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domingo, 22 de agosto de 2021

Vislumbres

 

Podemos decir cualquier insensatez acerca de la dualidad, como que no existe, o como que debemos vivir desde lo no dual. Pero sin duda, los conceptos duales son necesarios para comunicarnos: calor, frío. Arriba, abajo. Dentro, fuera. Hombre, mujer. Derecha, izquierda.

Y en la vida del personaje humano diría que imprescindibles, ya que todo sería un caos si no pudiéramos movernos entre ellos.

Tal vez sería más acertado, en lugar de condenar la vida dual enfáticamente, hablar del peligro de identificarnos con tales conceptos, y aún más, de apegarnos a una realidad limitada que tendremos que soltar indefectiblemente.

De apegarnos demasiado a entidades separadas a nuestro propio "yo" (ego) que no es más que pensamientos que acumulamos y que en definitiva no tienen nada que ver con lo que somos en esencia. Entonces, es importante ser Conscientes de la fantasía de esos conceptos, aunque los sigamos utilizando.

¿Se puede salir de esta dualidad?

 No permanentemente mientras vivamos como personajes desde la perspectiva del ego.

Lo que sí podemos hacer es no olvidar la temporalidad de todo este juego de separación (dualidad), enfocar nuestra mirada hacia lo que sucede Dentro, en lugar de hacia lo que sucede Fuera, practicando la Contemplación de nuestra mente para, poco a poco, ir descubriendo la Unicidad, la no-dualidad, e ir soltando todas esas máscaras con las que disfrazamos nuestra Esencia, por las que tanto luchamos y por las que tanta Paz perdemos y tanto sufrimiento fabricamos.

Todos podemos tener vislumbres o Fogonazos de Unidad, de la Perfección de la Vida, que indudablemente nos harán comprender, ver y sentir, que nada es lo que parece. Esas experiencias se integran en nuestro interior y nos permiten expandirnos en ellas…y a la vez, permitimos que ellas se expandan a través nuestro y nos reubiquen fuera de la ilusión temporal pero necesaria de la vida dual.

Tras esas vislumbres, volvemos a olvidarnos de la Unidad, de quienes somos, al centrarnos de nuevo en nuestro "yo", en nuestra personalidad poblada de un sinnúmero de máscaras… en la dualidad. Esas máscaras son solo recursos temporales, y no podemos distraernos queriendo perfeccionarlas. No es una cuestión de perfeccionar nuestro Ego, de Iluminarlo, de Espiritualizarlo, sino de enfocarnos una y otra vez en ese otro espacio llamado Consciencia que es la que nos permite Darnos Cuenta de "Lo que Es". De la Realidad. De la eterna Existencia en Unidad que YA es en cada Instante y en cada uno de nosotros (Que no estamos separados, sino que somos Conciencia Unificada e Infinita.

Contemplando (con atención y sin juicio), podemos comprender con más Claridad que no somos ningún pensamiento ni emoción que parecen suceder dentro nuestro, que parecen decirnos quienes somos y/o cómo somos, lo que pensar, en lo que creer, por lo que pelear. Podemos ver claramente lo irrelevantes que son si tan sólo los contemplamos.

Y no es sólo cuando meditamos (en quietud) que podemos ser conscientes, sino también en el transcurso del día. De repente, y sin previo aviso, es como si nos llegara Información de la Realidad, desde el Campo de Consciencia, desde el Todo. Como si un rayo de comprensión iluminara nuestra mente y fuéramos conscientes de lo que sea que llega.

Y esa información es como un faro en nuestra vida dual, permanece en el trasfondo como un apuntador en una obra de teatro que nos “sopla” lo siguiente.

Por eso es tan importante tener una actitud de ESCUCHA y de testigo a la vez cuando meditamos, cuando nos hacemos conscientes, cuando se enciende esa luz de la intuición en vislumbres cada vez más prolongados y reveladores. Una escucha relajada, sin forzar, sin pretender llegar a ningún sitio. Sin pretender alcanzar ningún estado. Porque lo que importa es SER CONSCIENTE. Lo importante es esa Consciencia, no aquello de LO que somos conscientes.

Con cualquier cosa que suceda, que experimentemos, podemos practicar ese ESTAR CONSCIENTES, para que poco a poco se vaya prolongando esa atención plena el resto del día e inunde lo cotidiano.

Y en lugar de vivir la mayor parte del tiempo en nuestros pensamientos, identificándonos con ellos, creyendo las historias que nos cuentan y que provocan emociones dolorosas y sufrimiento, podemos movernos desde esa Consciencia.

El autoconocimiento no tiene nada que ver con conocer la personalidad con la que nos identificamos. Con moldear el ego. Con perfeccionar el personaje.

Conocerse significa SABER la VERDAD. Y eso sólo puede descubrirse mirando Dentro (Contemplando).

Y Dentro no quiere decir dentro de los pensamientos, sino de ese espacio de Silencio, de Consciencia, de Permanencia en el que podemos Ver con claridad la identificación con esos pensamientos y la poca consistencia que tienen.

Ahí es cuando comenzamos a VER de Verdad y a Ser libres de Verdad. Libres de nuestro personaje y de todas las Ideas, creencias, apegos, miedos... que guían nuestra vida creando sufrimiento.

Ahí es cuando empezamos a vislumbrar, comprender, lo que significa "Todos somos Uno", "Todo es Perfecto" y "la Muerte no existe”, y a iluminar esa Oscuridad que nos impedía ver la Realidad y que nada tiene que ver con "iluminar nuestra personalidad".

Elijamos a la Consciencia. Una y otra vez. Hasta que se vuelva casi permanente ese estado. No podemos aún decir: permanentemente, porque entraremos y saldremos de esos vislumbres mientras actuemos en la separatividad para luego refugiarnos en la bendita Unicidad que nos acoge sin separación alguna.

Son vislumbres sagrados, atemporales, que nos recuerdan nuestra seidad en LA ESENCIA.

 

Gracias. Gracias. Gracias

 Tahíta

 

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