¿Por qué constantemente se nos aconseja internarnos en lo desconocido?
Porque lo conocido es lo que ya está interpretado por la mente, no lo que en realidad es.
Configuramos la realidad conocida pensando, interpretando emociones y sensaciones y colocándolas en donde mejor nos encajan, como en un rompecabezas.
Es difícil considerar salir de lo conocido, de eso que hemos considerado hasta ahora la realidad y abrirnos a lo desconocido, aun sabiendo que esa apertura a lo desconocido nos lleva al encuentro con la Verdad, con nuestro Ser, fuera de la interpretación de la mente.
Nada es como parece ser, en esta realidad inventada. Si sentimos una llamada interna a descubrir lo esencial, avanzaremos desde el punto en que intuimos o sabemos que “la persona” forma parte de la ilusión, aunque quedemos desnudos ante lo desconocido. Eso es jugarse todo por amor a la verdad: soltarnos de lo conocido, de todo lo que hemos aprendido e interpretado. Pero, sí…es muy difícil porque queremos quedarnos con parte de la ilusión y desconfiamos de la Verdad, de lo que podamos perder.
Hay que confiar en la Inteligencia Infinita para seguir.
Las personas que no lo entienden dejan sus familias, sus trabajos, sus posesiones…jugando a que eso les hace más espirituales, cuando todo lo que hay que hacer es aceptar y vivir lo que se presenta en el momento presente desde el espíritu, que no interpreta. Al fin y al cabo, hacer cosas para volverse más espiritual es una forma más de apego al ego.
El desapego es algo mucho más profundo.
No hay que hacer a la persona más espiritual…hay que deshacerla. Imitar a alguien espiritual es parte de la ilusión, sea un maestro, un monje o un santo: es un sueño. Un sueño religioso, un sueño espiritual…pero UN SUEÑO.
Mejorar el sueño ayudando a los demás involucrados, no tiene nada de malo, pero solo es eso. mejorar el sueño, no despertar. Si sientes una llamada interna a trascenderlo, escúchala y responde. La respuesta a esa invitación es la llave hacia lo desconocido que ningún maestro, papiro, libro o fórmula te puede dar.
La llave es única para cada quien, por lo que seguir a otro no vale. Por eso la vida en este sueño es tan interesante. Cuando Jesús dijo “Yo soy la Verdad”, no se refería a su persona. Cada uno debe descubrir primero “lo que soy”, para, en lugar de seguir a Jesús como persona, podamos decir “Soy la verdad” …pero no hasta salirnos del personaje y saber bien lo que somos.
Seguir a un maestro nos aparta de la autenticidad, sea cual sea el maestro. Si anhelamos la Verdad no seguiremos a nadie. Buda lo dijo: no sigas a nadie, ni creas en las sagradas escrituras de ninguna religión, SE TU PROPIA LUZ…por eso, puede inspirarnos, como todo lo que nos llega, que por algo llega, pero no sirve seguirle o hacerse budista.
Nos resulta cómodo seguir, nos encanta que alguien llegue y “nos inicie”, y así comenzamos un camino de alejamiento a la Verdad, tras ilusiones, rituales. “iniciaciones” que a veces hasta son negociados, dejando de lado el despertar que solo puede producirse en la profundidad de lo desconocido, fuera de las tramas de la mente, los gurúes, las religiones y los grupos espirituales.
Y es que tenemos tanto miedo de perdernos en lo desconocido, de perder la identidad de “lo que somos”, que obviamos que la persona no es lo que somos y no avanzaremos a descubrirnos si no nos soltamos de lo aprendido.
A la Verdad no se llega por repetición o imitación.
No se guarda en un ordenados, ni se entrega desde fuera. Escapa a los juegos de la mente pequeña.
Se descubre en el momento presente, en el Silencio, trascendiendo las energías personales.
Cuando vamos descubriendo la Verdad, las energías personales se van equilibrando, y todo se va iluminando. Esa armonía se produce sola, si es verdadera, no forzando las emociones, las sensaciones o LO QUE ES, en cada nivel.
Si manipulo, no es verdadera trasformación.
Si fuerzo, no es auténtico.
La armonía surge de la Unicidad con el Espíritu.
De la confianza en la Vida Una surge el milagro, fluye el equilibrio de manera natural, pase lo que pase.
No podemos ordenar las incoherencias de la mente. Es necesaria una apertura hacia la trascendencia de lo mental y eso no se logra con disciplinas ni prácticas; por el contrario, esas prácticas puedes ser un obstáculo. Con ninguna técnica llegamos a la paz y la armonía verdaderas: solo con la Verdad. La mente se desordena por seguir los pensamientos, y nadie desde fuera puede armonizarla.
Solo podemos tomar la llave del silencio y la contemplación y abrirnos a la Conciencia espiritual que nos llama interiormente.
Gracias. Gracias. Gracias
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