DONACIÓN AMOROSA

 

DONACIÓN AMOROSA

 

GRACIAS

GRACIASSSS...Por todo vuestro amoroso apoyo tanto presencial como financiero, los que han podido, a través de tantos años. Porque ayuda el que dona dinero...pero ayuda inconmensurablemente quien expande su amor y su Presencia en el Infinito Campo de Conciencia en el que estamos entrelazados♥

Buscar este blog

domingo, 19 de agosto de 2018

Silencio y Escucha


Nos movemos en un mundo de ruido. Hay ruidos mecánicos: autos, aviones, máquinas que arreglan las calles, desmalezadoras, ruidos considerados necesarios, al menos para la consciencia común. También están los sonidos que a algunos aún entretienen  como el de la radio, televisión o discotecas. Aparte de todo esto, la propaganda y los anuncios utilizan el ruido para influenciar a las personas. Algunos, si no todos  de éstos últimos podemos apartarlos definitivamente de nuestras vidas o disminuirlos. Muchos de ellos ya vienen cargados de sublimidad peligrosa e impoderante.

Las ideas se infiltran en el subconsciente y pueden causar ciertas reacciones automáticas que nos asustarían si estuviésemos conscientes de ellas.

La voz humana también puede constituirse en “ruido” cuando hablamos demasiado alto, o sin necesidad, quizás para esconder insatisfacción interior, para vencer el aburrimiento o para compensar ciertas necesidades emocionales o velar traumas y complejos de los cuales nadie está eximido.

Nuestras palabras suelen ser muchas veces agresivas, egoístas, poco amorosas o innecesarias. No tenemos conciencia de ello cuando hablamos sin pensar o estamos alterados, nerviosos, apresurados, o lastimados.

Se ha dicho que cuando estamos alterados, antes de hablar deberíamos contar hasta diez. También se ha dicho que deberíamos preguntarnos si lo que queremos decir es verdadero, amoroso y necesario. A  esto se lo suele llamar la práctica de los tres filtros. Lo verdadero, amoroso y necesario pasarían por el cernidor de la mente y del corazón y lo demás se desecharía.

A veces se afirma que lo que es verdadero, muchas veces no es amoroso sino cruel y viceversa, y  lo que es amoroso no siempre es verdadero. Mas desde un punto de vista elevado, podemos hallar verdades amorosas y amabilidad verdadera. El criterio de necesidad es quizás el más estricto. Si lo aplicásemos siempre, hablaríamos mucho menos. Es importante distinguir entre lo necesario y lo innecesario, lo útil y lo inútil, porque las palabras inútiles son una pérdida de energía. Agotan no solo a quien las dice sino también al que escucha.

¿Por qué es tan importante permanecer en silencio? ¿Por qué razón el silencio es tan necesario y tan valioso?

En primer lugar, debemos investigar por qué hablamos tanto sobre lo que hablamos. Frecuentemente proviene de la necesidad que sentimos de afirmarnos, de justificarnos o de descargar tensiones o ansiedad. Muchas veces hablamos de nosotros, directa o indirectamente. Contemos cuántas veces al día otras personas, o nosotros mismos, usamos palabras como “yo” “mi” o “mío“.

El silencio espontáneo, no forzado, en el que el pequeño “yo” es menos predominante nos ayuda a disminuir la presión y pretensión del ego, y a situarnos por encima del personaje humano. Aquí reside, en primer lugar, la importancia del silencio en la vida espiritual.

En segundo lugar, lo que es realmente profundo, no puede ser expresado con palabras. Si así fuera, los grandes iluminados lo hubieran volcado en manuales en lugar de decirnos que les era imposible transcribir las verdades en palabras. Lo realmente necesario es que quien quiere recibir las verdades esté preparado…y allí reside la tercera razón para guardar silencio…Aquel que habla continuamente, no escucha. Quien parlotea interiormente, quien está constantemente cavilando en sus pensamientos, imaginaciones y sentimientos, no está abierto a nada. Donde todo está lleno no hay espacio para nada nuevo.

“Silencio” no significa tan sólo evitar la palabra hablada. En el misticismo de habla de tres tipos de silencio: silencio de los labios, de la mente y de la voluntad o silencio de deseos.

Con el silencio de los labios evitamos pérdida de energía a nivel físico. El silencio de la mente es el apaciguamiento de las ondas de la mente ¿Con qué se ocupan las ondas de nuestros pensamientos? Con el pasado y el futuro, con recuerdos y fantasías. Raramente nuestra consciencia reside en el presente, tal vez porque el pequeño “yo” no encuentra lugar en el presente, nada que alimente su identidad plagada de historias que nos contamos una y otra vez.

En cuanto al silencio de la voluntad: el parloteo de la voluntad o deseos conforman el trasfondo inconsciente para el habla de la mente. El silencio de la voluntad se refiere a la cesación de nuestras aspiraciones o deseos y de nuestras aversiones. Soltar los juicios mentales sobre lo deseable o indeseable. Sería un primer paso en dirección al silencio interior.

El silencio significa, en cierto modo, el estar vacío o abierto. Hemos de estar abiertos antes de poder recibir cualquier cosa. Pero la apertura no es todo, pudiendo en ciertas circunstancias, ser peligroso. Un médium está abierto a influencias ilusorias e incluso peligrosas. Nuestro silencio debe basarse en la pureza de intención…y en la atención plena a toda influencia que pudiera someternos aun inconscientemente

Hemos de estar abiertos a lo que se encuentra dentro. Esto no significa la apertura a las influencias astrales, a las influencias de nuestra propia imaginación, tendencias y aversiones. Debemos estar abiertos a los niveles más profundos de nuestra naturaleza espiritual, que es nuestro verdadero ser. Esto es muy difícil, porque nuestros sentimientos muchas veces se disfrazan de elevadas inspiraciones e intuiciones. Por eso la vigilancia, la atención y la observación son tan importantes…y ellas no son posibles sin silencio…conforman un círculo de poder interior. Apertura al poder interior, interno, a lo que es amoroso, a lo más elevado, a lo que está siempre más allá de lo trivial. La apertura para lo que está fuera también es necesaria, mas no se trata de aceptar todo lo que nos encontramos, todo lo que entusiasma a los demás. Se ha dicho: “examina todas las cosas y guarda lo esencial”. Para saber lo que es esencial precisamos del discernimiento, no del juicio

Sepamos discernir también que el silencio genuino y profundo no es pasividad, no es un estado de adormecimiento. Es quietud y sosiego. Donde reina el vacío o silencio, hay energía y una tremenda actividad. Así, nuestra fuerza ya no es desperdiciada en palabras, pensamientos, sentimientos y deseos innecesarios.

Si bien el silencio exterior ayuda a un estado de silencio interior,  es sabido que con la práctica a muchos les es posible el silencio interno aún en medio del ruido de las grandes ciudades y otros sitios. A eso aspiraremos en un mundo en que hay tanto ruido…y a la vez, poco a poco esa aspiración sutil se encamina también , no a la sofocación de los deseos como ruido de la voluntad, sino a la gestión de los mismos para convertirlos en aspiración profunda y consciente que nos nutra en lugar de restarnos energía y poder interior.

Cuando el exterior está silencioso, podemos oír la voz del silencio con más facilidad, mas solo si permanecemos abiertos, conscientes y atentos…y aún en el ruido lo conseguiremos.

Porque…cuando lo inferior está en silencio, lo superior puede hablar.

¡Y las bendiciones fluyen!

 

Siendo Amor…

Tahíta

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario