20 de enero/2021
Cuando nos referimos a la Conciencia Infinita y al personaje que cada ser sintente interpreta en la vida dual, que, aunque sea considerada como un sueño temporal, está dentro del Uno, se hace uso de metáforas tales como que somos la ola y asimismo el vasto Océano…por eso Osho se puso ese nombre que significa “Oceánico” o sea que se reconocía como el océano infinito, a pesar de ser instrumento individual temporalmente.
Más aún…se dice que solo somos “una gota en el vasto mar de la conciencia”
Si nos pensamos como solo una gota, un sentimiento molesto puede surgir… ¿Somos solo una gota olvidable en el mar de la eternidad?
Tal vez sea olvidable el aspecto personal que le damos a nuestras vidas, pero la potencia y carga energética de cada gota, que sin duda aporta al Total, no es desechada ni es algo sin importancia.
Muchos se vuelcan tanto a las enseñanzas no duales que se olvidan que en la omnipresencia de la Consciencia está todo abarcado y por lo tanto todo vale y todo es aceptado. Todo interactúa con todo y todo Inter-Es. Por más que aceptemos que la vida es sueño (la separada), es una gota que compone el inmenso Mar y aunque se transforme constantemente, el mar cuenta para la manifestación de su caudal, con el aporte de cada una de ellas.
Si no, no sería importante cual es, la palabra correcta, la acción y la no-acción correctas, el sentir compasivo consciente.
Todos los campos de energía que creamos, como gota, como ola, o como quieran ilustrarlo interactúan en el tapiz total y no de manera irrelevante, no.
De todas formas, la gota de agua, con el tiempo puede horadar una roca, que parece mucho más poderosa, el considerarnos “agua”, no es desempoderante.
Y allí está la clave…ni gota, ni ola, ni océano…todo es agua en esencia en esas comparaciones, y el agua, es agua, ya sea gota, ola río, mar …es AGUA.
Eso es lo que todo es: una sola energía que se fragmenta para autoexperimentarse tal vez, pero manteniendo la misma esencia de AGUA o de CONCIENCIA.
Esa Conciencia es Amor, es benevolencia, compasión, paz, armonía; y el poder “tocar” otros paquetes de energía hace que nuestra función sea SER LO QUE ES…Amor, paz, armonía, compasión. Por eso, sentirnos pequeños es tal vez conveniente si pensamos en el ego como autor del guion y de la puesta de escena, pero no olvidemos que el Espíritu es el marco en el que vivimos, nos movemos y tenemos el Ser. Si no fuera así, podríamos sentirnos intrascendentes, mas no somos solo el personaje, sino el espacio en que se mueven la acción y la no acción, y ese espacio se retroalimenta de las relaciones amorosas o no que cada hilo teje en la trama.
Es allí, cuando nos damos cuenta de la conexión con la fuente: que podemos ser una gota, pero sabiendo que somos agua. En el momento en que hacemos ese “darnos cuenta”, el “Hijo del hombre” (nuestra parte mortal) se integra con “el Hijo de Dios” (eterno) y podemos a través de esa reconexión consciente que a diario hay que actualizar, ser gota y océano eterno…AGUA O CONCIENCIA…en diversas manifestaciones y aún en lo No-Manifestado. Potencialidad pura.
Si no fuera así, triste sería pensar que lo que la gota hace no importa, que pasa sin aportar a LO ETERNO, y nos sumiría en una indiferencia por lo que hacemos en la escena, que solo atraería sufrimiento y más separatividad y desconexión.
Lo importante es poder sentir gozo, como gota, como ola, como Océano: es Vida…es Vida manifiesta en lo material, en lo etérico, en lo mental, y en la Vastedad sin fin de la Consciencia que nos espeja, nos contiene y nos integra en Uno…mientras nos interrelacionamos…gota a gota, ola a ola… SOLO AMOR, AMOR, AMOR.
Gracias. Gracias. Gracias
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