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domingo, 20 de diciembre de 2020

Los problemas nos distraen del Amor

Es útil recordar que el ego inventa problemas que no se pueden resolver para distraernos de la curación real.

Cuando intentamos resolver problemas - en nuestra familia y amistades, en el trabajo o con nuestra salud - realmente estamos jugando un juego llamado postergar la percepción real.

Es como si el Espíritu viniera y nos ofreciera la mano y dijéramos: "Espera, tengo que ocuparme de este cordón desatado".

Esto no es un pecado contra Dios o la naturaleza. No vamos a ser castigados.

Es solo que hay otra forma más eficaz de hacer las cosas.

La sugerencia no es ignorar nuestros supuestos problemas en el mundo. Si el automóvil tiene una llanta pinchada, cámbiala. Si te ofrecen un aumento o un mejor empleo, acéptalo.

Más bien, se nos sugiere que simplemente notamos la naturaleza temporal de estas supuestas soluciones. Dado que todo está sujeto a cambios, todas son ilusorias y no pueden traernos una paz duradera.

La realidad es inmutable. Lo que anhelamos no es una vida libre de problemas, sino la realidad. Queremos conocer la verdad más allá de la ilusión.

Sin ilusiones no puede haber miedo, duda y ataque. Cuando ha llegado la verdad, todo el dolor se acaba, porque no hay lugar para pensamientos transitorios e ideas muertas que permanezcan en tu mente. La verdad ocupa tu mente por completo, liberándote de todas las creencias en lo efímero.

Ese es el fundamento firme de la paz.

Cuando busquemos soluciones específicas para problemas específicos que ocurren en el mundo, las encontraremos. Los neumáticos pinchados se arreglan; los dolores de cabeza desaparecen. Pero esas "soluciones" nunca alcanzan el problema subyacente de nuestra separación de Dios, que es el único problema que tenemos.

El ego se complace en negociar breves ceses del fuego en su guerra por la paz, siempre que no abandonemos la batalla por completo. Pero tomemos como objetivo eliminar los obstáculos a la presencia del Amor y, al hacerlo, podemos dejar por completo los conflictos artificiales del ego.

Es un hecho que los bloqueos a la conciencia del amor aparecen como problemas como autos averiados, fondos insuficientes, la cena que se quemó, un diagnóstico de cáncer o la muerte de un sea amado. Con el tiempo aprendemos que son simplemente reflejos de nuestra confusión subyacente sobre lo que somos en verdad.

Para un organismo mundano, un cuerpo, el cáncer es un problema real. El tratamiento médico es una verdadera solución.

Pero no somos cuerpos en un mundo. No tenemos cáncer ni nos curamos del cáncer.

 

El Ego quiere que olvidemos esto. De no ser así, quiere que la aceptemos como una mera idea posible entre muchas con las que la gente razonable puede estar en desacuerdo.

A toda costa, el ego necesita mantener el cuerpo en el centro de nuestros pensamientos. Necesita que sigamos considerando al cuerpo como la clave de nuestra propia identidad y el espacio de encuentro de todas nuestras relaciones.

Podemos someternos a quimioterapia o lo que sea, mientras recordamos amablemente que estas experiencias no son reales, sino ilusiones diseñadas para distraernos de la curación real

En el mundo, los problemas y sus supuestas soluciones son lo mismo. Las "soluciones" son simplemente "problemas" a la inversa.

Nuestro trabajo no es resistir este conflicto, mucho menos tratar de resolverlo, sino salirnos de una vieja forma de pensar sobre él, para reemplazarla por una forma que reconoce el amor, independientemente de un cuerpo. Que no rechaza el cuerpo. Que ni siquiera ve el cuerpo. Se olvida del cuerpo.

Esta forma de pensar refleja nuestra identidad real, no sujeta al tiempo ni al espacio, incapaz de perderse o encontrarse, más allá de la separación e incluso de la idea de unidad.

Esa es nuestra realidad ahora. Cuando vemos los "problemas y soluciones" del ego como algo más que una distracción tonta de la realidad, permitimos que nos bloquee nuestra conciencia del amor.

No perdemos la realidad; perdemos conciencia de la realidad. Y es una pérdida de conciencia que duele.

Y siempre, hay otra forma menos dolorosa de vivir este sueño: en atención, comprensión, despiertos a los simulacros del ego…y en AMOR

 

Gracias. Gracias. Gracias

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