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martes, 29 de mayo de 2018

Dejando que el Silencio nos sane del Ruido



En sánscrito, la palabra “mouna” significa "silencio". En su esencia más básica, esto se puede traducir como: no hablar. Para muchos, la idea de no hablar, incluso por unas pocas horas, es desalentadora: la mente entra corriendo con preguntas como "¿Pero cómo me comunicaré?" Y "¿Qué haré sin poder conversar?"

Hablar sobre experiencias y relacionarlas, formar opiniones y hacer que otros estén de acuerdo o en desacuerdo con ellas crea un falso  sentido de identidad y así se perpetúa un concepto basado en la mente acerca de lo que pensamos que somos. Nuestras mentes, luego, crean pensamientos para continuar con ese impulso... y antes de que nos demos cuenta, quienes pensamos que somos está definido por nuestros pensamientos y nuestras conversaciones con los demás.

Nos perdemos totalmente dentro de eso.

Tenemos que darnos la oportunidad de simplemente mirar para observar la actividad de la mente sin involucrarnos en sus juegos de roles. Cuando observamos nuestros pensamientos y cómo ellos activan nuestras emociones e impulsan nuestro comportamiento sin involucrarnos, la mente egoica se aquieta y surge una consciencia profunda que nos revela la verdadera esencia de todo.

En el silencio podemos comenzar a escuchar más allá de lo que nuestros oídos pueden percibir.

Comunicarse de una manera auténtica, incluye incorporar el silencio a nuestro día a día.

Pensamos  que el mundo se crea a través de palabras y conversaciones. Pero si nos tomamos el tiempo para acallarnos, podemos descubrir un mundo mucho más rico y completo.
Con tanta tecnología para comunicarnos e incomunicarnos…tal vez necesitemos más silencio. Tal vez necesitemos más quietud.

Por supuesto, tenemos que hablar. Tenemos que manifestarnos y ser escuchados, pero nos es casi imprescindible encontrar pequeños espacios de tiempo sin ruido y sin hablar.Muchas veces las palabras suelen oscurecer y complicar una situación. Pueden ser vacías, innecesarias, y convertirse en: ruido.
Y cuando las palabras se convierten en ruido, el ruido nos distrae. Nos tienta a responder siempre de la misma manera, a tener algo que decir, a ofrecer un contraargumento, a mostrarnos y “demostrarnos” abusivamente.

Silenciarnos nos abre a escuchar nuestra propia mente, nuestro propio corazón y poder tomarnos el tiempo para “sentir y sentirnos”. En el proceso, nos abriremos por añadidura a una visión más intuitiva de todos nuestros procesos y de cómo relacionarnos.

El silencio no solo puede proporcionarnos espacio y paz, sino que también puede derribar nuestra complacencia exigiendo toda nuestra atención a algo más grande que las palabras. Cuando alguien elige no hablar, como dice el refrán, su silencio puede "decirlo todo".

Con el aquietamiento, se nos da acceso a un conocimiento sin palabras.

Las personas por lo general, cuando afrontan una crisis, tratan de distraerse, de subir el volumen de los ruidos, música, voces, y de acompañarse para no “pensar” en lo que tienen que afrontar. Sin embargo  es un sucedáneo  momentáneo, y el conflicto golpeará una y otra vez a la consciencia hasta que le atiendan.

En mi caso descubrí que esas crisis solo se atenuaban y  comenzaban a resolverse cuando me entregaba al silencio y la soledad y me permitía abrirles todos los recovecos para que hicieran lo que tenían que hacer, y al fin agotaran su energía. Eso es enfrentar…sin resistir ni pelear, solo ponerse de frente y dejar que suceda…sin meternos en el ruido, que solo sumará más RUIDO al problema.

Esa es una forma de meditación: ni huir ni atacar. Dejar que el silencio supere al ruido que llevamos dentro.

