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lunes, 28 de noviembre de 2022

Solo ámalos - Tahíta

 

 

“Solo tienes que amarlos”, me dijo hace mucho tiempo, siendo yo muy joven, un maestro zen, mirándome sonriente.

Tomada por sorpresa, no respondí de inmediato. ¿Amarlos? que se supone que significa eso? Me sonrió y se alejó antes de que pudiera decir algo. Después de un momento, regresé a mi oficina quejándome por lo bajo. ¿Qué tenía que ver el amor?

Otro día, escuché el final de una conversación entre el maestro y otro joven estudiante de Zen. No recuerdo exactamente qué le estaba diciendo a ese joven, pero sabía que lo había escuchado antes, muchas veces antes. Entonces, con más que un dejo de impaciencia, le pregunté si no estaba cansado de repetir: Ámalos, como respuesta.

Solo repitió…” Ámalos”

Miré por la ventana, tratando de determinar por qué estaba tan molesta ante el comentario del maestro. Yo esperaba un consejo práctico, ya que aún no abarcaba la importancia de esa respuesta.

Me parecía que el amor era una enseñanza demasiado suave, demasiado vaga y poco práctica para abordar el sufrimiento en el mundo. Tampoco vislumbraba que el amor, el rendirse y aceptar LO QUE ES…pudiera ser clave de nada

En esa oportunidad, me encogí mentalmente de hombros rápidamente y deseché la enseñanza. Pero sus palabras deben haber permanecido escondidas en algún rincón profundo de mi mente, porque décadas después, resurgen, cuando las necesito, si logro dejar de sentirme víctima y calmar mis emociones.

 Aun así, muchas veces, mis ojos se llenan de lágrimas y la angustia atraviesa mi garganta como un puñal. Enojada, frustrada, impotente ante una situación que considero injusta, agobiante y aun insoportable. En esos momentos olvido todo lo aprendido acerca de no permitirme ser “raptada” por mi cuerpo de dolor…olvido  sentarme en silencio y el … “Solo Ámalos”.  

No lo recordé cuando trabajaba en un sistema opresivo, como lo es casi siempre, ante un jefe arrogante o compañeros dispuestos a cualquier cosa para escalar posiciones…ni antes cuando de niña partió mi madre y escuché que mi padre era indirectamente culpable de su desdicha y muerte…o cuando me abusaron sexualmente y solo podía esconderme bajo la mesa porque el enemigo “estaba en casa” …o cuando mi primer esposo, aprovechando la enfermedad de mi padre me engañó. Tampoco cuando perdí embarazo tras embarazo, ni cuando tras diez años de convivencia la enfermedad de mi compañero me convirtió en una “cuidadora de por vida”, no en una esposa con un esposo en quien apoyarse y con quien compartir “normalmente” las vueltas de camino y los torbellinos de la vida.

Siempre traté de “ser fuerte” y, desde esa obstinación, no inclinarme como hace un árbol ante la tormenta para no quebrarse, ni aceptar y honrar mi vulnerabilidad…

Y aun cuesta, pero, cada vez más frecuentemente vuelven a resonar esas simples palabras del maestro zen en mi mente y en mi interior profundo, para que pueda comprenderlas de una manera diferente.

Todos siempre “hacen lo mejor que pueden”. Incluso yo…y puedo permitirme mi vulnerabilidad, aunque estando atenta a que el cuerpo del dolor pasado y acumulado no se desborde y me arrastre hacia un sufrimiento que me enferme y angustie sobremanera.

Pero, no siempre lo logro. Entonces hago un cartel llamativo y lo pego en el refrigerador, o en mi computadora… "Solo ámalos”. 

Aunque no sea fácil. 

Aunque deba hacer una pausa de mis pensamientos autocompasivos y aflojar esa no aceptación de que las cosas sean como son, al menos, si no puedo hacer que sean de otra manera.

Y aun aceptar, el hecho de no poder plenamente ceptar lo que pasa sin apretar las mandíbulas de vez en cuando, o sin llorar.

Es un juego de permisos amorosos. Hacia mí primero, y hacia los demás implicados que SIEMPRE…hacen lo mejor que pueden.

A veces, y muchas sin duda, vuelven a mí consignas como…Tienes que hacerlo mejor

Entonces recuerdo el consejo que me dio ese maestro zen, y lo aplico, no solo a los demás sino a mí misma, a mi niña herida, a mi adolescente frustrada, a mi mujer joven engañada, a mi orfandad de por vida, a las muchas tijeras del entramado de la vida que cortan mis alas…

SOLO ÁMALOS…

 AMA TODO…

 ÁMATE.

 

Gracias. Gracias. Gracias

 


2 comentarios:

  1. Gracias TahitA por tus sabias palabras.Cada vez mas cerca de " s

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    1. racias TahitA por tus sabias palabras.Cada vez mas cerca de "Solo AMALOS.Abrazos desde el alma

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