Cuando comencé a leer textos de No Dualidad (no dos), los dejaba de lado espantada. Lo mismo me ocurrió con Un Curso de Milagros, que hoy para mí es de lectura diaria.
¿Por qué?
Bueno, para quienes nos considerábamos buscadores espirituales o “espirituales” en sí (qué fatuo suena hoy) …que nos digan que no somos nada, que el mundo es un holograma o una ilusión, que no existimos sino como pensamientos en la mente de Dios, que todo existe solo en esa Mente, y que individualmente no existimos como reales, ni para Dios, (Consciencia Infinita) ni para los auxiliares que nos creamos (maestros ascendidos, ángeles, extraterrestres súper evolucionados, etc.) …SONABA ATERRADOR.
Pero avanzando más, me di cuenta de que esa posibilidad, que se fue transformando en la única explicación coherente dela existencia tal como la concebimos, es realmente liberadora, no aterradora.
Tenemos tanto miedo a dejar de ser un “yo “individual, que no consideramos la dicha de poder acceder ilimitadamente a esa unicidad en la que todo es conocido, posible, accesible y completo. Miedo a la completitud sin ego.
Y allí llegamos a la única parte de nuestro sistema que puede ser origen del miedo a no ser. Porque es una construcción individual, limitada y perecedera que sabe que solo existe en el tiempo mental e irreal que nos construimos en el esquema: pasado- presente-futuro, que en la inmensidad del Ser no existe…porque solo hay un eterno Ahora que nada sabe de ego, de tiempo y de yoes.
Y eso, no es de temer, sino de celebrar…no cargar con una identidad separada de la consciencia única, llena de historias de gozo-dolor, amor-odio, salud-enfermedad…y poder liberarnos siendo NADIE.
Alguien…se enojó mucho cuando publiqué hace poco un hermoso artículo de - Anam Thubten titulado “No somos nadie”. Claro. ¿cómo alguien puede desear ser nadie? El problema es que seguimos considerándonos separados de la Fuente, del Espíritu en el que nos movemos vivimos y tenemos el SER…no como yo individual, sino como consciencia liberada con acceso a infinitas posibilidades.
Esa Consciencia se manifiesta temporalmente, por alguna causa, en infinitas formas y cuerpos-mente que decimos en la No Dualidad que NO SON REALES…pero decir eso, no quiere decir que no existan…quiere decir, que son irreales, porque en la corriente irreal del tiempo, en algún momento no existen, o sea, no son formas eternas: Vuelven al VACÍO.
Y he aquí otro concepto que produce mucho miedo…VACÍO…” ¡Dios, me disolveré dejando de ser, de existir! ...y dejamos de lado la más poderosa cualidad de ese Vacío, que es la POTENCIALIDAD PURA…desde la cual todo se crea y recrea infinitamente…Por lo tanto, en ese Vacío vivimos recreando vida infinitamente, sin dejar de SER, sin dejar de VIVIR.
Entonces, podemos descansar tranquilos, aún en la parte manifiesta de esa Consciencia que se disfraza de innumerables formas…descansar jugando el juego de la dualidad, mas sintiendo que LO QUE ES, es eterno, liberado, completo verdadero, REAL.
¿El Mundo existe?... en este tiempo y forma, sí, mas no en la Eternidad.
¿Existen seres separados, yo y los otros? ...en este sueño temporal…sí, pero esa ilusión se disolverá en el Uno, en el que eternamente la Vida ES.
Todo este re-conocimiento debe llenarnos de gozo y hacer que pongamos siempre en perspectiva la Vida Eterna por sobre las historias que creamos encarnadas en el ego.
¿Esto quiere decir que no demos importancia a nada de lo que hacemos en este sueño o puesta en escena? ...No…esa creencia o perspectiva es el desvío más peligroso que nos hemos creado. A causa de ese desvío, muchos han caído en pensar que nada importa, en la indiferencia, la falta de compasión, la inercia, la apatía, el desamor y hasta el desprecio a las manifestaciones físicas, que, al fin y al cabo, son tan santas como las llamadas espirituales…pues el Espíritu es omniabarcante y nada es fuera de él.
Somos manifestación Divina, aun el ego lo es, por lo tanto, mientras estemos en este sueño terrenal, tenemos que manifestar la cualidad esencial Divina, que es el Amor.
SOLO EL AMOR ES REAL
Y este es el pegamento que mantiene unidos esos dos mundos en los que vivimos, el no dual, eterno, inalterable, infinito…y el dual, temporal, más limitado, cambiante…pero manifestación divina al fin.
Por lo tanto, el amoroso equilibrio a lograr consiste en ser el director y el personaje de la vida pequeña, siendo conscientes de ello, eligiendo a cada instante, como en una encrucijada, tomar el camino del Amor, que une al creador con lo creado, al observador con lo observado, al sueño con el soñador del sueño…desdoblados en miríadas de formas, pero UNO al fin.
Así, podemos seguir amando la vida, y vivir en la aceptación, la paz y la perspicacia que nos lleva a dejarnos guiar por el NO DOS…que guarda todas las respuestas…la Vida Una.
Gracias. Gracias. Gracias.
Tahíta
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