Cuando digo que las bendiciones sobran…no es que estén de más, como muchos interpretan la frase. De hecho, cuando alguien que nos “lastima” nos pide disculpas, solemos decir “las disculpas sobran” …dándole a entender que no le disculpamos, que ante un hecho que consideramos “hiriente”, está de más disculparse por el “daño” que causó el mismo.
No es este el caso.
Hoy salí a caminar por la sierra como todos los días. Hermosamente la tierra cubierta por las hojas que el otoño desenhebra de los árboles, con un viento fresco arrebatándome el sombrero de tanto en tanto, con un sol dador de caricias al que por supuesto recibo, como al viento, sin barbijo ni protocolos.
Subiendo la cuesta, con Lola y Lila corriendo libres ente piedras y hojas, me encontré con una pareja que vive mucho más en lo alto, en el paraje llamado “Ojo de Agua”, tras el pequeño templo Zen. Una vez a la semana descienden al pueblo por víveres. Las perras se lanzaron hacía ellos para lamerlos y demostrarle cariño, como hacen cuando perciben una recíproca aceptación energética…ellos las abrazaron, y el hombre, con barba tipo nazarena y mucha dulzura en los ojos y la voz me saludó llevando la mano a su sombrero, pariente del mío, y me regaló un…: Bendiciones!
-Son las que nos sobran! -me animé a contestar.
-Así es…abundan- replicó.
Y supe que no me había equivocado al decirlo, pues sabía que ellos interpretarían esas palabras adecuadamente.
Por lo general, cuando camino las calles hacia el pueblo, en lugares de más movimiento y energías entremezcladas me cuido de expresarme así. Y es que experimentando mi observación, cuando le decía a la gente “Bendiciones” …algunas veces me miraban extrañados, otras sonreían como pensando “¿A qué bendiciones se referirá’”...y la mayoría de la gente se detenía reflejando mucho temor en los rostros, diciendo “Sí, es lo que más necesitamos con todo esto que nos pasa!!!
¿Qué nos pasa?
Cambiamos el amor por el miedo, la aceptación por la lucha y el rechazo, la paz por la preocupación, la fe por la duda multifacética, la realidad por la creencia, el aire por el “tapa boca” …que bien puesto tiene su nombre, la naturalidad por el protocolo, y el intercambio energético por la “distancia social”.
Pero…si decimos que eso “nos pasa” …quiere decir que PASA…y hay que pasarlo, trascenderlo…aunque dure mil años.
Y las Bendiciones, que abundan, están siempre al alcance de quien sabe percibir ese trasfondo de gracia del cuan nunca salimos y que inter- es …con nosotros, que también InterSomos.
Y en ese InteSer, en el que somos un campo de energía unificado y con infinitas posibilidades…TODO ES DIVINO, SANTO Y BENDITO.
Las Bendiciones…SOBRAN, se derraman por debajo y por encima de los aparentes dramas en los que nuestros personajes temporales suelen olvidarse de su SEIDAD y dejan de percibirse a la Luz de lo que es REAL.
EN LO REAL…
¡LAS BENDICIONES SON!
Tahíta
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