Y llevamos demasiado ruido, consciente e inconsciente. A veces lo elegimos y otras nos lo imponen cientos de programas instalados en la mente ante los cuales solo “reaccionamos” porque no podemos responder a ellos adecuadamente. Una respuesta proviene de una decisión consciente, y los ruidos inconscientes nos arrasan desde huellas de disco rayado que llevamos generación tras generación…porque no se han encontrado con un miembro del clan que los asuma sin miedo y los “enfrente”…un miembro de clan que los desbarate desde una elección genuina de SILENCIO.

Esa es la importancia de nuestro enfrentar los ruidos desde el silencio: una entrega que tendrá efectos fuera del espacio-tiempo y generará una acción en cascada en todo nuestro ascendente y descendente rompiendo barreras y afectando positivamente a otros clanes y otros campos energéticos.

Mi invitación es hoy  generar espacios de silencio y compartirlos, con la misma actitud de respeto y  sacralidad con que intentamos usar las palabras, desde que advertimos su poder inmenso.

Consideremos el poder del silencio como sanador, pues en él se tejen hilos de Luz, imperceptibles para quienes se dejan distraer por los ruidos.

Discernamos a menudo si estamos honrando las palabras mermando su cantidad y aumentado la calidad, para poder re-descubrir la Matrix Divina que el silencio representa.

¡Y las bendiciones siguen fluyendo!

Tahíta

Acepta, luego actúa



Sea lo que sea que contenga el momento presente, acéptalo como si lo hubieras elegido.
Colabora con él, no contra él”.
Eckhart Tolle

Suena bien. Parece posible. Entonces sucede algo molesto, y todo ese pensamiento de fluir con la vida sale volando por la ventana, y estamos de vuelta, atrapados en la resistencia y el sufrimiento, luchando por resolver las cosas, tensionados.

 ¿Por qué? ¿Por qué no puede ser más fácil aceptar las cosas tal como son?

 Porque, tal vez, se siente muy peligroso hacerlo. Una parte muy primaria de nuestras mentes supone que la aceptación automáticamente significa no-acción, resignación. La falta de acción nos suena a que nada se soluciona, y que nada se arreglará en última instancia. Significa que estaremos peor, inmersos en el dolor o la desesperanza.

 Preferimos sufrir un poco y sobrevivir, que parar y aceptar y arriesgarnos a ponernos en una peor posición.

 Entonces la pregunta es, ¿cuál es la forma más efectiva de vivir? ¿Cuál es la forma más efectiva de resolver problemas? ¿Es la resistencia o es la aceptación?

La resistencia funciona en cierto grado. Si no funcionara, al menos un poco, no nos resistiríamos a la vida ni a los demás. Si estamos enojados con alguien, podemos gritarle y hacer que cumpla con lo que queremos. Si alguien está molesto por algo, el malestar puede ser una fuerza motivadora para la acción.

 Debido a que funciona un poco, y es cómo nos han programado para funcionar, comenzamos a creer que la resistencia interna a la vida es la única forma de encontrar cualquier acción que pueda mejorar las cosas.

 ¿Es verdad?

 ¿Alguna vez has estado en una situación de emergencia, donde tuviste que actuar sin pensar? 
En esos casos actuamos rápida y automáticamente, sin pensar. Si al cerrar la puerta de nuestro auto  un amigo o hijo se agarra un dedo con ella, no podemos darnos el lujo deponernos a pensar: "Oh, no, está sufriendo", o "Oh, no, ¿por qué pasan cosas como estas?" O incluso "Oh, no, manchará de sangre todo mi auto". En cambio, la inteligencia del cuerpo toma el control, bloqueando  al yo personal que generalmente está lleno de opiniones. Actúas rápido, pero no sentiste que hiciste nada. Actuó por ti.
Eso es lo que sucede cuando no estamos atrapados en la resistencia.

La aceptación no significa "Acepto que la vida es así para siempre, y me desconecto del universo para tomar cualquier acción". No. Esto es lo que nuestras mentes tienden a pensar que la aceptación debe ser.

