DONACIÓN AMOROSA

 

DONACIÓN AMOROSA

 

GRACIAS

GRACIASSSS...Por todo vuestro amoroso apoyo tanto presencial como financiero, los que han podido, a través de tantos años. Porque ayuda el que dona dinero...pero ayuda inconmensurablemente quien expande su amor y su Presencia en el Infinito Campo de Conciencia en el que estamos entrelazados♥

Buscar este blog

sábado, 30 de junio de 2018

Pertenecer no es Encajar


Todos sentimos la necesidad humana de “pertenecer”.A una familia,  un grupo de trabajo o meditación, a una sociedad o país. Sin embargo, para quienes  optamos cada día por vivir en consciencia, se hace obvio que  también optamos por no “encajar” con todos los que nos rodean …o sea, jugando con la palabra…“no considerarnos todos metidos en la misma CAJA” (en-cajar) en lo que respecta a seguir en piloto automático comportándonos como la totalidad de ese entorno de personas.

Cuando llegamos al centro, el anhelo de pertenecer permanece, pero el anhelo de encajar se disuelve.

Existe una diferencia entre desear pertenecer y desear encajar. Podemos pensar que es lo mismo o que para experimentar lo primero, lo último debe suceder. No es verdad. L as personas que experimentamos  el verdadero sentido de pertenencia no somos aquellas que intentan mezclarse con los demás mimetizándose en un sentir o pensar colectivo, sino aquellas que sostenemos y vivimos nuestra autenticidad y nos sentimos cómodas con nuestras propias elecciones.

 En algún momento del camino (generalmente en la infancia), muchas personas aprenden que pertenecer a su familia, escuela o vecindario significa : “ser como todos”. Por ejemplo, mamá o papá eran rígidamente controladores, críticos y / o narcisistas, por lo que se desalienta a los niños a desarrollarse de manera diferente. Los niños aprenden que para ser amados o aceptados, tienen que reprimir su individualidad o independencia, una lección que llevan a la adultez, donde ya están programados a “no salirse de la caja de lo que se espera de ellos”.

 De esa manera, nos negamos...Curar, sanar y liberar los vínculos.

 Pertenecer no es encajar. De hecho, encajar es la mayor barrera para pertenecer. Pertenecer es algo completamente diferente: nos mostramos, nos dejamos ver y re-conocer como somos en realidad, les guste o no a los demás. Podemos cometer errores, ser vulnerables y sentir intensamente, no importa lo que los roles de los demás nos exijan.

Es fácil camuflarse con “los otros” y desaparecer hasta que tu auténtico yo se evapora. Es simple y cómodo, y a menudo parece que todos los demás lo están haciendo también.

Una vez que decidimos pertenecer en lugar de encajar, comenzamos a regresar a nuestro ser auténtico. La autenticidad es donde sentimos la totalidad, una de las mayores fuentes alegría y paz.

 Pertenecer viene de ser uno mismo, lo que incluye hacer lo que disfrutamos o escogemos de forma única y expresar nuestros pensamientos y sentimientos, aunque sean diferentes de los de los demás. Pertenecer comienza con la auto-aceptación. Nuestro nivel de pertenencia, de hecho, nunca puede ser mayor que nuestro nivel de auto-aceptación, porque creer que somos autosuficientes y capaces, dignos de ser amados y valorados, es lo que nos da valor para ser auténticos, vulnerables e imperfectos. Cuando no tenemos eso, cambiamos de forma y nos convertimos en camaleones, tratado según la circunstancia y el entorno de “encajar”, dejando de lado la dignidad de lo que SOMOS.

Por ejemplo: …tratamos de encajar… usando  ropa de determinada marca porque hemos visto a otros usarla y nos hace aceptables a sus ojos. o… participando  de  una conversación que nos deja sintiéndonos culpables o insatisfechos o… asistiendo a  movimientos sociales debido compromiso, culpa o soledad. Pertenecemos realmente…cuando usamos  ropa que nos haga sentir cómodos o bien, que nos permita mostrar nuestra singularidad…cuando somos parte de una conversación que nos desafía a pensar, nos permite expresarnos sin necesidad de corazas y decir lo que sentimos…cuando participamos en una movilización o evento debido a sentimientos de disfrute o identificación plena con una causa.

 Tomémonos  un minuto para examinar el precio que estamos pagando por tratar de encajar en esa caja (familia, empleo, grupo, etc.) que cercena completamente el sentido de pertenencia alimentado por el amor a lo que SOMOS, por elección o cuestión de vida, pero sin duda, con autenticidad, sin imposiciones.

Tomemos nota de lo que hemos reprimido y entregado  para ser queridos y aceptados. Prestemos especial atención a cómo nuestra  educación programó cómo nos sentimos  acerca de nuestro cuerpo, nuestro peso, apariencia en general, etc  y lo que teníamos que hacer para adaptarnos a nuestra familia. Luego establezcamos la intención de experimentarnos siendo NOSOTROS MISMOS.

 Estemos dispuestos y preparados para estar solos cuando comencemos el viaje de regreso a nuestro ser auténtico. Preparados para sentirnos solos, desorientados y desafiados al principio; desnudos cuando elijamos la autenticidad. Los consejos bien intencionados, que a menudo sentiremos como críticas, vendrán de aquellos que se sienten más cómodos con una relación con alguien amoldado (metido en moldes) o que “encaja” con los demás…Pero ninguno de nosotros quiere estar metido en cajas o moldes que no nos dejen expresarnos. Recordemos cuánto merecemos integridad, paz y alegría.

Irónicamente, cuanto más sigamos el ritmo de  nuestro propio tambor y nos aceptemos, más nos acercaremos a la verdadera pertenencia…PERTENECERNOS A NOSOTROS MISMOS…y paradójicamente a lo que nos rodea e interpenetra, aquello con lo cual interactuamos, constantemente, pero con los pies bien puestos sobre una Tierra “elegida”

Y las bendiciones FLUYEN!
Tahíta

No hay comentarios:

Publicar un comentario