe porque no experimenta el fenómeno de los opuestos. Experimenta un estado, si es que puede llamarse estado, de completa Unidad en que hay ausencia, tanto de presencia, como de ausencia, su opuesto. Lo que hace es dejar fluir los eventos del momento, la experiencia de lo que sea que esté ocurriendo: alegría, pena, felicidad, tristeza, frustración, satisfacción. Los experimenta todos porque su organismo vive en la dualidad…pero lo que está ausente en ese ser realizado es el implicarse, y la separatividad que son características que nosotros sumamos a “lo que es”.
Puede haber paz con “lo que es” o puede haber separatividad, un implicarse y antagonismo y hasta resistencia y lucha contra “lo que es” y esa variación entre estados es lo que la mayoría de la gente experimenta
Nosotros, por supuesto, seguimos prefiriendo sentirnos conectados o en presencia…para el ser realizado, no existen estos estados porque él es Unidad. No niega ni rebaja estos estados, los absorbe en la Unidad, mientras nosotros aun experimentamos los dos lados del movimiento dual, alternando. Estamos en presencia o conscientes, o nos involucramos en el día a día y nos distraemos de ese estado de presencia.
Sin embargo, ambos estados son parte del Todo, y si aparecen son honrados y experimentados cada vez con más paz y aceptación.
La conciencia da vida a los dos estados. Todo es provocado por fuerzas mayores a nuestro ser egoico.
La gracia lo conduce todo, y aun aquello que puede parecernos que es para nuestro mal, en realidad no puede ser juzgado como tal y tiene un motivo trascendente.
Empleo mucho el término gracia, y la utilizo cuando surge una bendición inesperada. Lo curioso es que muchas cosas que ocurren y sentimos como des-gracia, son en realidad una gracia.
Un conocido maestro de advaita cuenta que durante diecinueve años abusó del alcohol y las drogas, teniendo repercusiones de salud muy serias. Después de tres días seguidos de juerga, no pudiendo más se tiró en su cama y esa obsesión y compulsión por sustancias dañinas…simplemente lo abandonó. La sintió irse, abandonándolo, y su reacción fue de terror. No quería eso, y era obvio que él no estaba teniendo nada que ver con el asunto. Supo en ese momento que se había transformado, pero su reacción inmediata fue pensar “Esto no está bien”. Dase cuenta de que no podía volver a beber ni drogarse le resultaba horrible. Ni siquiera le gustaban las personas que no bebían o se drogaban, y ahora…era una de ellas.
Después de mucho tiempo recién reconoció que eso fue una gracia, una completa y total gracia. De hecho, fue el comienzo de su búsqueda espiritual porque quería saber qué demonios le había pasado ¿Qué poder en el Universo podía haber producido eso? Antes, creía que era el amo de su destino, y esta acción de la gracia era evidencia irrefutable de que la vida podía impactarle de diversas formas, sin él quererlo.
No estamos, como entidad humana al control de la Vida que fluye.
Sabiendo que lo que mueve las cosas es una consciencia mayor, y de que somos, como humanos, instrumentos de esa consciencia, el consejo es…si surge una pregunta haz lo que pienses que es mejor en ese momento…no importa lo que surja más adelante, aunque sea conflictivo. Lo que sientas que hay que hacer, también es el fluir o manifestación de una Conciencia mayor...y aunque lleve a acontecimientos o situaciones que aparentemente puedan ser juzgadas como errados...NUNCA PODRÍA HABER SIDO DE OTRA MANERA. Porque el fluir de la conciencia es perfecto al fin, y en otro momento podemos rectificar o no la decisión, con otras implicancias...y otras aún más sutiles que la conciencia pone en juego.
Lo que está funcionando siempre es la Conciencia.
Todo forma parte del mecanismo de la Conciencia, porque Consciencia es todo lo que hay…y en esta enseñanza, la palabra Consciencia es usada para señalarlo y abarcarlo todo, la fuente y la sustancia de todo…un Todo que está disponible en la eternidad del momento presente.
Gracias y mil gracias Tahíta por ser y dar
ResponderEliminar