 Realmente, la aceptación es ALINEAMIENTO. Se está alineado completamente con la situación, de modo que es casi como si la situación nos usara para corregir las cosas. Pero ni siquiera lo intentamos, simplemente nos movemos en la acción correcta y necesaria. De ahí el dicho…DÉJATE VIVIR POR LA VIDA…o sea, deja de resistirte y permite que todo se solucione desde una perspectiva superior.

 En algunas ocasiones, la acción puede que ni siquiera sea necesaria; algo más sucede fuera nuestro para ayudarnos. En otras ocasiones, literalmente, no hay nada que podamos hacer, y la cordura que surge de la falta de resistencia nos muestra que no importa cuánto nos estresemos, el estrés no producirá ninguna acción fructífera.

La acción fructífera tiende a venir de la claridad. Piensa en las personas más inteligentes que hayas conocido o conoces. Cuando están en su mejor momento, ¿se están preocupando? ¿Están resistiendo? ¿Están diciendo "ay de mí"? Por lo general, tienen una actitud de decir  más "Sí" hacia la vida.

 "¿Hay un problema? De acuerdo, arreglémoslo”. Rara vez escuchas a una persona muy eficaz decir:" Oh, no, no tiene arreglo"

La vida es agotadora cuando siempre interponemos un "No"…un bloqueo, una resistencia al flujo de la vida. Después de un tiempo, de constantes "No" a los desafíos inevitables de la vida, ésta se convertirá en una pesada carga, una carga terrible.

 Si comenzamos a decir "Sí" a las cosas, primero experimentando para ver si funciona, pronto veremos que el "Sí" no solo hace las cosas más agradables, sino que activa una inteligencia mayor, potente, ilimitada, dentro de nosotros, que actúa automáticamente siempre que sea necesario. . Ahora no depende tanto de nosotros, personalmente. Simplemente sucede, sin esfuerzo.

Es la Vida Una, el Todo, el Campo, Maestro Interior o como quieras llamarlo, al que permites, con la aceptación, que no es inercia, poner todo en su lugar.

 Vale la pena permitirnos experimentar  ese poder del “Sí” en lugar de resistirnos, porque resistirnos, aunque al principio pueda parecer que funciona, no solo nos agota, sino que impide que nuestro poder interior actúe.

 Alguien una vez me dijo…”La palabra preferida del ego es “No”…la palabra que el Universo ama y utiliza es “Sí”

 Digamos "Sí" a este momento y veamos lo que sucede.


Y… ¡Las Bendiciones siguen fluyendo!

Tahíta


¿Estás atrayendo lo que quieres en tu vida?




Cierto día me encontraba haciendo compras en la Buenos Aires. El paso de los peatones es controlado por semáforos que se ponen en rojo cuando no puedes cruzar…así estaba el que tenía enfrente cuando un hombre pasó por delante de mí con el ceño fruncido por tener que esperar.Energéticamente podía percibir sus emociones como un remolino de ira. Como lo supuse, inmediatamente comenzó a cruzar la calle, esquivando los coches se escurrió hasta el otro lado. Estaba haciendo un buen progreso, cuando tuvo que saltar a un lado cuando un coche lo tocó antes de frenar bruscamente.Ya del otro lado,con una risa irónica hizo un gesto obseno al conductor, siendo que él estaba errando en su comportamiento.

Para muchos, cruzar con luz roja no es gran cosa, y en sí mismo, no lo es. Pero me pregunto con qué frecuencia un niño que ve esto piensa que las reglas de tránsito están hechas para romperse….y cuántas veces éstas acciones llevan a consecuencias insospechadas. Lo que estoy diciendo es que todas nuestras acciones envían ondas de energía, energía que afectará a muchas personas antes de volver a la fuente original.(o sea,nosotros)

Todos hemos oído el refrán, lo que va, vuelve. Con esto en mente, repito ... nuestra energía afectará a muchas personas antes de regresar a su fuente. La mayoría de la gente se imagina que la energía que sale volverá en su forma original, pero esto no es así. La energía que sale vuelve multiplicada por toda la gente a la que ha afectado de alguna manera…Y esa enorme carga,nos afecta en última instancia a nosotros.

