Aunque te carguen con ese “deber”…No puedes estar más presente.
No puedes practicar la presencia, ni tratar de estar más presente, ni aprender a estar presente.
No puedes perder presencia, alejarte de ella, encontrarla o avanzar hacia ella.
La presencia no es una cosa, un bien que puedes poseer o un estado mental.
Sin embargo, podemos darnos cuenta de que la presencia siempre está aquí, que siempre estamos aquí, que no puede haber otra cosa que no sea la presencia; que estamos siempre presentes en ella porque todo está contenido en la presencia.
Podemos observar cada pensamiento de ira y cada suspiro de arrepentimiento, cada expectativa de un futuro más brillante y cada dolor de nuestro corazón, cada tormenta mental y cada río de emoción, cada lágrima de dolor y cada sonrisa de alegría. Inevitablemente todo está aquí, donde estamos. Y aún distraídos en la mente, esa distracción se procesa aquí y ahora en Presencia.
Finalmente, lo más sabio, relajado y amable es… dejar de buscar presencia, dejar de intentar practicar la presencia, dejar de dividirnos en dos, definiendo un "estar presente" y separándolo de un "no estar presente”. Porque es imposible…aunque estemos distraídos, aprisionados por la mente, la ira, o lo que sea…SOMOS PRESENCIA…consciente o inconscientemente habitando en ella, siempre.
Podemos sí elegir experimentar lo que esté sucediendo, sin rechazarlo como algo que no debería estar sucediendo. Reconocer lo que está sucediendo, simplemente. Sin embellecer ni medir la experiencia con un…"No debería sentir esto" o "si solo pudiera hacer que este sentimiento desaparezca" o cualquier otro deseo de cambiar o corregir la desnudez de nuestra experiencia.
Cuando estemos listos para encontrarnos con lo que ES, indefensos, vulnerables, inermes, sin necesidad de defendernos o de justificarnos, sin interpretar nada… la presencia ya no será un estado codiciado que borre nuestro dolor o eleve nuestra conciencia, sino que será simplemente la esencia de la propia existencia.
Cuando nada nos etiquete como alguien que puede perder o ganar presencia, cuando tiremos a la basura o soltemos al viento esas exigencias…solo la presencia será lo que permanezca.
Porque es imposible que algo exista fuera de lo que llamamos PRESENCIA.
Aquí, ahora... y siempre.
Y las bendiciones fluyen!
Tahíta
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