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lunes, 30 de diciembre de 2019

Recayendo en la dualidad

Es común que después de una apertura espiritual de algún tipo nos volvamos una y otra vez a sentir atrapados en el medio de la Verdad y la ilusión, y nos movamos entre lo viejo y lo nuevo.

Cuando hemos experimentado una apertura o incluso un despertar espiritual, y sabemos , en el sentido más profundo, que el ser falso es un producto de la mente condicionada y nada más, todavía volvemos a él una y otra vez.

A menudo, cuando pensamos que lo hemos resuelto todo y soltamos un suspiro de alivio, creyendo que hemos llegado a una meseta segura y firme en nuestra evolución,  de repente somos arrastrados de nuevo.

Después de tomar cierta conciencia y haber vislumbrado la Realidad tal como es, el retroceso ocurre cuando nos resistimos con todas nuestras fuerzas, espiritualmente hablando.

Y retroceder, o volver a lo viejo, una y otra vez puede ser un proceso difícil de atravesar, pero mucho más fácil cuando tenemos cierta conciencia de lo que está sucediendo.

Esto es algo que sé que muchas personas están experimentando y el ego puede ser muy engañoso y manipulador en sus formas de proyectar dudas e incluso culparnos a nosotros mismos.

Muchos piensan que están haciendo algo mal, o que no lo están haciendo bien (sea cual sea la práctica espiritual que hagan), así que podemos arrojar algo de luz sobre lo que está sucediendo.

El ego es una ficción creada en la mente y por la mente.

Los pensamientos y las creencias acerca quienes somos, basadas en cómo nos vemos, están lejos de la Verdad, son meras ideas de quiénes creemos que somos, versiones conceptualizadas de quién y qué nos imaginamos que somos, imágenes que tenemos de nosotros mismos.

Es por eso que el camino incluye tiempos de purga o limpiezas de lo viejo que casi se vuelven insoportables.

El ego no se rendirá fácilmente. Continuará recreándose a sí mismo y la Vida misma nos purificará de lo falso, y esto es cuando nos sentimos sacudidos de un lado a otro entre lo viejo y lo nuevo, entre el ego y el espíritu.

Este proceso puede ser muy duro a veces y podemos vivirlo en una gran agonía y agitación mental, emocional.

Y así seguiremos de un sistema de creencias a otro hasta que un día nos demos cuenta de que todas las creencias y pensamientos son falsos.

Nada de la mente es verdadero, las creencias no son más que ideas y opiniones y son fugaces, cambian todo el tiempo, pero el problema es que nosotros (como humanos) las consideramos verdaderas, y eso crea un conflicto con lo que es.

Siempre hay un conflicto: la creencia de que la vida no debería ser como es, o debería haber sido diferente o debería verse mejor mañana, ¡y todas son mentiras creadapor la mente!

La vida es como es , y no importa qué opiniones o deseos tengamos, cederá para cumplir con nuestras expectativas.

La rendición espiritual ocurre cuando hemos llegado al punto en que con humildad, aceptamos totalmente que realmente no sabemos nada, cuando finalmente entendemos que la Verdad está más allá de nuestros pensamientos y creencias y que no hay forma de que podamos sondear mentalmente eso.

En el camino, seremos despojados de todo lo que pensamos sobre la vida y sobre nosotros mismos y todo lo que no somos  pasará por un proceso de demolición llamado muerte del ego. Lo falso morirá. El ego no muere, porque le necesitamos, pero lo purgamos una y otra vez, lo pasamos por un cedazo cada vez más fino para seguir expandiendo la consciencia del ser.

Cuando esto sucede, fluimos dentro y fuera de la alineación por varias razones, pero la razón principal es que al ego no le gusta no saber , y eso es necesario para continuar en el camino hacia la liberación. Aprendemos, de paso a entrar en el no-saber de todo corazón.

Ahí es donde ocurre el conflicto, entre la necesidad de controlar el ego y la necesidad de dejar el control por completo.

Tenemos que darnos cuenta de que no sabemos nada sobre nada, y rendirnos a la vida que realmente está en control, y siempre lo ha estado.

El ego entrará en pánico, hará todo lo posible para recuperar el control, nos engañará haciéndonos pensar que si simplemente reorganizamos nuestro sistema de pensamiento nos sentiremos mejor, si simplemente cambiamos nuestras creencias por otras, estaremos mejor, pero eso es todo un juego engañoso de la mente.

No importa cuánto tratemos de controlar o mentalizar, enfocar nuestros pensamientos y todo eso, lo único que hacemos es tener siempre la mente ocupada, lo que nos aleja del momento presente.

La mente siempre estará en oposición a "lo que es".

Todos estos intentos de control eventualmente terminarán en algún tipo de falla (no es que haya fallas reales en la vida, pero sí en apariencia), y la búsqueda de soluciones continuará hasta que ocurra la verdadera entrega y eso a menudo sucede cuando sentimos derrotados totalmente  y no aguantamos más.