Imagínate haciendo caso omiso de los semáforos de peatones habitualmente sin pensar, y que un niño está observando. Un día después, el niño, como tú, hace caso omiso de las luces, y es gravemente herido por un coche. Tu energía está directamente relacionada con el niño y su accidente así como con la cadena de hechos que siguen. Lo que va, vuelve!

Tampoco se termina aquí. El niño tiene una familia, y todos ellos están afectados emocionalmente. El padre reprende al niño preguntando "¿Por qué cruzaste cuando el semáforo estaba rojo? Te hemos enseñado a no hacer eso".  Y la respuesta del niño, " Pero vi una persona ayer, cruzando cuando el semáforo estaba en rojo, y no se lastimó".  El padre concentra la energía de la ira y el resentimiendo en ti, ya pesar de que no tienen idea de quién eres, su energía de cólera se conecta al instante con tu propio campo de energía. Esto es inevitable.

Echemos un vistazo a la vida a través de los términos de la energía humana. Sin que seamos conscientes de ello, estamos generando y expresando un enorme campo de energía física, mental y emocional.Esta energía está, bien bajo nuestro control - lo cual es raro - o se trata de energía que es completamente reactiva a cualquier situación en la que se encuentra. Esto es muy sutil. La energía humana reactiva continuamente atrae y reacciona ante potenciales negativos, como la ira,el odio,etc. Si no comenzamos a hacernos conscientes de ésta energía, puede ocasionarnos muchos trastornos y enfermedades. Asimismo, el campo energético humano es tan poderoso que, para bien o para mal, puede afectar - y atraer - a una persona del otro lado del mundo. No sólo nuestro campo de energía atrae poderosamente energías afines, sino que crea energía continuamente…volviendo al hombre que hizo el gesto obseno… ¿Qué está creando para él? Solo ira y violencia.

La energía que generas hacia otro ser humano es el campo de energía que magnetizas y atraes a tu propia vida. Es tu vida la que se ve afectada. Todo lo que deseas negativamente a otra persona va a volver a ti - con el aumento enorme energía negativa que ya he detallado.

Hay dos principios en la base de éste artículo: "No hay nada fuera de Tí " (todos somos un mismo campo de energía o matrix), y " La relación contigo mismo es tu relación con la vida." Sólo tener en la conciencia uno o ambos de estos principios puede transformarlo todo . Parece bastante simple de hacer, pero no es fácil!

Considera que eres un ser de energía. En lo que te enfocas eso atraes.

Puedes fácilmente cambiar Tu vida por la elección, la dirección e incluso el contenido de tus pensamientos. Opta por centrarte en el bien. Deja de criticarte. La autocrítica atrae más de lo que criticas a tu vida porque esta es tu enfoque.

Opta por centrarse en lo que te gusta de ti, en lugar de lo que no te gusta.

Opta por centrarse en todo lo que es brillante y positivo en tu vida. Todo lo lo negativo en que centras tu atención, entra en tu vida

Ve todo lo que se pueda apreciar, y se céntrate en ello. Cuenta tus bendiciones.

Alguien me dijo ayer que no había nada en su vida para apreciar. Al abrir los ojos por la mañana, da las gracias por poder ver. Millones de abren sus ojos por la mañana, pero no pueden ver nada, porque están ciegos. Al salir de la cama, céntrate en el don y la bendición de que tu cuerpo y tus extremidades se pueden mover. Millones tienen cuerpos que no pueden mover! Cuando oigas el sonido de los pájaros por la mañana o de tráfico, da gracias por el hecho bendito de poder oír. Millones de personas se despiertan en un mundo silencioso, sin escuchar las voces de sus seres queridos, o la risa de los niños.


Gracias...Gracias...Gracias...por la gracia de darnos cuenta.



Con Amor.

Tahíta-