Cuando estamos espiritualmente de rodillas , levantamos la bandera de la rendición, absolutamente exhaustos por nuestros propios intentos de convertir la vida en lo que queremos que sea.

Lo que sucede cuando se produce una verdadera rendición no es lo que la mayoría de la gente espera o piensa. No hay tristeza profunda ni todo tipo de cosas negativas. Se siente liberación, alivio y amor.

Todos los caminos espirituales apuntan a la misma verdad y eso es rendirse, pero no importa cuánto lo sepamos conceptualmente, seguiremos retomando el control una y otra vez hasta  al fín detenernos. Un día paramos de  dejar el control y recuperarlo. Es entonces cuando la vida realmente comienza a tomar forma, y ​​puede tomar una dirección completamente diferente de lo que podríamos haber imaginado.

Pero antes de que eso suceda, volveremos a la dualidad, incluso sabiendo que somos Uno con la vida misma.

Lo sabemos porque lo hemos probado. Sabemos, porque lo hemos experimentado, lo hemos visto, lo hemos vivido. Pero aun así, volvemos a la dualidad  muchas veces, viviendo desde un yo que se siente  separado del todo, de la Unidad.

Y es doloroso saber la verdad, pero aun así experimentar que la mente retome el control, especialmente en los momentos en que estamos de pie en la Luz de nuestro propio Ser.

Ahí es cuando la resistencia del ego realmente se activará.

El ego te hará pensar que hay problemas. Te hará preocuparte, sentir miedo, resentimiento porque tus esperanzas y sueños aún no se han hecho realidad, y así sucesivamente.

Habrá depresión, tristeza absoluta, desesperanza.

No es para los débiles embarcarse a consciencia en el camino espiritual.

Si no estás dispuesto a dejar sin fuerzas al ego, date la vuelta y ve en la otra dirección.

El ego sabe exactamente dónde engancharnos emocionalmente, y conoce nuestros miedos y preocupaciones más profundas, y los desencadenará, créeme.

Cuando la tentación no funciona, irá por nuestros miedos y los hará más grandes y atemorizantes que nunca.

Sin embargo, comenzamos a ser cada vez más conscientes de cómo juega sus juegos.

Comenzamos a notar cómo desaparecen los problemas en el momento en que entramos en la paz, y la paz se convierte en nuestro objetivo número uno.

Todos los demás objetivos se caerán naturalmente. No significarán nada. Solo la paz y la verdad serán importantes.

Nos damos cuenta de que solo la mente crea problemas, mientras que en realidad no hay ningún problema.

Hay un núcleo interno que no se ve afectado por ninguno de los dramas que están sucediendo, y cuanto más nos damos cuenta de eso, cuanto más nos adherimos a él, más descubrimos nuestra propia naturaleza verdadera.

Cuando el alivio llega al dejar ir, o rendirse a lo que es, entonces los pensamientos distorsionados acerca de ser cautivos de alguna fuerza invisible también desaparecen. No hay fuerza que nos mantenga cautivos, todo es mental. Una de tantas historias de la mente.

La conciencia proviene de cuestionar e investigar nuestros pensamientos y creencias, pero no para reemplazarlos por otros nuevos.

Renuncia a ellos por completo, libérate de la mente.

Hasta que honestamente y con sincero deseo solo queramos saber qué es Verdadero, sentiremos que estamos atrapados entre nuestros miedos y antojos, nuestros deseos de que la vida sea diferente.

Seguiremos fluyendo entre el ego y el espíritu hasta que finalmente nos rindamos.

Necesitamos vaciar nuestra taza por completo.

No siempre es fácil, pero cuanto más nos rendimos y vivimos momento a momento, nos abrimos para descubrir lo que ya está presente.

Una cosa para recordar es que el flujo de ida y vuelta entre lo viejo y lo nuevo proviene del flujo de ida y vuelta en el tiempo (en realidad, el tiempo no existe); ya sea que pensemos en el pasado o en el futuro, preocupándonos o deseando, aferrándonos, resintiéndonos, no aceptando.

Solo el ego hace eso; mientras el espíritu vive en el Ahora, así que volviendo a este momento, encontraremos paz, porque ya está aquí.

El único control que tenemos en la vida es nuestra actitud hacia ella.

Realmente nunca sabemos qué hay a la vuelta de la esquina, así que simplemente dejemos ir las creencias.

"Ahora mismo estoy caminando aquí", "ahora mismo estoy viendo esto", "ahora mismo estoy lavando los platos", "ahora mismo estoy leyendo este libro", y así sucesivamente. Sin explicaciones, solo una declaración clara de que esto es lo que estás haciendo en este momento en particular, que es toda tu vida.

Momento a momento, rendirse a la Vida y no saber es lo que nos lleva a la liberación de lo que no es real.

 

Cuando hacemos esto, es sorprendente cómo la voz del ego se desmorona por sí sola, simplemente se desvanece, porque cuanto menos atención le prestamos, menos ruido hace.

Recuerda, la mente se crea a sí misma, pero no somos la pequeña mente individual.

Somos el observador de todo. La consciencia infinita.

 

Así es!!!

Tahíta

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